CAPÍTULO 16

70 9 2
                                    

Lucía recibió la noticia de que un vehículo procedente de Beta 1 se acercaba al arca a la puesta del sol. Por la radio y en tono conciliatorio Frederic pedía hablar con ella. Después del último incidente, Juan no se mostraba muy conforme.

––No me fío de ellos.

––Hemos colaborado desde siempre. Comprendo que ahora estés más preocupado por tu hijo, pero no puedes dejar que pensamientos negativos influyan en nuestras decisiones–– contestaba Lucía en tono conciliatorio.

Deigh había sido invitado a la reunión del pequeño consejo compuesto por los de más edad de Alfa 1, aunque en esos instantes ninguno parecía superar los treinta años en su físico. Los efectos secundarios del componente nanotec había reparado las arrugas del tiempo y oscurecido canas.

––¿Estás segura, Lucía?–– dijo el capitán mientras arañaba apenas un viso de barba en su mentón–– Tarigh me informó de todo o acontecido con ese humano hace apenas unos días.

–– Fred es un hombre de genio vivo. Estaba ofuscado en esos instantes. No os conoce de nada. Es un soldado, su primer deber es la protección de la población, no podéis culpar de su recelo a alguien que solo quiere el bien para los que protege y defiende con su propia vida.

–– Ni vosotros tampoco nos conocíais, y nos recibisteis con respeto e intentasteis ser abiertos de mente–– respondió Deigh––. Preferiría que mi hermano estuviese aquí, es mucho mejor diplomático que yo.

–– Ya ha recibido el permiso de llegar hasta las puertas del arca. No nos vamos a echar atrás–– repitió Lucía.

Unos toques en la puerta del pequeño despacho donde se apiñaban, hizo que quedasen en silencio.

–– Adelante–– dijo Lucía alzando la voz en el silencio.

La puerta se abrió, uno de los técnicos de radio asomó apenas la cabeza.

–– Señora, una nueva comunicación. Fredd solo halará con usted. Ruega que acuda a la puerta de entrada para hablar con libertad sin la presencia de, como dice «los alienígenas».

Deigh negó con la cabeza.

–– Lucía llevará escolta, si no de nuestros hombres, de los del arca, usarán nuestras armas––dijo con viveza..

Lucía alzó una mano y con ese gesto pidió silencio.

––Dile que acepto los términos–– se volvió hacia el capitán Deigh––. No ocurrirá nada. Me pondré la ropa de protección, hablaré con él para tranquilizarle y volverá a su arca. Ellos son tan humanos como nosotros. Podrían ser los siguientes en ser rescatados para ir a vuestro planeta. Merecen una oportunidad igual que nosotros.

La mirada de Deigh se volvió hacia el suelo, no dijo ni una palabra al ver salir a Lucía de la pequeña habitación para tomar su vestimenta exterior. pero le hubiese gustado atarla a esa silla ajada que utilizaba tras el escritorio para impedírselo-

Con habilidad tecleó en su comunicador órdenes para que todos sus hombres dentro del arca estuviesen preparados. No se encontraba tranquilo, aunque la alcaldesa del lugar jurase que no pasaría nada por hablar con ese hombre en la misma puerta del arca. En el vehículo donde llegaría no podría ser ocupado por más de veinte  guerreros. Si era cuestión de cantidad ellos le superaban en hombres y en armas. Su compañera, Laura le miró intrigada em silencio. El lenguaje que utilizaba de escritura era completamente distinto a los que ella conocía.

–– ¿Qué haces?–– preguntó la mujer, acercándose tanto que le rozó uno de sus muslos con el suyo. A pesar de la situación, el cuerpo de Deigh reaccionó excitado, y deseoso de cogerla en brazos y llevarla a una habitación privada y demostrarle lo que era el placer, sin la necesidad imperiosa del apareamiento. Acariciar su cuerpo con lentitud, besar cada unto sensible, envolverse en ese olor tan suyo... Respiró fuerte y se alejó de ella, temiendo dejarse llevar por el loco impulso.

CONTACTO EN LA ÚLTIMA FASEDär berättelser lever. Upptäck nu