CAPÍTULO 8

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Deigh dejó sobre su cama a la mujer terráquea con sumo cuidado. Al apartar la masa de rizos mal recortados de su rostro, sintió como la temperatura del cuerpo inconsciente se elevaba y el sudor comenzaba a perlar su frente dorada. Apremió con otro mensaje a la teniente Soreigh y con el comando de su voz dio permiso para que la puerta del camarote se abriese a su llegada.

Se pasó la mano por su propia cara y sintió que su temperatura subía casi a la misma velocidad. La mujer sobre la cama se removió inquieta, intentando arrancarse las ropas que la cubrían. Puso ambas manos sobre los hombros de la terráquea de los cuales había resbalado el tejido suave y la descarga que sintió en todo su ser incidió con especial virulencia en su hombría.

Estaba excitado como un adolescente. ¿Qué demonios?

El cuerpo de Laura se arqueó sobre la cama, su larga y vaporosa falda se subía con la inquietud de sus piernas, dejando asomar demasiada piel tersa, dorada y aterciopelada.

El aroma de ella subía directo de sus fosas nasales hasta su cerebro como una especie de droga, una locura total. La mujer abría sus ojos color de cielo al amanecer, parpadeaba confusa.

––Necesito...––gimió mientras intentaba arrancar sus ropas de su cuerpo como si el simple contacto le hiciese daño lloriqueó––. Necesito que....

Soreigh apareció en la puerta del dormitorio del camarote.

––¿Qué diablos?––sus ojos cayeron sobre el brazalete dorado que adornaba la muñeca de la mujer, el mismo que se ceñía alrededor de la piel morena de Deigh.

––¿Los nanoreparadores?––dijo Deigh angustiado, intentando ocultar la erección que amenazaba por hacerlo explotar, su voz sonó como muy lejana.

Soreigh miró a ambos frunciendo el ceño.

––Ambos acabáis de entrar en el celo. ¿O qué pensabas si le ponías el brazalete de compañeros a una  hembra joven ?––gritó Soreigh

–– ¡Pero a creí que era una leyenda! ¡Somos una tripulación de hombres, y partimos apenas siendo muchachos!

––Créeme. Ambos habéis entrado en esa etapa a la vez, es tu compañera. Complacéos en ello, solo parará hasta que ella quede embarazada. ¿O por qué crees que no a todas las hembras con las que un hombre puede cohabitar se le concede la joya? Me voy de aquí, solo hay una manera que esto deje de ser una tortura para ambos. Tomáos mutuamente, yo me haré cargo de todo mientras..

––¿Qué demonios dice doctora?––casi gritó en un lamento Laura.

––No eres una niña, los nanomec te convierten físicamente en uno de los nuestros, y este idiota que nos comanda ha hecho el resto. ¿O creías que era un juego, Deigh?––dijo dirigiéndose al asombrado captrán que se apoyaba con una mano sobre la pared de p metal mientras intentaba ocultar la parte baja de su cintura forzando la postura––. Mal que os pese, Laura os atraeis mutuamente desde el primer instante . El brazalete solo acelera lo inevitable. Diré a la tripulación que te dejo cumpliendo tus deberes de compañero. Seguro que más de uno se alegra y damos esperanza a muchos. Somos una sola raza, esto lo demuestra.

Laura y Deigh vieron marchar a toda prisa a Soreigh como alma que lleva el diablo. La puerta principal se cerró tras ella dejándoles a solas. Se miraron respirando con dificultad, Laura abrió en ese instante la boca.

––Mira, esto es lo último del mundo que desearía, no te conozco de nada, y no soy de las que se acuesta con cualquiera, pero o haces que esta fiebre pare, o pienso estrangularte con mis propias manos.

Deigh no dudó un segundo más. Casi arranca de su cuerpo el uniforme mientras ella deshacía los lazos que ceñían el cinturón que atrapaba todo su vestido. Sin dejar de observarse mutuamente, Laura se alegró de no encontrar ningún apéndice extraño entre los fuertes muslos del hombre, preparado por completo para ella. No era cuestión de llevarse una desilusión o un susto. Deigh cayó como un halcón sobre su cuerpo, atrapando su boca en un loco frenesí que de momento no sabía como iba a terminar o a empezar. Amasó con ambas manos los senos redondos de oscuros y pequeños pezones de Laura. Se instaló entre sus muslos y pegó su frente a la de la mujer terráquea.

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