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Jin miraba a Namjoon con recelo, deseaba transmitirle algo a él sin tener que hablar, pero la escena era tan obvia que no hacía falta el hablar de nadie. Yoongi mantenía su boca abierta viendo a Jungkook, y Jimin mordía sus labios para no reír. Hoseok estaba en ese estado de trauma por lo que estaba viendo.

—¿Se supone que lo estás cuidando o te estás obsesionando? —preguntó Jin, rompiendo el perturbador silencio.

—El doctor le dijo que tenía que mantener reposo por una semana porque su condición física está fatal. ¿Sabes que tiene los glóbulos blancos en 2.10, y lo normal es 3.97 a 11.73? Está vivo de milagro, y ayer se iba casi a desmayar si no fuera porque estaba ahí y le di ajo, que, por cierto, no sabía que el ajo ayudaba a controlar la presión alta. También, le salieron unos horribles salpullidos y no puede-

—Jeon Jungkook, cálmate, no me voy a morir todavía —comenta Taehyung abrazando una almohada.

—Pero puedes morir por eso. El doctor dijo que...

—Sí, el doctor dijo que si no me cuido me voy a desmayar consecutivamente y eso podría provocarme serios problemas en mi sistema. He escuchado eso desde que tengo consciencia, no te preocupes, estaré bien.

—Pero Tae...

—No soy inmortal, algún día tengo que morir, y no será hoy, tranquilo.

—Qué consuelo. ¿No ves que el pobre está paniqueado? —carcajea Jimin por ver la cara asustada de Jungkook. Cuando tosió porque se estaba atragantando, un sonido a pecho enfermo salió—. Uy... No vaya a ser que yo muera hoy.

—No es gracioso, Jimin. Espera, ¿estás enfermo?

—No. ¿Nunca te has reído y se te atoraba el pecho como si tuvieras catarro? —comenta como si fuera lo más obvio.

—¿Te sientes bien? —pregunta Jin, acercando su mano a la frente de Tae—. Tu temperatura está alta.

Taehyung chasqueó su lengua. Nunca le había gustado estar enfermo, a nadie le gustaba, y solo se había enfermado pocas veces en su vida. Específicamente ahora, se sentía como un inútil. No podía tocar un pincel porque las yemas de sus dedos estaban tan frágiles que le dolía. Caminaba y tenía que ser sostenido por las paredes por sus débiles piernas. Tampoco podía ver hacia abajo porque se mareaba y era como si estuviera viendo su alrededor girar.

Nunca le desearía a nadie una enfermedad.

—Estás cansado, lo sé —dice Nam—. Al menos hay que agradecer que no es algo tan grave.

—Nam, lo que te conté solo fue el 5%, el asunto es grave.

—Jungkook —esta vez Tae lo llamó con seriedad, el nombrado giró hacia él, sobresaltándose por esa mirada que lo hacía querer ver a través de sí. Le intimidaba y no de una forma agradable.

No me mires así...

—Entonces deja de exagerar todo. Estaré bien dentro de una semana.

El tatuado inclinó su cabeza hacia abajo, provocando que sus cabellos negros bailarán en su frente, tapándole la visión. De pronto, su teléfono empezó a vibrar.

—Es mamá —miró a sus amigos con rostro asustado. La situación no podría mejorar a este punto.

—Contéstale, miedoso —le dice Hoseok.

Como su madre le estaba llamando en videocámara, enfocó más a su rostro y aceptó la llamada. Min Yeon tenía el ceño fruncido mientras se estaba quitando, lo que era, al parecer, un collar con una sola mano. En medio de la desesperación, dejó el teléfono a un lado para quitarse el collar que ni siquiera quería salir porque se había estancado con su otro collar.

Don't Leave Me; KookTaeWhere stories live. Discover now