❪ prólogo ❫

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✾ O. PRÓLOGO ✾
Elvis

"Eres tú la dulce ilusión que yo soñé

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"Eres tú la dulce ilusión que yo soñé."
— La Bella Durmiente
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1947

La brillante luz amarilla del sol se filtraba con fuerza a través de las ventanas de la familia Presley, iluminando la diminuta cocina mientras los integrantes de la familia desayunaban tranquilamente en la mesa que estaba en el centro.

La superficie plana y lisa de madera contaba con un par de platos y algunos vasos de vidrio llenos hasta el tope con un recién preparado jugo de naranja. Los suaves panqueques en los platos estaban inundados en miel de maple y pequeños trozos de mantequilla caliente. En las sillas que rodeaban la mesa, dos personas estaban sentadas mientras engullían la mezcla entre masa y azúcar que yacía en sus platos.

— Kennedy ahora es representante en la Cámara — le informó Gladys a su hijo antes de tomar un sorbo de su jugo.

Su único hijo asintió y masticó su trozo de panqueque, relamiéndose los labios y saboreando el dulce jarabe que le cubría la boca. Gladys sonrió y le dio el periódico, señalando con un dedo la foto del nuevo concejal. En la foto estaba el hombre del que había hablado con una bonita mujer colgada del brazo. Al lado, estaba la hermana pequeña de John Kennedy, mirando a la cámara fijamente.

Siendo totalmente sincera, Gladys estaba bastante sorprendida; nunca pensó que alguien como Kennedy llegaría a la primera página del periódico en un lugar como Tupelo de entre todos los posibles lugares. No era común. Tal vez no sería sorprendente si Kennedy estuviera representando a su estado, su hogar, pero no lo estaba y eso lo hacía extraño y foráneo. De todos modos, la mujer sabía lo que se decía en las calles sobre Kennedy, cómo se suponía que era bastante encantador y carismático (eso eran sólo rumores, pero era lo único que tenía). Ella suspiró.

Elvis cogió el periódico con cuidado y pasó los dedos pálidos dedos por el grueso papel, sacudiéndolo un poco y echándole un vistazo. Sus ojos azules evaluaron la foto, recorriendo lentamente a todas las personas que aparecían en ella. El hombre que sus ojos encontraron era uno del que ya había oído hablar, John F. Kennedy; él y toda su familia estaban involucrados en la política, eran todos demócratas y la mujer que estaba a su lado era, supuso Elvis, su novia. Lo que le hizo detenerse fue la niña en el borde de la foto.

¿Quién eres?

Claramente la imagen estaba en blanco y negro y la resolución de la misma no era la mejor, pero ella lucía... ¿diferente? No, esa no era la palabra correcta para definirla. La niña lucía incómoda junto a la pareja.

La niña en cuestión llevaba un vestido absurdamente grande que le cubría todo el cuerpo y su pelo, aparentemente oscuro, estaba recogido en un moño apretado, dejando su cara libre de cualquier obstrucción. Tenía un rostro joven a pesar de que parecía ser un poco más grande que él, Elvis se lo concedía. Al fin y al cabo, él sólo tenía doce años y su propia cara estaba todavía redondeada por la infancia. Pero todo eso no la hacía especial, lo que sí, eran sus ojos y sus labios. Esos ojos eran apagados y aburridos mientras sus labios estaban fruncidos en un puchero; era bonita y melancólica. Tal vez estaba siendo ingenuo, pero parecía una niña que anhelaba la aventura, al igual que él.

Elvis mismo era un buscador de aventuras. Siempre iba a la iglesia a cantar o a espiar por los agujeros a las parejas que bailaban en los bares. Le encantaba sentir la adrenalina caliente en sus venas azules, calentando su deseo de tener más. El miedo a ser atrapado nunca le disuadió, sólo le inspiró a hacerlo mejor. Tenía que admitir que eso le hacía ser un poco travieso ante los ojos de los adultos.

La niña de la foto parecía necesitar a alguien como él, alguien con quien pudiera aventurarse en el mundo. Como un superhéroe y su compañero.

Elvis sonrió un poco y leyó el pie de la fotografía. Decía en pequeñas letras negras: "John F. Kennedy, Gene Tierney y Eva Kennedy en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos".

Eva, qué nombre tan apropiado, pensó, todavía mirando la foto con curiosidad.

—¡Elvis! —Su madre le sacó de su ensueño.

—¿Sí, mamá?

—¡Deja de mirar a esa niña rica y vamos a la iglesia!

El niño sonrió y tomó la mano de su madre, permitiéndole guiar el camino y dejando el periódico sobre la mesa.

De forma poco sorprendente o sorprendente, eso dependía de a quién le preguntaras, cada vez que llegaba un periódico a la residencia de los Presley, Elvis lo escaneaba y si no tenía nada de su interés, se lo devolvía a su madre. Pero si contenía algo... bueno, cogía unas tijeras y cortaba la foto del periódico para luego esconderla en una caja de cartón bajo su cama. Gladys había soltado un pequeño grito de sorpresa cuando había abierto aquella curiosa cajita por curiosidad.

Esperaba noticias o fotos sin importancia, pero en su lugar encontró miles, bueno, no miles, pero sí un montón de fotos de la niña Kennedy. Estaban encima de los cómics que atesoraba su hijo, así que, efectivamente, tenían importancia.

Dios mío... su hijo estaba enamorado de una niña que nunca lo miraría dos veces.

¡Una niña a la que nunca conocería!

Desde el anochecer hasta el amanecer, día tras día, su pequeño y precioso hijo empezó a atesorar lentamente el nombre de aquella niña desconocida en su boca roja como las cerezas, escribiendo pequeñas palabrerías para la ilusión que había construido en su infantil mente sobre Eva Kennedy en un trozo de papel que también se encontraba en su pequeña caja de secretos.

Won't you ever wear my ring up around your neck?

Elvis Presley nació para algo más grande de lo que era, y más grande sería.

En él ardía el más católico de los anhelos: devorar lo divino.

Sin embargo, una pregunta quedó sin respuesta.

¿Sería él la serpiente, tentando a la inocente Eva en el Jardín del Edén o sería Eva Kennedy el verdadero basilisco que lograría salvarlo de su propio Lucifer, alias, el Coronel Parker?

¿Sería él la serpiente, tentando a la inocente Eva en el Jardín del Edén o sería Eva Kennedy el verdadero basilisco que lograría salvarlo de su propio Lucifer, alias, el Coronel Parker?

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¡Buenas!

Esta historia me tiene muy emocionada y espero que se note en los próximos capítulos.

¿Qué les pareció?

Creo que es algo común que los niños de esa edad tengan un celebrity crush, I mean, cuando yo era joven (lol, como si todavía no lo fuera) tenía un chorro de posters de actores que me gustaban.

Si les gustó, por favor no se olviden de dar click en la estrellita y/o dejar un comentario.

¡Besos!

STARBOY ▹ ELVIS PRESLEY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora