❛ ୧ 𝗦𝗧𝗔𝗥𝗕𝗢𝗬 . . .
─── elvis fanfiction
🕺🏻 Mi amor, mi querida, he anhelado tu toque un largo y solitario tiempo y el tiempo pasa tan lentamente. ¿Todavía eres mía?❞
Elvis Presley se presenta en el Louisiana Hayride con un traje rosa y ojos...
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"Fuerte como las tormentas, como águila viva ser." —Valiente ╚══════════════════╝
1972 — 1973
Habían pasado algunos años, y ahora Graceland estaba enterrada en la nieve, apenas comenzando los largos meses del gélido invierno. La escuela para Lois había sido relativamente normal. Aparte de las vacaciones, Lois no había visto mucho a John, que estaba fuera del país dirigiendo un millón de clubes diferentes de ajedrez y reuniones de la junta directiva y otras cosas en Inglaterra, y aparte de los viajes en coche a casa, Lois tampoco veía mucho a su madre, que estaba ocupada dejando todo en orden para el momento en que dejara definitivamente el Senado.
Lois se había interesado por el estudio de su madre, especialmente por los libros de leyes y de literatura clásica. También había descubierto la colección de coches de su padre, a la que Erin la consideraba ahora lo suficientemente mayor como para tener acceso.
En ese momento, estaba escondida debajo de un Ford Thunderbird rojo en el amplio garaje, estudiando el funcionamiento interno del vehículo. Erin le prometió que, si Lois conseguía hacerlo funcionar, podría conducirlo. Y sabía que Erin sólo lo decía porque el mexicano no soportaba que Lois estuviera sola, pero Lois apreciaba el sentimiento, de todos modos.
Después de cambiar el viejo aceite y arreglar el fuselaje, estaría prácticamente como nuevo: Elvis siempre cuidaba bien sus coches. (Sin embargo, el rojo era un poco... llamativo, para Lois. El Thunderbird iba a necesitar un trabajo de pintura, porque ¿qué tan lindo se vería en negro?)
Salió de debajo del coche y se pasó la mano por la mejilla, lo que probablemente dejó una mancha negra. Se limpió las manos con un trapo antes de coger el libro de mecánica y hojear las páginas.
—¿Ocupada?
Levantó la cabeza para ver a John mirándola con los brazos cruzados. Parecía que acababa de llegar del exterior, con la nieve derretida aún cubriendo su chaqueta negra y sus botas.
Lois dejó el libro. —La verdad es que no. ¿Por qué estás aquí?
—Quería verte.
Ella lo miró con escepticismo.
—Vale, bien. —John bajó los brazos con una burla. —Entonces, papá me prohibió la entrada a la oficina hasta que mamá regrese. ¿Dónde están tus maletas?
—Te dije que no iba a venir este año. —Volvió a coger el libro y abrió el capítulo en el que estaba.
—Oh, por favor, Lois. Unos días en Las Vegas nunca hacen daño a nadie.
