Cap. 33

7 1 2
                                    

14/01/2011 Parte II

Todo esto es culpa mía, debí hacerle caso a Sila y a Gabriel y apartarme de él. Le he puesto en peligro por mi mala cabeza, a un tipo que no se merece que le pase nada malo. Si algo le pasara no me lo podría perdonar nunca. Nunca.

Retuerzo mis manos nerviosa. Mi respiración es atropellada y es como si el aire no llegase a mis pulmones. Por favor, que no le haya pasado nada.

Si no fuese porque nunca he creído en un Dios, ahora mismo le estaría rezando. Gabriel mantiene su mano en mi muslo, sube y baja su pulgar para calmarme un poco, pero ni siquiera su contacto consigue tranquilizarme lo más mínimo.

— ¿Queda mucho? —le pregunto a Kaleb que simplemente me mira y sigue su camino.

Se lo he preguntado unas veinte veces y entiendo que no puede decirme mucho más. Cuando el coche se para, abro la puerta para bajar de inmediato. Pero la mano de Gabriel me retiene en el interior y cierra de nuevo la puerta.

— ¿Estás loca? Podrían matarte.

— Ya, pero... ¿y si tienen a Michael? No puedo quedarme aquí sin hacer nada.

— No estás sin hacer nada, te prometo que en cuanto sepamos si está ahí, vendrás conmigo.

Me toma el arma que llevo en la pernera y la revisa, para comprobar que llevo munición. Debería, pues solo he gastado tres balas. Vladimir y los dos tipos de hoy.

Gabriel baja discretamente la ventanilla y me siento sobre sus piernas para escuchar a Velkam que aparece del otro lado del cristal.

— Hemos revisado las plantas del edificio, creemos que están en la quinta planta pero esperaré a que Caín me lo confirme. No queremos abrir un polvorín innecesariamente.

— ¿Se sabe si han traído al tal Michael? —mi corazón late revolucionado escuchando la pregunta de Gabriel.

— Hemos conseguido hackear las cámaras de un negocio en la parte trasera del edificio del tipo este. Lo han sacado por una ventana y lo bajaron por la escalera de emergencia. No hemos logrado ver un coche o una matrícula. Que lo tienen es seguro, que esté en este piso, no.

— Bien —la voz de Kaleb es calmada.

Miro a Gabriel que me sostiene sobre sus piernas, sujetándome firmemente con los brazos.

— ¿Y si no lo tienen aquí? ¿Debería haber dejado al chaval vivo? ¿Y si me ha engañado? ¿Y si...

Gabriel me tapa la boca con una de sus manos.

— Deja de castigarte, le vamos a encontrar ¿Vale?

— ¿Vivo? —mi voz es apenas un susurro ahogado.

— Le vamos a encontrar —me repite con decisión.

Con sus brazos me rodea y con su mano sujeta mi cabeza contra su pecho. Yo me dejo acariciar mientras mis ojos lloran descontrolados.

— Le vamos a encontrar —me susurra y me besa la cabeza.

Los nudillos de alguien chocan contra la ventanilla haciendo que empuje a Gabriel para que me deje oír de nuevo. Mis temblorosas manos bajan la ventanilla.

— Pequeña —Velkam me sonríe—, el chico no está aquí. Tienen un piso donde hay drogas y alcohol. Han debido tener una buena juerga, porque hay ropa interior por todo el piso y marcas de haber tenido sexo en las habitaciones. Pero no hay nadie y ni rastro del chico.

— ¿Gabriel? —miro desesperada a mi ángel de ojos verdes, pero no encuentro respuesta en ellos.

— Confía en mi, ¿Vale? Le vamos a encontrar.

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Where stories live. Discover now