LOS CHICOS DE LOS QUE ME ENAMORÉ

CAPÍTULO 12. FURTIVO

No podía creer que mi abuela hubiera guardado tremendo secreto por tantos años, subimos al auto y antes de regresar a casa, quise ir s la boutique a hablar con la persona encargada, tenía la tentación de leer por lo menos una carta, pero aunque ella me las había dejado, sentía que sería violar su intimidad.

Nos concentramos en llegar primero al almacén que me fue heredado, una gran sorpresa al ver que era uno de los más famosos de la cuidad, prendas muy elegantes de precios exageradamente altos y para mi sorpresa, un lugar muy concurrido, eso si, las mujeres que salían de allí, no eran cualquier hija de vecino, se les notaba el status y la clase por encima.

Al ingresar, mas de una clienta me miró con desprecio... Si supieran que yo era la dueña... Me provocó en el momento hacer uno de esos videos que empiezan con "la humilla sin saber que era su jefa", pero no, esto era um asunto serio.

Me presenté buscando a la encargada que según lo que aparecía en los documentos, se llamaba Marian, lamentablemente no estaba, así que debíamos volver después.

Fuimos a comer algo y luego a la casa, allí no me pude contener y saqué una de las cartas, vi que estaban organizadas por fecha desde la más antigua, no aguanté mas la curiosidad y leí la primera.

"Mi queridisima mujer prohibida:

Le escribo esta carta desde la soledad de mis cuatro paredes, esto  que es mi mas sincera declaración de amor y devoción hacia usted, para que pueda recoger mis palabras cada vez que dude de lo que siento y recuerde mis sentimientos siempre que quiera.

Ya sé que esto que llevo dentro no es correcto, que debería pensar en fijar mis ojos en otra mujer, pero definitivamente me es imposible, es usted quien me desvela, quien con una mirada lejana hace mejor mi mundo.

Todo esto para mí es una novedad que nunca pensé que iba a vivir, pero usted, con su sola presencia me hizo creer en el amor, aunque sé que no tengo la más mínima oportunidad, me aferraré a la esperanza de al menos conseguir un beso suyo.

Quiero que entienda que aún no sé muy bien cómo manejar esta pasión y este deseo que siento por usted y le pido que por favor no piense mal de mi, no espero nada a cambio, acepto que me asusta el camino que pueda tomar ni vida después de esta descarada confesión que le hago, aunque sé que pensar en un futuro juntos es una ilusión, estoy dispuesto a seguir viendola y disfrutándola así sea de lejos.

Debe usted saber que soy un hombre inseguro y temeroso, pero también tiene que saber que esa inseguridad desaparece en cuanto veo su rostro así sea de lejos.

Sé muy bien que en mi posición no puedo ofrecerle nada a lo que usted está acostumbrada y que jamás seré alguien del agrado de su padre, pero si me diera la más mínima esperanza, esperaría por usted hasta el final, sin importar cuanto tiempo pase.

Espero no haberla incomodado con estas palabras, pero necesitaba sacarlo de mi.

Siempre la llevo y la llevaré en mis pensamientos...
Con amor....
                                                              -M-"

—Vaya, ese hombre era un gran poeta, con razón tu abuela cayó en sus encantos.

—Si, escribe muy bonito.

—¿Crees que aún viva?

—No lo sé y sin su nombre sería difícil rastrearlo.