CAPÍTULO 25

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Tarigh sonrió ante la escapada de la pareja. Su hermano no perdía el tiempo. Quiso explicar a los que le rodeaban y habían observado igual que él, la huida de ambos.

––En nuestra cultura es costumbre que nadie moleste a la pareja al menos un tiempo, se aíslan para poder completar su vínculo y hacer su unión fuerte y verdadera. Ellos apenas han tenido tiempo

––Si es así, y quieren pasar todo el día a solas... haré que les lleven comida o lo que pidan. Diré que hoy suspendemos las clases a los más jóvenes. Que disfruten de un día de asueto.. Aquí lo llamamos «Luna de miel». No somos tan distintos.

––Sería lo mejor, que al menos tengan un tiempo de «luna de miel»––dijo Tarigh suspirando, él necesitaba exactamente lo mismo, coger a esa hembra de cabello rizado y hermosos ojos, tomarla en sus brazos y desaparecer al menos una luna terrestre completa. Sin embargo no podía llevar a cabo sus deseos.

––¿Comemos?––preguntó prosaica e ignorante de los pensamientos que cruzaban la mente de Tarigh, Lucía. A pesar de haber sufrido cautiverio, una noche encerrada en una fría celda a su lado y una escaramuza sobre su cabeza, parecía extrañamente tranquila.

El comandante la acompañó hasta la mesa, sentándose a su lado. La comida casi se enfriaba, pero era mucho mejor que las raciones de abordo.

Juan estaba sentado frente a ellos.

––Lucía, hemos recibido aviso desde las torres del norte. Se aproxima un frente glaciar.

––¿Tan pronto? No es habitual––suspiró Lucía.

––Por eso, ya que estamos aquí de nuevo todos juntos, hay que acelerar los preparativos, en menos de un día puede estar aquí.. Por suerte, nuestros invitados han traído raciones suficientes para los dos o tres meses que suele durar. ¡Y tienen nociones de energía geotérmica incluso mejores que las nuestras,! Ya he hablado con alguno de ellos sobre este asunto mientras os esperaba..

Tarigh no entendía a lo que se referían, el tono de a conversación era bastante serio al parecer.

––¿Qué ocurre? Si me permiten la pregunta––dijo el comandante.

––Pronto, todo este desierto caluroso se cubrirá de una capa de nieve. Ha habido años que ha superado los cuatro metros de espesor––dijo breve Lucía.

Tarigh asintió, pero esa palabra era desconocida para su idioma.

––¿Qué es nieve?––inquirió el comandante.

––¿No hay nieve en tu planeta?––miró a los ojos al guerrero, por supuesto que no, no entendía nada.

–– Mi planeta sostiene todo el año la misma temperatura con breves oscilaciones según el lugar de asentamiento. Nos alumbran dos estrellas gemelas. Nuestra órbita alrededor de ellos no es elíptica como la tierra, sino que forma una figura de infinito, dos meses o poco más en el tiempo terrestre, no anochece, nos alumbran a la vez. Cuatro lunas nos orbitan, una de ellas habitable. Es un sistema distinto pero perfecto para sostener nuestra existencia.

Juan tomó la palabra, tras mirarle con asombro ante la revelación.

––La nieve es muerte y vida. La única forma en que podemos conseguir agua y a la vez acabar con nosotros. Del cielo se precipitarán pequeños cristales de agua congelada. Poco a poco, o en ventisca, se formarán capas sobre la superficie del suelo y la cúpula de cristal que nos protege. Por suerte hace años que no sufrimos rotura, pero en las peores hemos tenido que repararlas y perdido cosechas enteras, el sol permanece casi todo ese tiempo sin aparecer en el cielo, oculto por nubes. ¿Sabes lo que son nubes?

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