CAPÍTULO 24. CONFESIONES

23 5 0
                                    

Una vez más, había prejuzgado a Joel, me sentíamal por haberlo hecho.

—Dijimos que antes de tomar una decisión lo hablaríamos.

—Lo sé y lo siento.

—Debes aprender a confiar en mí.

—Lo sé, —Respondí algo avergonzada, —pero tú tampoco confiaste en mi.

—No podía, Ariel confió en mí para guardar su secreto, ni tú podías saberlo, sería defraudar su confianza.

—Entiendo, tienes razón.

La cuestión era, ¿qué pasaría ahora?

Regresamos al salón para la segunda sesión, el ambiente estaba tenso, yo no entendía qué hacía la maestra hoy en el colegio, si los únicos que debíamos reponer éramos nosotros, al igual que Ariel, si es está en el equipo de fútbol.

Teníamos que hacer postre ahora. Esa crema batida no me daba por ningún lado, parecía agua, Joel se reía apenas.

—¡Qué geniecito niña! Todo lo cortas.

—Si no vas a ayudar no estorbes.

Me estaba desesperando y quería mandar todo a la mierda.

—Cálmate, déjame batir a mi.

—Bien, házlo tu.

A él todo le sale perfecto, se le facilita mucho esto, parece que nació con el don.

Con algo de ayuda lo logré, no fue la gran maravilla pero feo no quedó.

Saliendo de clase, llevaba cada uno su postre, yo le llevaría el mío a mamá y no sé Joel qué haría con el suyo.

Nos acercábamos al auto cuando a lo lejos vimos venir a Ariel.

—Hola chicos, ¿Cómo va la cocinada? —preguntó en tono burlón.

—Bien, —le respondimos en coro.

—Joel, ¿me permites un momento?

—Por supuesto, —respondió.

Me subí mientras al auto, vi que Ariel le entregó un papel a Joel y se marchó.

—¿Qué te dijo?

—Me dió una nota para la maestra, para que la transcriba porque tiene letra horrenda, ahora que lleguemos me dictas y la paso.

Llegamos a casa y mamá ya estaba allí, se le veía muy contenta.

—Muchachos, ¿Cómo les fue?

—Bien mamá, te traje postre.

—Que bien hija, bueno, te tengo noticias.

—Dime.

—Me contrataron en la boutique y nada más y nada menos que para administrar la tienda.

—Qué buena noticia ¿y los pagos?

—Muy buenos, todo lo de ley, un poquito por encima del mínimo y bonificación por ventas.

—Que maravilla mamá,  me alegra mucho, mereces algo mejor, ¿Ya le avisaste a papá.

—No hija, pienso organizar una cena para celebrar, ¿Me ayudan?

—Claro que si respondió Joel, permítame termino una tarea y le ayudo.

Subimos a mi cuarto y sacó la carta para dictármela, se reía y la guardó, —mejor me invento algo yo.

"Mi querida amante furtiva


Hoy te escribo esta carta para decirte, más bien para recordarte, lo mucho que te quiero. Porque me dan igual las críticas que puedan llegar si esto se descubre, no me importará que la gente nos mire extrañada cuando paseamos de la mano por la calle, ni que algunos de nuestros amigos o familiares no entiendan nuestra relación. Hay algo por encima de todo eso, algo muchísimo más fuerte e invencible: mi amor hacia ti, tu amor hacia mí. Nuestro amor, que sé que vencerá cualquier obstáculo.

Recuerdo el día que te conocí. Yo andaba por la vida hecha trizas, me habían roto el corazón hasta tal punto que pensé que nunca nadie encontraría la paciencia necesaria para volver a unir todos los trocitos. Venía de perder tantas veces que incluso se me había olvidado que para ganar hay que quererlo. Pero entonces apareciste tú, y en lugar de intentar curarme las heridas, te enamoraste de ellas. En ese momento supe que quizá la próxima cicatriz tendría tu nombre y apellidos, pero valdría la pena. Y no me equivoqué. Me enamoré de ti despacito, casi sin darme cuenta. Me enamoré poco a poco cada vez que te paseabas por mi mente y erizabas cada centímetro de mi piel. Me enamoré de ti sí, sin importarme la edad que nos separaba, sin importarme lo que mi razón y mi moral me reclamen, sin importarme que fueras mi maestra. Me enamoré y me enamoro de ti todos los días porque cada vez que me despierto por las mañanas, veo mi felicidad reflejada en el espejo porque sé que en unos instantes podré verte caminando por los largos pasillos del colegio.

Me acuerdo del primer mensaje que me mandaste. Acababa de anochecer, y aunque nunca te lo he llegado a decir, estaba pensando en ti. "Tienes tantas ganas de comerte el mundo que desearía ser mundo solo porque me dieras un mordisquito a mí?, me dijiste. Me hiciste sonreír como un tonto, no me lo creía, una atrevida mujer, eso me gusta, "eso pensé" Y fíjate que vueltas da la vida: ahora mi mundo eres tú. Ahora eres quien me da la vitalidad a mi, el que me da ganas de luchar por todos mis sueños, aunque el más grande ya se ha cumplido y es estar contigo.

No sé cuánto dure esto, pero mientras tanto lo disfrutaré a plenitud.

Porque ahora que te he encontrado pienso luchar por ti, como me enseñaste estos últimos días, me hiciste creer en mi, en mis capacidades, jamás, nadie me había apoyado tanto como tú, eso, es lo que más amo de ti.

Sé que en este momento es muy difícil para ti aceptar ante el mundo lo que existe entre nosotros, pero, si algún día decides hacerlo, quiero estar ahí, junto a ti, porque esto, es de los dos.

Quiero que sepa que usted despierta no solo mi amor sino mis pasiones, es usted mujer, la razón de mi pasión y mi lujuria, es su cuerpo arma letal frente a mí moralidad, son sus labios, el imán potente que me atrae a sus brazos.

La amo con locura"

Vaya... Qué inspiración, no dije nada,copié todo tal cual lo dijo, se la entregué, la releyó un par de veces y le hizo un par de cambios y la transcribió.

Mensajeó a Ariel para que viniera a mi casa por la carta, bajó adelante para ayudarle a mamá mientras yo me cambiaba.

LOS CHICOS DE LOS QUE ME ENAMORÉWhere stories live. Discover now