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25 de diciembre de 1992


Deneb permaneció toda la mañana sentada frente a la chimenea de la sala común de slytherin leyendo un libro de pociones, sin que nadie la molestase, hasta que su hermano la acompañó tomando lugar en el otro sofá.

Ambos se habían quedado por primera vez en Hogwarts para las navidades. Sus padres debían hacer un viaje para terminar de arreglar temas de herencia del abuelo, siendo que la hija de Cygnus, Narcisa, tenía una hermana encarcelada y otra desheredada... Y los problemas eran complejos. O eso decían ellos dos.

— Feliz navidad Den —dijo Draco finalmente, mirando a su hermana con calma. Con una calma que hacía rato no veía en él.

— Feliz navidad, Draco —la joven cerró el libro marcando la página con un trozo de papel— ¿Volveremos a ser amigos?

— Solo quería saludarte —Deneb rodó los ojos.

— Somos hermanos... no tenemos que odiarnos.

— No te odio —Draco sacó unos caramelos de su bolsillo y le ofreció uno a ella, pero lo rechazó. El chico se dispuso a desenvolver uno con mucha lentitud— nada más te pones muy pesada a veces.

— Solo quiero ayudarte —Deneb miró el fuego de la chimenea— me enteré lo que pasó en el club de duelo.

— ¿Y quién no? —Dijo el rubio divertido— todo el colegio lo sabe. Potter casi mata a Justin Finch-Fletchey lanzándole una serpiente. Tendrías que haberlo visto, Den —ella negó con la cabeza. No se refería a Harry ni a Justin, siquiera quería recordar lo estúpido que le sonaba decir "club de duelo" siendo que Gilderoy Lockhart había sido uno de los profesores al mando de aquello.

No tardó mucho tiempo en darse cuenta de que su profesor era un fraude que caminaba con túnicas celestes por los pasillos de Hogwarts, por lo que cualquier cosa proveniente de él ya le parecía un chiste.

— Mejor lo digo de otra forma —murmuró ella— me enteré de lo que hiciste tú. Conjurando esa serpiente para poner en aprietos a Potter.

— Se lo merece —Draco comió el caramelo que por fin había logrado sacar del envoltorio.

— ¡No puedes...! —la joven se acomodó con furia un mechón de pelo castaño detrás de la oreja e intentó apaciguarse para no llamar la atención de la poca gente que había en la sala común. Aprovechando así para repensar lo que estaba por decir— Draco no puedes ir por la vida mostrándote en contra de Harry Potter con tanta soltura, entiéndelo de una vez por todas, la gente lo aprecia —se encogió de hombros— no, no me hagas esos gestos. ¡Siempre lo mismo, Draco! No se puede hablar contigo, pensé que te habían educado mejor.

— Me educaron igual que a ti —Deneb cogió el libro de pociones y se levantó del sofá, indignada.

— Sabes que eso no es verdad —miró a su hermano, quien seguía distraído con otro caramelo. Deneb estaba segura de que sus padres le habían mandado una bolsa llena de golosinas para lo que restaba del año a su hermano, mientras que a ella le tocaba aceptar perfumes y vestidos, y nada de comer "porquerías"— Ojalá me trataran como a ti.


18 de enero de 1993


Deneb arrancó un puñado de césped con las manos, aburrida. Timothy llegó en ese instante sentándose precipitadamente sobre el suelo de los terrenos. La joven sonrió y posó la mirada sobre el lago negro que estaba congelado a las orillas. Nott acomodó su mochila como almohada y se recostó allí, tumbado, contemplando el atardecer.

⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora