Cap. 23

5 1 0
                                    

01/12/2010

En la última semana, apenas he salido de este cuarto. Me he enfrascado en ponerme al día con mis estudios. Mis únicas visitas son las de las chicas, que me hacen reír cada vez que estoy con ellas y la de Kaleb que siempre me demuestra lo mucho que se preocupa por mí. Miro la pantalla del ordenador, el chat de Michael... Últimamente hablamos mucho. Me habla de las clases, me ha ayudado a no perderme y enterarme bien de todo, me habla de los chicos, de los días que salen a tomar algo por ahí... Lo típico.

Yo le he dicho que estoy en Rusia, para evitar que me busque, le he dicho que sigo con mi familia. No me gusta mentirle, pero... es necesario. No puedo decirle la verdad.

De Klaüs hay pocas noticias, ha regresado a la ciudad, y eso me pone nerviosa. Pero sus movimientos no parecen indicar que me esté buscando. Sila se muestra tranquila y de Gabriel no he querido saber nada. Aunque sé que le ha preguntado a Kaleb por mí, todos los días desde que regresamos.

El sonido de unos golpes en la puerta me hace cerrar el portátil e indicar que pueden pasar. Es Kaleb con su eterna sonrisa. Me parece tan tierno.

— Hola pequeña, te traigo una buena noticia.

Le sonrío y le indico que pase sin miedo.

— ¿Cuál es? —le insto a que me lo diga.

— Klaüs ha regresado a Rumanía. Por lo que sabemos, ha cesado tu búsqueda aquí y ha regresado a su casa.

Mi cara debe reflejar un mar de sentimientos encontrados. Por un lado me calma esa idea, pero por otro, siento preocupación por mis padres, por mi hijo. Puede que se desquite de mí haciéndoles algo.

— ¿Y mis padres? —le pregunto con ansia.

— Tranquila pequeña. Ellos siguen su vida sin sobresaltos.

— Ojalá pudiese verlos.

— Algún día, pequeña.

— Kaleb, ¿Puedo pedirte un favor?

— Claro —Kaleb toma asiento en el borde de mi cama.

— ¿Tú me enseñarías a disparar en condiciones y a pelear? Quiero poder defenderme sola, ser menos carga para todos.

— Primero, no eres una carga para nadie —le sonrío ante su respuesta—, y segundo, estaría encantado de hacerlo, pero, debo hablarle antes a Sila de tus intenciones.

— ¿Por qué todo tiene que pasar por ella? —me cruzo de brazos y frunzo mis labios— No te estoy pidiendo que te saltes las normas o algo así.

Kaleb me mira intensamente con esos enormes ojos negros, opacados por el paso del tiempo.

— Ella es quien manda aquí y tiene planes para ti. Pronto tendrás que empezar a ayudarla en el club y yo, tengo otros quehaceres además de cuidarte. Por eso es mejor, que para que podamos organizarnos bien el tiempo, ella esté enterada. Además, en breve tiene previsto un viaje y necesitaremos estar preparados.

— ¿Preparados?

— Sí, ya te he dicho que tiene planes para ti. Si quieres —se mira el reloj de muñeca—, podemos ir ahora a su despacho y lo hablamos con ella.

Asiento con la cabeza y me levanto de la silla dispuesta a salir del cuarto. Abro la puerta con decisión y al ir a salir, me choco de bruces con él. Gabriel, con su traje negro y su enorme cuerpo frente a mí.

— Perdón —susurro sin querer mirarle demasiado o me derrumbaré.

— No pasa nada... —parece dudar ante mi presencia, aunque claro, es mi cuarto— ¿Cómo estás?

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora