CAPÍTULO 3. LAS DOS CARAS DE JOEL

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Al siguiente día, me desperté casi a las 10:00AM con una sensación muy extraña, la cabeza muy pesada y apresar de dormir más de 12 horas, tenía sueño, intenté desayunar pero simplemente no me provocó, la pasé tirada en el sofá toda la mañana.

Muy puntual, posterior a la salida del colegio, Joel llegó a mi puerta nuevamente, pero yo me sentía mal, abrí la puerta tambaleándome y caí en sus brazos.

-Alexa, ¿Estás bien?

-Tengo mareo.

No sé de dónde sacó fuerzas para cargar mis casi 80 kilos de peso, pero me tomó entre sus brazos y me puso sobre el sofá. Entre dormida lo escuché hablando por celular dando la dirección de mi casa.

Después de un rato tocaron a la puerta y Joel atendió, un hombre de considerada edad entró, era un doctor, me examinó y me tomó una muestra de sangre, quedó de hablarle cuando tuviera algún resultado concreto.

-Alexa, el número de tu mamá, dámelo.

-No, llama a mi papá, el puede salir más fácil, búscalo en mi celular, la clave es 1031.

Recuerdo escuchar la voz de papá llamándome, a Joel explicándole que había dicho el doctor y el sonido de una sirena.

Desperté nuevamente y más lúcida en un hospital, pero no era el de aquí, se veía mucho más lujoso, mis padres y Joel estaban junto a mí.

-¿Qué sucede?

-Nada grave amor, -respondió papá, -resulta que tú mareo y somnolencia fue causado por el medicamento que te dieron, la dosis no era la correcta y te estaba perjudicando, Joel se puso en contacto con su doctor, te revisó en casa y te sacó una muestra de sangre arrojó el resultado, enviaron una ambulancia por tí y por eso estamos aquí.

-Hijo, gracias por estar pendiente de mi Alexa, mi esposo y yo no sabemos cómo pagarte -expresó mi madre.

-Señora, ni más faltaba, aprecio mucho a Alexa y siempre estaré ahí para lo que necesite.

Yo aún me sentía mareada, debía reposar mucho para lograr que el exceso de medicamentos saliera de mi sistema... En otras palabras había sufrido una sobredosis.

-¿Cómo te sientes nena?

-Drogada jajajaja.

-Yo sé que soy irresistible, pero es la primera vez que caen a mis pies tan fácil, ¿No que no querías?

-Ya quisieras imbécil.

-No, ya en serio, me preocupaste mucho, revivste un episodio horrible de mi vida.

-¿Quieres contarme?

-Es algo difícil... Mamá murió de una sobredosis de tranquilizantes y no pude hacer nada por ella.

-Oh, no lo sabía, lo siento mucho de verdad.

-Nadie lo sabía aparte de la familia, espero tu discreción por favor.

-Por supuesto, no voy a defraudar tu confianza.

Tomó mi mano y la besó, ví cómo sus ojos se llenaron de lágrimas, no sé qué clase de situación vivió pero es claro que ello lo ha marcado de por vida. No quise ahondar en el tema así que espero que algún día, se abra y me cuente cómo fue todo.

Tan solo unas horas después me dieron salida con algunas recomendaciones, me eliminaron el medicamento y me sugirieron no tomar nada por varios días, al salir, había una camioneta negra enorme esperándonos, de esas que se ven en las películas de mafiosos, Joel se acercó al conductor y este le entregó las llaves, nos invitó a subir y así lo hicimos.

LOS CHICOS DE LOS QUE ME ENAMORÉWhere stories live. Discover now