EPÍLOGO

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Julio, 2019.

— Este libro tiene todo que necesitamos — murmuró Baz Luhrmann, completamente maravillado con la oportunidad que se le estaba presentando en ese momento.

El libro de pasta blanda con la imagen de portada siendo una fotografía de Eva y Elvis en los años cincuenta estaba en las manos del director y el hombre no mentía al decir que aquel libro contenía detalles privados e insólitos que servirían para hacer una serie de HBO inolvidable para la audiencia.

Así que se puso de pie y miró directamente a los ojos de la chica que le trajo el libro.

— Es trágico, romántico y duele porque es real — dijo Baz finalmente, señalando el libro con una mano. — Muchas personas han hablado de los Presley y los Kennedy por separado, pero nada es igual a este libro. Me alegra que me lo hayas traído a mí primero antes de llevarlo a una editorial. Que esto venga de una integrante de esa familia es un gran detalle, sobre todo porque aquí están escritos los pensamientos privados de la mayoría de ellos.

La pelinegra sonrió, sintiendo que un sonrojo se acumulaba en sus mejillas normalmente pálidas.

— ¿Ya sabe quién va a interpretar a Elvis? — preguntó ella, mordiendo ligeramente su labio inferior.

Baz asintió, feliz.

— Austin Butler.

— Me alegro — admitió la pelinegra —. Vi el video que mandó cantando Unchained Melody y... guau. Sabe lo que hace.

El director le dio la razón y volvió a hojear el libro, viendo el diseño sencillo que tenía. Después, volvió a ver a la muchacha.

— Solo creo qué hay que aclarar una cosa — agregó mientras checaba las anotaciones que había hecho mientras leía el libro —. Algo que siempre quise saber es: ¿qué hacía Eva en el Louisiana Hayride?

La joven conocía esa respuesta, ya que era una anécdota conocida dentro de la familia.

— Ella escuchó a Elvis en la radio de Erin y le encantó la forma en la que cantaba. Siempre le pareció interesante, supongo — se encogió de hombros —. Es chistoso, porque Elvis también tenía recortes de Eva en una caja desde que era niño.

— De acuerdo — Baz se recargó en su silla y entrelazó sus manos frente a él —. También quería preguntarte si quieres formar parte de este proyecto.

La boca de la pelinegra quedó entreabierta por la sorpresa.

— C-Claro — tartamudeó un poco —. Sería todo un honor. ¿Me quieres como extra o...? — dejó la pregunta al aire.

Baz negó con la cabeza.

— Quisiera que saliendo de esta reunión hagas algunas pruebas de química con Austin, él te está esperando afuera — el hombre le sonrió a la joven—. Creo que sabes qué papel quiero que desempeñes en la serie, pero sólo para dejarlo claro... quiero que interpretes a Eva — declaró con firmeza —. He visto algunos proyectos que has hecho, incluyendo The Dark Knight en donde trabajaste con Christopher Nolan y creo que tienes lo necesario para estar en esta aquí.

— Me halagas mucho, Baz — rió ella risueñamente —. Estaría encantada de formar parte de este proyecto.

Luhrmann sonrió y le extendió su mano a la pelinegra, la cual ella estrechó con firmeza mientras ambos se ponían de pie.

— Gracias por traerme este libro — volvió a agradecer el director —. Pero... ¿todos están de acuerdo en compartir esto? Esta serie no solo habla de Eva o Elvis, sino que también incluiría shots personales a las vidas de otras personas como Jackie, Priscilla, Steve y Erin. ¿De verdad están listos para exponer sus pensamientos más privados?

La ojigris pensó un par de segundos en su respuesta, aunque ya sabía de antemano que el libro se iba a publicar antes de que la película comenzara a rodar.

— Ellos están listos y yo también — proclamó.

— Bien, será mejor que comencemos a salir o tal vez Austin se muera de los nervios antes de tiempo — sugirió Baz, guiando a la pelinegra a la puerta de madera —. Te lo advierto, Austin es tímido, así que no te sorprendas si actúa un poco raro — comentó mientras salían de la sala de reuniones en la que habían estado discutiendo sobre el libro y posteriormente, sobre la película.

Ambos respiraron el aire fresco que salía de los ventiladores y Baz señaló la figura de un muchacho en el pasillo.

La chica ladeó la cabeza cuando vio al chico de pelo negro azabache con el cual coprotagonizaría la futura película si las pruebas de química entre ellos salían bien. Junto a ese muchacho, estaba Tanner Buchanan, quien le sonrió a la ojigris y agitó una mano en su dirección.

La pelinegra le devolvió el gesto a su amigo, con quien actualmente estaba grabando la serie de televisión Cobra Kai para Netflix y siguió caminando con Baz hacia el otro par. Esa interacción accidentalmente alertó al muchacho que estaba junto a Tanner de la nueva llegada e inmediatamente se giró completamente para poder observarlos con su total atención.

— Baz — saludó Austin. Su voz hizo sonreír a la chica.

Y cuando los ojos azules de Austin se encontraron con los grises de ella, se iluminaron con entusiasmo.

— Hola, mi nombre es... — comenzó a presentarse la pelinegra, pero fue interrumpida.

— Lana Presley — completó Austin, sonrojándose inmediatamente. — Eh, perdona. Me ganó la emoción —admitió con la cara roja hasta las raíces del pelo.

— No hay problema.

Una sonrisa apareció en los labios carnosos de Austin mientras se metía las manos en los bolsillos del pantalón. Tanner se rió finalmente y besó la mejilla de Lana a modo de saludo.

Entonces, Baz le puso una mano en el hombro de Austin y dijo: —Lana será la Eva de tu Elvis.

Lana se rió.

— ¡Baz, todavía no sabemos si pasaré la prueba!

— ¡Seguro no la pasarás! — se burló Tanner de forma sarcástica.

Todos se carcajearon ante ello, muy conscientes de que Lana probablemente obtendría el papel sin muchas dificultades. Después de todo, la pelinegra era casi una copia exacta de su bisabuela, exceptuando su cabello negro como la noche. Y además, era una actriz ya con cimientos sólidos en la industria de Hollywood a diferencia de Tanner o Austin.

— ¿Caminas conmigo, Eva? — preguntó Austin, ofreciéndole el brazo a la muchacha.

Un par de ojos azules chocaron con unos grises y una nueva historia comenzó a rodar.

Nunca hay un momento ni un lugar para el amor verdadero. Ocurre accidentalmente, en un latido, en un único momento intermitente y palpitante.

— Sería un gusto, Elvis.

THE POLITIC & THE DREAMER

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STARBOY ▹ ELVIS PRESLEY ✓Where stories live. Discover now