CAPÍTULO 26. SALIDA FAMILIAR

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Ya estábamos listos, le escribí a Joel y ya venía en camino por nosotros.

Lucía tan guapo... Unos jeans medianamente ajustados, una camisa negra abierta a medio pecho y sus lentes oscuros ¡wow! Espectacular monumento es ese hombre.

Yo, por mi parte, después de tanto dudar, me puse un corto vestido plateado, con unos botines bajitos para no cansarme.

Subimos al auto y nos marchamos.

Joel sugirió un sitio y allí llegamos, se veía bastante exclusivo.

Ingresamos al lugar, papá preguntó si yo podía entrar y dijeron que si iba con adultos responsables a cargo si.

No tuvimos mayor inconveniente, el auto quedó en el parqueadero y tomamos una mesa cerca a la ventana, desde donde podíamos ver gran parte de la ciudad, ya que estábamos en un tercer piso.

Mis papás pidieron para ellos cócteles, Joel soda de dieta y yo jugo.

Nunca me había entendido tan bien en el baile con alguien, bueno, aparte de mi papá quien fue el que me enseñó.

Mis papás la pasaron de lo lindo también, creo que era plenamente feliz en ese instante, ahora, lo sé, pero esas cosas no son eternas...

—Nena, algo bueno tuve que hacer en otra vida para merecerte en esta, jamás creí que alguien tan especial como tú se fijaría en un hombre con tantos defectos como yo, tienes un ángel inmenso, tu dulzura y tú amor me han llenado de paz, han alejado todos mis miedos y han derrotado todos mis vicios, a tu lado no necesito nada más contigo, lo tengo todo.

Cómo hubiera querido que ese momento fuera eterno... No necesitaba nada mas, que estar entre sus brazos.

Regresamos a casa casi sobre las 2:00 am, papá bo permitió que Joel se fuera a su casa y le organizaron el sofá para que se quedara.

Lo tenía tan cerca y a la vez tan lejos, deseaba estar con él...

Como a las 4:00 am bajé a la sala a servir leche, estaba ahí dormido, en ropa interior... se veía tan lindo, me acerqué y le metí la mano bajo la cobija con la que se tapaba y toqué su entrepierna.

El se despertó de golpe.

—¿Qué haces? —Preguntó alterado.

—Shhh, despertarás a mis padres.

Me tapé con la cobija y bajé su ropa interior dejando su miembro al aire, pasé mi lengua por él, Joel de un brinco se puso de pie, subió sus boxers y se metió al baño, yo, avergonzada regresé a mi cuarto.

"Creo que no debí hacer eso", me dije a mi misma.

Unos 15 minutos después, un mensaje suyo entró.

—¿Qué te pasa? Tus padres están en la casa.

—Perdón, no me pude resistir.

—De verdad que me asustaste, no hagas eso de nuevo por favor.

—¿No te gustó?

—No es eso, es que me tomaste por sorpresa y tus padres podrían darse cuenta, no me gustaría que pensaran que quiero aprovecharme de su confianza.

—Siempre tienes una excusa.

—No son excusas Alexa, es cuestión de respeto, ya te dije que el día que pase algo, debe salir bien.

—Esas cosas no se planean, se dan y ya.

—Mejor no hablemos mas del tema, descansa.

—Ok, como quieras.

Estaba muy molesta, pero tenía razón en algo, no ers ni el lugar ni el momento.

Estaba pensando seriamente en hacerle la encerrona y organizar algo súper romántico, cosa que no se pueda negar.

Volví a mi cama y me desperté un poco más de las 8:00 am, bajé a la sala y Joel estaba en la cocina.

—Que bueno que bajas, necesito ayudante.

—¿Qué preparas?

—Caldito de pollo para los enguayabados, tostadas francesas y huevos revueltos... Ah, y un buen café, para el dolor de cabeza.

Yo estaba algo seria con él, pero era consiente que tampoco era para molestarme.

Creo que el olor del café despertó a mamá y bajó.

—Qué huele tan bien? —preguntó.

—El desayuno mamá.

—Uy, muero de hambre, voy a despertar a tu papá.

Servimos la mesa mientras ellos bajaban, Joel notó mi seriedad y me cuestionó.

—Ven aquí, —me tomó del brazo fuerte y me llevó hacia él —Te amo y no creas que no te deseo, —puso un papel en mi mano y siguió organizando la mesa.

Subí a mi cuarto para arreglarme un poco antes del desayuno y leí su carta.

"Mi querida Alexa

Nada me apetece más ahora mismo que estar a tu lado. Llevo días soñando con tu olor y semanas queriendo tocar tu piel. Amor mío, me muero de ganas de fundirme en un abrazo íntimo, de recorrer todos tus rincones con la yema de mis dedos, de sentir que nuestras mareas se unen. Quiero hacer el amor contigo.

Mi cuerpo tiene ansias del tuyo. Mi piel necesita sentir tu piel. ¿Sabes qué es lo que más me gusta del mundo? El tacto de tu piel, porque tiene algo que me atrapa con ninguna otra. Debe ser que estamos hechos el uno para el otro.

Deseo que mi alma y la tuya se conecten en ese maravilloso acto de amor. En un momento de intimidad no hay nada más bonito que mirar a los ojos a  esa persona que amas, que es tu mundo. ¿Te diste que el mundo a nuestro alrededor desapareció anoche mientras bailábamos?

Últimamente me siento más cerca de ti porque invadimos el espacio el uno del otro y eso me gusta, dos cuerpos en el mismo espacio. No puedo evitar que me dé un poco de vergüenza, lo acepto, porque mi mente empieza a imaginar todo el acto, es entonces cuando aparto la mirada por un momento. Pero luego, como si tuvieras un imán, mis ojos se vuelven a encontrar con los tuyos. Quiero volver a sentir esas cosquillas en el estómago que me causa tu mirada.

Algún día, Haremos que todas las esquinas de nuestro hogar tengan un pedacito de nosotros. ¡Que se impregnen con la esencia de nuestra intimidad! Nunca jamás volveremos a mirar la bañera sin acordarnos de ese beso apasionado que nos dimos y nos daremos cuenta de que la encimera de la cocina tiene muchos más usos que solo el de cocinar.

Las estrellas serán las únicas testigos de nuestra noche de amor. Por un día, nos va a dar igual que ya haya salido el sol, porque el único lugar en el que podremos estar será bajo nuestras sábanas. ¡Y vete olvidando de la ropa! Nunca se me olvidarán la forma de tus pechos o dónde tengo ese lunar con el que antes solías jugar al escondite.

Hagamos el amor y dejemos que el amor nos haga. Que nos junte y que nos funda para siempre en uno solo. Corremos el riesgo de cogerle el gusto y de no querer separarnos nunca más. Pero estoy dispuesto a arriesgar...

No hoy, tal vez no mañana, pero te prometo el resto de mi vida para hacerlo siempre que lo quieras.

Ya lo sabes, te espero en la cama o donde quiera que se encuentren los caminos de nuestros besos.

Te amo.

Dios santo...








LOS CHICOS DE LOS QUE ME ENAMORÉWhere stories live. Discover now