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14 de julio de 1995


Deneb tomó aire una vez más, tratando de mantener la calma mientras esperaba pacientemente a su madre en la biblioteca de la mansión. Pocas veces se había sentido tan nerviosa como ese día. No porque fuera una fecha especial sino porque, iba a tener una charla muy seria con su madre y ambas lo sabían.

No le habían hecho la marca tenebrosa a los dieciséis años por ser mujer, porque ella podía decidir si hacerlo al año siguiente. Narcisa estuvo de acuerdo en que no era el momento hace un año, pero, ya no había escapatoria al día siguiente.

La rubia mujer entró en la biblioteca con su ropa impecable y su cabeza en alto. Cerró la puerta con suavidad y se acercó hasta la mesa de ajedrez en donde su hija la esperaba sentada. Colocó un objeto envuelto en un pañuelo de seda sobre el tablero. Deneb lo miró, sin bajar la cabeza, y luego se encontró con los azules ojos de su madre.

— Mañana te convertirás en mayor de edad hija —comenzó a hablar, con voz calma— y es tradición pasar de generación en generación alguna reliquia de la familia Black —Narcisa movió el pequeño paquete deslizándolo por la mesa. Deneb lo tomó, pero aún no lo abrió— ahora es tuyo y, en el futuro, podrás dárselo a una de tus hijas.

La castaña tragó saliva. No le gustaban las tradiciones ni pensar en el hecho de que debía formar una familia. No por gusto, por obligación.

Deneb desenvolvió con cuidado el pañuelo de seda plateado, dejando ver dentro una pulsera de oro con un dije colgando de ella. Posó sus dedos para trazar una línea sobre las esmeraldas que formaban una estrella.

Nada era casualidad en esta vida.

Ni aquel dije, ni su nombre, ni su apellido materno.

— Gracias, madre —dijo Deneb colocándose la pulsera en la muñeca izquierda.

— También tenemos que hablar de otra cosa —dijo Narcisa guardando el pañuelo de seda en el bolsillo de su saco— Deneb, mañana serás mayor de edad y —ella la interrumpió.

— Ya sé lo de la marca tenebrosa, deja de recordármelo.

— No me interrumpas —la miró con seriedad. La joven le devolvió la mirada, y no la soltó hasta que su madre decidió volver a hablar, más calmada— pronto buscaremos un esposo para ti.

— Madre —dijo Deneb, comenzando a desesperarse de que otra vez estuviesen hablando del tema— no. Ya hemos hablado de esto.

— Son las reglas Deneb. No es algo que se pondrá en discusión.

— Soy demasiado joven —murmuró.

— Tu padre y yo nos casamos a tu edad.

— Yo no soy Narcisa ni Lucius. Soy hija de ustedes, no somos las mismas personas —apretó la mandíbula— ¡Y yo no quiero casarme y punto!

— ¡Deneb! Más respeto, baja la voz.

Ambas se miraron en silencio otra vez, sin que ninguna se atreviese a cortar el contacto visual. Pues Deneb sabía que aflojar era dejar ganar a su madre esa batalla y Narcisa sabía que, mostrar el más mínimo detalle de compasión haría que su hija no la respetase.


— Es algo que tengo que pensar —Deneb sacudió su cabeza, negada— No puedes simplemente venir a decirme que me casaré en, no sé, un año.

— Pero no es algo que te hayas enterado desde hace dos días, y lo sabes.

— Esperen a que termine Hogwarts... déjame hacerme a la idea. Por favor.

⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley)Where stories live. Discover now