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13 de mayo de 1995


Deneb comenzó a masticar otro de sus caramelos de limón mientras terminaba de subir los últimos escalones hacia la torre de astronomía. Un fuerte viento azotó su cara y su cabellera cuando abrió la puerta hacia el exterior. Se disponía a sentarse en el suelo cuando notó que alguien más venía detrás de ella. Un chico alto y pelirrojo sostuvo la puerta y pasó fuera hacia la torre, cerrándola detrás de sí.

— ¿Qué haces aquí? ¿Sabes que está prohibido, verdad? —dijo Fred Weasley. Deneb se dio media vuelta y caminó hasta una de las paredes, para luego sentarse en el suelo y apoyar su espalda contra la piedra fría.

— Suelo irme de la sala común a la noche para despejarme, de vez en cuando —dijo ella— Y por lo que veo, vienes a darme un sermón sobre esto.

— No, yo también suelo escaparme.

— Como si yo no supiera eso ya —Fred se rió.

— Te vi por los pasillos y decidí seguirte. Me pareció raro verte deambulando.

— Quizás nunca has prestado atención, pero hace años que vengo aquí...


El chico sonrió de lado y colocó ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón, para luego bajar la vista hacia sus zapatos y juguetear entre ellos. Deneb se perdió unos segundos también mirando hacia la nada misma, hasta que decidió hablar y cortar entonces el extraño e incómodo momento que estaban teniendo.

— ¿Quieres hacerme compañía? —dijo, girando su cabeza hacia él.

Fred alzó sus ojos por menos de un milisegundo al tiempo que asentía con la cabeza. Estaba nervioso y no sabía ni él mismo la razón o el porqué.

— No tengo nada mejor para hacer —contestó el pelirrojo sentándose al lado de Deneb. La chica se sonrojó, porque pudo percibir que la estaba mirando, aunque cuando le clavó sus bellos ojos azules, él decidió mirar hacia el cielo y hacerse el desentendido— No sé mucho de ti, Malfoy. Siempre hablamos de mí o de los demás pero poco cuentas sobre tus cosas...

— Te mataría del aburrimiento.

— Ponme a prueba —Fred sonrió, aún con los ojos posados en la noche— podrías empezar diciéndome por qué vienes aquí específicamente.

— Me gusta ver el cielo, contemplar su grandeza —hizo una pausa para comer otro caramelo. Le ofreció uno a Fred, quien aceptó con gratitud— Mi nombre es una estrella —Deneb señaló hacia arriba, indicando algún punto a la distancia en el firmamento— no se ve desde aquí a simple vista, pero se supone que está por allí, muy muy muy lejos. Es la estrella más brillante de la constelación de Cygnus, incluso de las más brillantes en la galaxia... Me pusieron ese nombre porque es una tradición familiar tanto de los Malfoy como de los Black, poner nombres astrológicos. Además Cygnus era mi abuelo.

— Y tus ojos son azules como el cielo, todo concuerda —Deneb se sonrojó— ¿Black?

— Por parte de mi madre. Sí, Sirius Black es primo de ella... ¿Sabes algo? —Trató de cambiar de tema, no quería hablar sobre su familia— ¿Has pensado alguna vez que a pesar de que las estrellas están sumergidas en la oscuridad, son capaces de brillar?

— La verdad que no —Fred sonrió— No sé mucho sobre el tema, pero creo que quizás son tan hermosas porque la oscuridad hace que podamos verlas.

El chico giró la cabeza levemente y se encontró con los ojos de Deneb, quien apretó la mandíbula, nerviosa. Pues no sabía si seguía hablando todavía de los astros o si estaba queriendo decirle algo de forma indirecta.

⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley)Where stories live. Discover now