𝑿𝑰𝑿

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30 de octubre de 1994


Deneb se abrazó a sí misma. Todos los alumnos de Hogwarts estaban formados en el patio de entrada al vestíbulo, pero hacía frío, y la joven de pelo castaño no se había puesto la túnica del uniforme. Matilda le dijo que si se resfriaba no aguantaría sus estornudos en la noche, pero Deneb nada más alzó las cejas ante su comentario.


Los alumnos estaban enfilados unos atrás de otros por años y por casas. Enfrente de los de slytherin estaban los de gryffindor, dejando un pasillo en medio para que los invitados pasaran por allí hasta el interior del castillo. Dumbledore había avisado desde el primer día que Hogwarts daría hospedaje al Torneo de los tres magos y vendrían otras dos escuelas, Beauxbatons y Durmstrang.

La chica ya había escuchado hablar de la última. Su padre Lucius repitió muchas veces que era mejor enviar a sus dos hijos allí, pues su afinidad con Dumbledore no era de las mejores, mas sí con el director de Durmstrang. Pero Narcisa siempre se opuso a esa decisión, indicando que no quería tener a su familia tan lejos de casa.

— Ponte recta Malfoy —dijo el profesor Snape pasando a su lado— hubieras traído abrigo.

Deneb chistó con la lengua, pero no pensaba contestarle porque quizás se ganaba un castigo. Le hubiese gustado no ser la primera de la fila de los de sexto año de slytherin, pero no le quedaba más remedio. El jefe de su casa la había colocado allí, de seguro porque era la que mejor los representaba a todos ellos.

¿Por algo era prefecta, cierto?

Matilda estaba detrás, y tercera Amanda Sanders, quien no dejó de quejarse que debía estar primera porque era la más baja de las cuatro chicas. Aunque Venus, ya cansada de escucharla, le dijo que se callara.

Lo cual a Deneb le pareció de lo más sensato que le había escuchado decir a Venus Dench en más de cinco años de conocerla.

¿Recuerdas las vestimentas de gala? —le susurró Matilda en el oído a su amiga. Deneb asintió, pero sin mirarla, ya que tenía la vista fija en el suelo del pasillo exterior— ¿Tendrá que ver con esto del torneo?

— Por supuesto Matilda —murmuró Deneb, arrugando la nariz. Recordó la charla entre Draco y su padre en los mundiales de quidditch; hablando del Torneo de los tres magos, de Viktor Krum, la estrella búlgara de quidditch, y de Igor Karkarov, el director de Durmstrang— es para un baile que habrá en Hogwarts.

Sintió como Matilda le sacudía el brazo derecho con mucha emoción, la cual debía estar reprimiendo a gran escala para no gritar ni moverse demasiado, mas Snape no dudó en dirigirle a ambas chicas una mirada de reprobación desde lejos.

No lo puedo creer —susurró quedándose quieta— siempre quise tener un baile en el colegio.

— ¿Un baile? —Deneb escuchó a Amanda abrir la boca más alto de lo normal. Varias cabezas de alumnos de quinto y séptimo se giraron hacia ella. Deneb resopló para sus adentros cuando la profesora McGonagall se acercó hacia ellas para decirle a Sanders que se comportara, y de paso le pidió a toda la fila que se quedaran quietos, y a Deneb le volvieron a decir que se irguiera y se dejase de acurrucar a sí misma por el frío.


Enfrente, Angelina Johnson y Alicia Spinnet rieron disimuladamente. Pero Deneb las había visto, aunque se quisieran escudar detrás de su rubia compañera que estaba delante en la fila. Y les hubiera preguntado cuál era la gracia de no ser porque sabía comportarse como una dama, a diferencia de ellas.

⋆✦ Deneb ✦⋆ (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora