Cap. 30

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05/01/2011

La puerta del coche es abierta por Velkam, quien me da instrucciones de salir del vehículo. Salgo enfundada en un traje de chaqueta de diseñador hecho a medida. Me queda perfecto, se amolda a mis curvas y me hace parecer toda una mujer de negocios como Sila. No llevo blusa debajo y el escote es lo suficientemente amplio como para dejar ver parte de mis senos, perfectamente colocados. La peluca pelirroja me hace parecer totalmente otra persona. Al principio se me hacía raro mirarme y verme con esta facha. Pero ahora me gusta la imagen que doy.

Sila me ha dado lecciones básicas para afrontar este día. Debo ser complaciente con los posibles socios de nuestro negocio, coqueta y dejando entrever siempre la mujer sensual que todas tenemos. Y a la vez, debo mantener las distancias, ser fría y saber dar a entender que no soy una mujer fácil. Es mi primer trabajo como la pupila de Sila. Y vengo sola con los chicos de seguridad. Quiero hacerlo bien, necesito hacerlo bien.

Velkam se acerca a mi y me susurra al oído.

— El nuevo proveedor se llama Pietro, creo que es búlgaro. Hay poca información sobre él, pero tiene buen género. Nunca hemos trabajado con él, así que Sila no se fía. Ten mucho cuidado.

Asiento y me adelanto observando a todos los hombres que me acompañan. Entre ellos y en primera fila se encuentra Gabriel. No hemos hablado desde lo que pasó en casa. No he querido tener ningún contacto con él más allá de conversaciones sobre seguridad y, por supuesto, esta operación.

Como maté a Vladimir, que era el proveedor de armas del envío que había pendiente. Ahora nosotros debemos hacernos cargo de encontrar uno nuevo, que cumpla con nuestras expectativas. Yo le he dicho a Sila que no entiendo de armas. Pero me ha dicho que para eso están Velkam y Gabriel. Ellos verán el género. Yo solo debo observar y aprender. Y si todo parece correcto, este se puede convertir en uno de nuestros nuevos proveedores.

Por lo visto Pietro Romanski, lleva en el negocio toda la vida. Su padre ya se dedicaba a proveer a la mafia en la zona de los balcanes durante la guerra. Pietro a heredado el negocio y se a expandido a nuevos países y continentes. Es la primera vez que negocia en los estados unidos, pero no quiere cagarla, pues somos la puerta al gran continente. Y eso no debería desaprovecharlo.

— Señora Petrova —Sila me ha pedido que de cara a todo el mundo soy su pupila, porque soy su hermana. Bianca Petrova—. Es un placer para mi familia hacer negocios con usted.

Asiento y dejo que el tipo me babosee la mano en lo que aparenta ser algo común entre esta gente.

— Veamos que nos traes —le digo fría y manteniendo las distancias con él.

— Claro, claro.

Varios hombres salen cargados con maletas grandes de las tres furgonetas aparcadas tras Pietro. Sobre unas cajas grandes de madera abren los maletines y aparecen ante nosotros infinidad de armas.

Yo las miro todas y cada una de ellas. Muchas las conozco de las clases con Gabriel y con Velkam. Otras solo las he visto en fotografía o en películas. Gabriel y Velkam, cogen, miran y apuntan con ellas, bajo la atenta mirada de los hombres de Romanski. Yo me fijo en sus movimientos, posturas y en como catalogan cada una de ellas.

De uno de nuestros coches bajan Charles, al que conocí en la fiesta privada de navidad y Erik. Ambos se aproximan a mí y también observan atentamente las armas.

— Parecen de excelente calidad —Erik le habla a Charles.

— Eso es lo que necesita mi contacto. Las guerrillas colombianas necesitan buen género. ¿Es de fiar el tipo este?

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Where stories live. Discover now