Intro Bianca

53 13 6
                                    


15/08/2010

El olor a húmedo invade mis fosas nasales, una sensación a metal se expande por mi boca y me hace toser.

¿Dónde estoy?

Me duele la cabeza, los brazos los tengo entumecidos y aunque intento moverlos, no puedo.

Quiero chillar, pero tengo la garganta tan reseca que creo que sangraría si lo intentase. Me muevo un poco para acomodar mis piernas, pues las tengo en una postura algo extraña y las siento como dormidas. El cosquilleo característico de cuando se van despertando me incomoda, pero es necesario o pensaré que las tengo rotas. Oigo un ruido de pasos que parecen estar del otro lado del habitáculo donde estoy. Y voces, se oyen voces. Pero no hablan ruso y no puedo entenderlas.

Quiero abrir los ojos, pero deben habérmelos vendado, porque no soy capaz de hacerlo, o ya lo he hecho y no veo absolutamente nada. Debería estar muy angustiada, pero no lo estoy. Algo dentro de mí me dice que después de la vida de mierda que he tenido los últimos cinco años de mi vida, esto no puede ir a peor. Pero la sensación de volver a empezar no se va.

— ¡Chicas! —la voz de una mujer me saca de mis cavilaciones, es fuerte, enérgica y habla en ruso— Hoy es el mejor día de vuestros días.

Alguien detrás de mí, comienza a deshacer el nudo de lo que sea que me tapa los ojos. Primero doy un bote por el susto y luego me dejo llevar. La venda cae al suelo y abro los ojos despacio. La luz me molesta un poco, pero puedo ver algo. Poco a poco miro a mi alrededor. Hay más chicas cómo yo, tendidas por el suelo de lo que parece ser una nave industrial. No tengo ni idea de cómo he llegado hasta aquí o de por qué no recuerdo nada de nada desde... la última fiesta de... mi marido.

Frente a nosotras, una mujer con un traje que parece de diseño, pelo rubio engominado y una coleta alta. El pelo muy liso, le llega casi hasta la cintura estando recogido. Piel blanca como la nieve y los labios pintados de color rojo. Es extremadamente guapa. No tengo idea de quien es. No la he visto en mi vida o al menos, no la recuerdo.

— Mi nombre es Sila —continua la mujer cuando todas hemos recobrado un poco el sentido y la estamos mirando—. A partir de hoy, voy a ser vuestra mejor amiga, vuestro único apoyo y por supuesto la mejor arma que tenéis para ser alguien de provecho en la vida. Pero como no me gusta obligar a nadie a estar aquí, os libero de vuestro yugo. Hoy tomaréis la primera gran decisión de vuestra propia vida. Venir conmigo, volver dónde estabais o iros sin mirar atrás.

Veo como todas se miran las unas a las otras. Dudan. Obviamente nadie va a creerse que nos van a soltar y nos van a dejar libres así cómo así.

— Tenéis dos días para decidirlo, hasta entonces estaréis aquí. Mis hombres se encargarán de que no os falte de nada.

Casi todas estamos sucias, semidesnudas y, además, llevamos ese mapa de colores dibujado en nuestro cuerpo. Ese que se fabrica a golpes. Yo vengo del infierno más absoluto, donde se me ha humillado, vejado, llevado al nivel más bajo, el nivel de sentirme el trapo sucio para limpiarse la mierda. Esa era yo. ¿En serio piensan que volveremos allí? Aunque imagino que algunas no conocen otra vida o no tienen otro remedio.

La mujer trajeada que dice llamarse Sila, desaparece de mi ángulo de visión. Sólo unos cinco hombres altos, muy corpulentos, trajeados y con cara de pocos amigos se quedan con nosotras.

El más cercano a nosotras comienza a hablar en una lengua que creo es inglés. No sé qué órdenes les da a los demás, pero todos comienzan a moverse. Del interior de unas furgonetas que abren, sacan mochilas que van distribuyendo entre las chicas. Miro la que cae a mis pies. Es grande, parece nueva, de color rojo y con un símbolo negro con una corona dorada, bordada en el centro.

— Estas mochilas —habla el hombre que parece ser el jefe, en un ruso algo mediocre pero que todas entendemos— contienen ropa, utensilios de aseo y algo de comida. Ahora os trasladaremos a una casa donde os darán alojamiento por estos dos días, una cama y ducha con agua caliente. Os asearéis y valorareis la respuesta que Sila quiere para el plazo estimado.

Los hombres ayudan a las chicas a ir poniéndose de pie de forma más delicada de lo que pensaba. La verdad es que no estamos atadas, ni inmovilizadas, sin embargo, ninguna ha hecho amago de salir huyendo. No tengo claro quién es esta gente, no sé si venden humo o si van a hacernos esclavas, igual que hicieron conmigo hace cinco años, pero, tengo claro que volver al lugar del que vengo no es una opción.

No necesito los dos días para contestar, pero les daré ese tiempo de margen para ver si me ofrecen, al menos, algo mejor. Noto un líquido caer por mis piernas al levantarme. Miro al suelo y está mojado, huele a pis. Seguramente más de una nos hayamos hecho las cosas encima en este tiempo.

El jefe se aproxima a mí y me tiende un vaso con lo que parece agua. Le miro y nunca en mi vida he visto unos ojos verdes tan bonitos. El vello de todo el cuerpo se me eriza.

— ¡Bebe! —me dice y le tomo el agua— Vais a estar bien —me dice en bajito.

Quiero creerle. Pero me cuesta demasiado. 

Además, me atan demasiadas cosas a Klaüs para huir de allí.

Además, me atan demasiadas cosas a Klaüs para huir de allí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si te gusta la novela erótica entra en mi perfil. Hay muchas más y disfruta de la experiencia. Si quieres dejar un comentario con tu impresión solo tienes que hacerlo. 

Críticas y valoraciones son bienvenidas, pero, recuerda que soy solo una humana que escribe novelas y puedo cometer errores. 

Te deseo un buen viaje a través de esta novela. Dale al menos una oportunidad. 

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora