29/12/2010
Han pasado varios días desde la fatídica noche en la que le arrebaté la vida a un hombre. Velkam me ha llamado por activa y por pasiva, pero no he querido hablar con nadie. Kaleb también me ha llamado para darme instrucciones de Sila. Y Gabriel... Gabriel se ha apostado al otro lado de la puerta. Lleva ahí desde aquella noche. Al principio llamaba a mi puerta con sus nudillos e incluso gritaba mi nombre. Pero, dejó de hacerlo y pensando que ya no estaba, miré a través de la mirilla. Y ahí estaba él. Sentado en el suelo con la cabeza apoyada en la madera de mi puerta.
Ekaterina y Marlenne me preguntaron y simplemente les respondí con un, no se qué hace ahí.
Me he centrado en estudiar y con la única persona que he cruzado más de dos palabras ha sido con Michael. Pero, dejé de escribirle, ya que estaba muy pesado con eso de que quiere verme.
— ¿No vas a dejarle entrar? —Marlenne se atusa el pelo con un cepillo mientras estudio en el salón.
— No —le digo secamente.
— No es justo, lleva cuatro días ahí sentado Bianca. Y cada vez que nos ve, nos pregunta si estás bien.
— Me importa poco si es justo o no. Tengo motivos para no dejarle entrar, punto.
— Vale, chica. Llevas unos días que no hay quien te hable.
Marlenne se va claramente enfadada del salón para terminar de vestirse. Su turno empieza en breve y Ekaterina lleva días sin aparecer por casa.
Cuando Marlenne se va, cierro el portátil y me tumbo en el sofá. Me coloco un cojín sobre el pecho y lo abrazo con lágrimas en los ojos.
La maldita cara del hijo de puta al que maté no me deja cerrar los ojos con calma. Entro en una especie de trance y de repente los ojos verdes de Gabriel aparecen ante mí.
Me incorporo y me acaricio los brazos intentando calmar el dolor. Pero, no lo consigo.
Me dirijo a la puerta y miro de nuevo.
Sigue ahí. Mira su celular mientras parece despreocupado. Sé que si le abro me voy a arrepentir, pero, necesito que alguien que me conozca, al menos un poco, me ayude.
Abro la puerta y Gabriel pega un brinco poniéndose de pie.
— Bianca —susurra mirándome con preocupación.
— Puedes irte y decirle a Sila que estoy bien. No es necesario que sigas aquí.
— No estoy aquí por Sila. Solo me preocupas tú. Quiero saber si estás bien.
Le observo con los ojos inundados en lágrimas que no quiero que salgan.
— Pues estoy bien —le cierro la puerta en sus narices y apoyo mi frente en la madera, ahogándome en un llanto silencioso, para que no me oiga.
— Bianca —su voz vibra por la puerta—, sé que no estás bien. Sé que matar a aquel tipo no es algo que te haga sentir bien. Por favor déjame ayudarte.
— Quiero que te vayas Gabriel —le digo entre sollozos.
— No voy a hacerlo hasta que me dejes hablar contigo.
¡Joder!
Le abro de nuevo sin esconder mi rostro. Nada más hacerlo él se abalanza sobre mí y me refugia en un abrazo.
— Mi pequeña, llora, no te preocupes.
Me aferro a él mientras con su cuerpo me guía hasta el salón sin romper el abrazo.
ESTÁS LEYENDO
Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023
RomanceBianca aparece sin saber cómo en un almacén. Una preciosa mujer le dice que le dará la libertad, pero Bianca sabe por experiencia propia que eso no suele salir gratis. La vida de Bianca ha sido complicada. Raptada por una mafia es vendida a Klaüs...