𝑿𝑽𝑰

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23 de enero de 1994


— Den, tu encomienda ha llegado —Timothy se sentó en el sofá de la sala común de slytherin, extendiéndole a su amiga un paquete de caramelos ácidos de sabor frambuesa. Los Malfoy no la dejaban comer golosinas, y esas eran las favoritas de Deneb. Para su suerte lo tenía a Timothy de amigo, y siempre que podía le pedía a su padre que enviara aquellos caramelos para luego regalárselos a Deneb.

Claro que solamente los dos amigos sabían del acuerdo, porque de seguro que al señor Nott no le haría gracia enterarse que durante años le había estado comprando golosinas a la amiga de su hijo, en vez de a su primogénito.

— Algún día te lo compensaré —murmuró ella guardando el paquete en su mochila— gracias Tim.

— Podrías comenzar ahora, contándome que es lo que pasa con Miles —Deneb rodó los ojos.

— No... —dijo exasperada— ya bastante tengo con nuestras compañeras preguntándome cosas a cada rato.

— Bueno es que, yo comparto más tiempo con él, ¿Sabes? —Timothy se rascó la nuca— Y es un poco fastidioso tener que escucharlo toda la noche hablando de ti.

— ¿Por qué? ¿Qué dice de mí? —preguntó ella curiosa.

— Que pensó que estarías más interesada en él. Que nada más se besan y eso —Timothy hizo una breve pausa para aclararse la garganta— ¿Qué sucede? ¿Te gusta otra persona?

Deneb hizo una pausa para pensar. No se lo había planteado, pero justamente no lo había hecho porque, no, no le gustaba nadie más. 

Y entre los estudios, ser prefecta y sus padres que no la dejaban estar a solas con un chico que ya querían casarla con él... prefería mantenerse al tanto de los romances y las relaciones amorosas.

No porque ella no quisiera tener novio o amar a alguien. ¡Quien no quisiera ser amado!; pensó para sí misma. El tema yacía en que no podía permitirse enrollarse en tantos problemas al mismo tiempo, siendo que ninguno todavía embarcaba en puerto seguro.

Y creyó que aún tenía que reordenar sus ideas para permitirse abrir su corazón a un chico... por más que Matilda Bulstrode le dijese que estaba bien tener una relación así con un chico –y Deneb lo aceptó, por eso estaba en esa situación donde no había ningún compromiso de ambas partes- terminó por decidir que no le servía tener problemas con su familia por alguien que no le atraía con tanta efusividad.


— Es que, creo, que no me gusta Miles —murmuró Deneb por fin.

No se lo creyó a la primera que lo dijo, de hecho se lo tuvo que repetir varias veces en su cabeza durante algunos días para aferrarse a la idea.

Timothy no supo bien qué contestar ante esa respuesta, pues no la esperaba. Pero decidió cambiar de tema, ya que por alguna razón lo hacía sentir incómodo.


20 de febrero de 1994


— Weasley... ¿Qué tal?

Murmuró Deneb cuando el gemelo pelirrojo tomó asiento frente a ella en una de las mesas de la biblioteca. Llevaba esperándolo varios minutos porque Deneb sí era puntual, y sí llegaba a la hora pactada... como bien habían acordado encontrarse a las cuatro en punto el día anterior, para hacer un trabajo de transformaciones que la profesora McGonagall les había asignado en parejas.

⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley)Where stories live. Discover now