Capítulo 15

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¿Un final Feliz?

Amaia, 17 años

—Me alegra pasar tiempo contigo, desde que tienes novio, te has olvidado de mí —dijo Melissa, fingiendo estar dolida.

—No seas mentirosa —le recriminé.

—Ahora todas tus tardes las pasas con él...

—Hoy estoy contigo.

—Como debe ser, si me hubieras cancelado, habría sido el fin de nuestra amistad.

Tras decir aquello, cayó de forma dramática sobre mi cama. Debido a eso, negué con mi cabeza mientras sonreía.

Mi amiga y yo elegíamos un jueves de cada mes para realizar una reunión en casa de la otra, en si era como armar una mini fiesta; comíamos dulces, veíamos miles de películas y hacíamos sesiones de fotos que al final no se publicaban debido a que en la mayoría salíamos con muecas en lugar de sonrisas.

El plan perfecto.

Ya que estábamos a dos semanas de Halloween habíamos elegido varias películas de terror aunque, como cada año, solo las dejaríamos hasta la mitad. Ella porque le parecían demasiado predecibles y yo porque no soportaba las pesadillas que vendrían después.

—Ya te he dicho que si quieres, puedes venir a la casa abandonada con nosotros —le recordé, mientras tomaba asiento en uno de los extremos de la cama.

—¿Y estar de mal tercio?, no gracias —dijo con dignidad, al tiempo que su mirada se posaba en mi ventana—. Sigo sin creerme que él venga en las noches y puedan salir sin que los descubran.

Solté un suspiro.

—Ni que lo digas, aún recuerdo el susto de la semana pasada.

Melissa estalló en carcajadas.

—Ya me imagino lo asustada que estabas —dijo entre risas—. Y pensar que todo era porque tu hermano se sentía mal.

—Ni me lo recuerdes, nunca había estado tan nerviosa por abrir una puerta —dije.

Ahora aquello resultaba cómico pero en ese instante, solo deseaba desaparecer.

Melissa rodó a un costado y cogió una paleta de caramelo.

—Leo me cae bien y tú pareces feliz a su lado —dijo—. Solo por eso le perdono que me haya robado a mi mejor amiga.

—¡Melissa!

—¿Cuanto tiempo llevan juntos? —preguntó—. No se volvieron a olvidar ¿verdad?

—Ya no, es el 5 de cada mes —dije—. Llevamos 4 meses.

—Que lindos, al menos no son de esas parejas empalagosas.

—¿Cómo sabes que no lo somos?

—Por lo que dejan ver, no parecen —dijo—. Aunque, vaya a saber quién lo que hacen en esa casa.

—¡Meli!

—Ya, no te escandalices—dijo mientras reía—. Dejemos eso de lado, ¿Te retocaste el tinte?

—Sí, tuve que hacer un baño de color —expliqué.

En la mañana, aprovechando que habían suspendido la clase, fui al salón para hacerme el tratamiento recomendado debido al tinte de fantasía. El color magenta brillaba al igual que las extensiones de glitter, adoraba mi cabello.

Llevaba más de un año con ese tono y no dejaba de gustarme aunque, tener el cabello tinturado implicaba responsabilidad sino querías que se dañara y no hablo sólo de perder el color sino que, el cabello queda frágil debido a los químicos por lo que se cae y disminuye su volumen.

Anhelos ArrebatadosWhere stories live. Discover now