⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley)

𝑿𝑿𝑰

10 de diciembre de 1994

Deneb se quedó unos minutos más junto a Fred Weasley en el aula de transformaciones para que la profesora McGonagall les diera un cronograma de temas, donde estaban anotados todos los hechizos con los cuales el pelirrojo tenía mayores dificultades. También les recomendó varios libros de magia avanzada que podrían ayudarles para las clases de tutoría.

Lucius y Narcisa Malfoy se morirían de angustia si supieran que su hija estaba ayudando a un traidor de la sangre, y más todavía que fuera un Weasley. Pero a Deneb le calmaba saber que no era la única tutora de la materia. Matilda también ayudaba a un compañero de hufflepuff y Cedric Diggory ayudaba a otro de ravenclaw.

De ser el caso, también podría mentirles a sus padres diciendo que en realidad le estaba explicando todo mal tan sólo para que reprobase sus exámenes.

Les encantaría escuchar eso; pensó para sí misma.

La profesora los despachó a ambos de la sala, mientras continuaba con los otros cuatro alumnos de tutorías que quedaban dentro. Deneb se sonrojó cuando pasaron al lado de un pequeño grupo de chicas que rieron atontadas al verlo a Fred.

— Por Merlín... están todas más raras de lo normal por ese tonto baile, ¿No crees? —Dijo ella— Parecen animales en celo, por favor.

— Será divertido, al menos —el chico se encogió de hombros— aunque me parezca una idiotez eso de tener que ir acompañado.

— ¡Si, lo sé! Eso es lo que más me molesta. Como si yo no fuera lo suficientemente independiente como para ir sola —bufó ella— Ah pero no, tengo que ir con alguien más. Además te aseguro que nadie en este colegio se ha puesto a pensar en qué pasaría si... ¿Y qué tal si quiero que mi pareja sea una chica? —Fred soltó una carcajada bastante sonora.

— McGonagall se moriría del horror. Creo —el chico se rascó la nuca— o quizás todo lo contrario.

— Te lo dije —Deneb sonrió con triunfo.

— ¿Qué? —La miró con los ojos abiertos, sorprendido— ¿Qué cosa?

— Que nada más necesitabas conocerme un poco para darte cuenta que no te caigo mal. Esa risa de recién fue genuina.

— Y otra vez diciendo tonterías... —murmuró Fred, acomodándose el cabello con la mano para tratar de ocultar su nerviosismo— llega un punto en el que te pones pesada ¿Ya te lo habían dicho?

— Sí, muchas veces. No eres el primero. Pero eso no cambia nada con que yo haya tenido razón —Deneb se encogió de hombros— ¿Mañana a las cuatro el primer encuentro?

— No, tengo que dormir por la tarde. Es mi rato libre.

— Perfecto, ¡A las cuatro entonces Weasley! —dijo Deneb girándose y continuando camino hacia las mazmorras, mientras Fred Weasley se enderezaba y caminaba para el lado contrario, serio, habiéndose dado cuenta de que se quedó sonriendo por una chica en medio del pasillo y temiendo que alguien más lo hubiera visto.

Deseó que no. De hecho, que ni había alumnos en aquel corredor, pero el pelirrojo se sintió observado.

Porque no, no se quedó quieto como un tonto, mirando unos segundos a una chica...

Fue por Deneb Malfoy.

21 de diciembre de 1994