Flores de Invierno [Eunhae]

Capítulo 15

Promesas de invierno

Hyukjae se sentó en el sofá de cuero de su despacho, viendo a Donghae deambular por el lugar, sus ojos castaños revoloteaban por todos lados llenos de curiosidad. El aroma de Chung-Ae se había disipado, lo cual significaba que por fortuna se había ido.

Después de aquella vez en el hospital no lo había visto en dos años. Jamás creyó que aquel hombre quien parecía ser su compañero de vida, ahora solo era un extraño. Decir que no sentía nada al verlo era una mentira, a pesar de los años y de que el amor que sintió por él no era más que polvo, la incomodidad se hacía presente al verlo. Esos ojos oscuros que lo vieron sin compasión, esos labios que le dijeron tantas veces que lo amaban le llamaron monstruo, aquel hombre que lo dejó en agonía y ahora estaba ahí ¿Por qué?

—¿Quién era?—Pregunta Donghae. Esta quieto a unos pasos del escritorio de caoba que no utilizaba desde hace tiempo. La silla tras el quizá estaba empolvada como el resto del lugar. El cuadro con el que había llegado se había quedado en la sala de estar, y debe de admitir que tenia algo de curiosidad al respecto.

—Ven aquí—Hyukjae hace un suave movimiento de mano para que se acerque. Donghae camina hacia el alfa y se queda de pie frente a él. Su mirada es curiosa pero paciente. Hyukjae se toma el tiempo de ver el rostro de joven sin poder evitar que una sonrisa se deslizará en sus labios.

—¿Él fue...?—Donghae se aventura un poco pero no se atreve a terminar la oración. Sin embargo, Hyukjae le ayuda dándole la respuesta sin más.

—Estuvimos en una relación por siete años, me dejó después de...—Hace un ademán a su cuerpo y su rostro, una sonrisa amarga aparece antes de continuar—, no lo veía desde entonces. Dos años sin saber nada y ahora aparece en mi puerta—Hyukjae se encoge de hombros, realmente no tiene ni idea de lo que hacía ahí y no quería saberlo. No quería verlo de nuevo, le había llorado tanto y su abandono fue una herida profunda que le costó sanar.

—¿Lo amabas?—Pregunta Donghae, esta de pie frente al alfa quien alza la vista. Se puede ver la melancolía en esos profundos ojos negros.

—Con mi vida, creí que era la persona adecuada...y se fue—Un suspiro pesado sale de los labios de Hyukjae. Aparta la mirada hacia el ventanal y mira sin ver. Como si en lugar de los árboles mirara la vida que tenía, o la que no tuvo.

—¿Aún lo amas?—Hay una sensación extraña en el pecho de Donghae, teme por la respuesta que le puedan dar porque eso significa que el no es más que...

¿Qué?

Un premio de consolación.

—No.—Lo ve a los ojos con toda la sinceridad en sus palabras— Es extraño verlo, pero no lo amo. Me dejo muriendo en una camilla de hospital ¿Cómo podría?—Hyukjae toma la mano de Donghae, acaricia la palma y la suave piel.—Fui un asesino de guerra, cientos de personas murieron por mi voluntad. Si tu quieres...—"irte"

Hyukjae lo piensa pero no lo dice, no puede. Donghae es calma y paz pura, tranquilidad y dulzor, suavidad y belleza encantadora. Era como un hermoso ángel que le sacudió el mundo y hacia que se encariñara más y más. Se habían conocido hace poco, el omega lo reclamo pero quería ser sincero con él. Quería que Donghae supiera que era un asesino, que cometió crímenes de guerra. No quería que lo abandonarán. Porque si le dolió que Chung-Ae lo dejara, si lo hacía Donghae iba a morirse.

—Una guerra no es fácil, no hay buenos y malos—Se acerca hacia Hyukjae y le acaricia la mejilla. La línea roja que atraviesa su rostro solo es un rasgo más, no lo hace ni feo o atractivo, solo es hermoso.—Al menos eso dice la señorita Sand—Deja salir un risa avergonzada a la vez que se inclina hacia el mayor, cuyos ojos brillan atentos y sus pupilas se dilatan hasta ser un par de posos profundos de oscuridad.

—El no es más que un recuerdo agridulce, una etapa de mi vida. Tú eres mi presente y mi futuro—Hyukjae se pone de pie, tomándolo de la cintura a la vez que se acerca hasta que sus cuerpos se rozan suavemente.

Una sonrisa se desliza por los labios de Donghae, su pálida piel se cubre de un rosa suave haciendo que sus mejillas sean adorables. Sus preciosos ojos castaños brillan como dos faros de luz.

—¿Lo soy?—El tono juguetón y despreocupado se deslizo en sus palabras, se mordisquea los labios mientras agacha la mirada, avergonzado por las palabras tan dulces del mayor.

—Claro que si—Sus frentes se unen, sus miradas se desenfocan y sus corazones laten al unísono.

—Nos hemos conocido poco, pero te haré feliz. Me esforzaré por que la vida sea buena para ti. Chung-Ae no es nada para mi ahora, tu eres mi todo en este momento—Es sincero, Hyukjae lo dice de verdad, desde el fondo de su corazón. No quiere mentirle en nada a Donghae, a su hermosa criatura.

—Yo soy el que debe de prometerlo—Donghae se abraza al torso del alfa, hunde él rostro en su pecho y cierra los ojos con fuerza. Se deja llenar por el aroma a frutos rojos, inunda sus sentidos de la esencia del otro.—No te abandonaré. Seré tu omega, tu compañero y tu esposo—Se aparta lo suficiente para alzar el rostro y poder verlo a la cara, con una sonrisa y lágrimas en los ojos se alza en la punta de sus pies y le besa, sellando sus palabras.

En medio de la primera nevada, de los copos de nieve cayendo y el viento frío envolviendo el pequeño pueblo. La promesa calida y sincera se siembra en la frialdad ¿Logrará florecer en el crudo invierno?

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Felices fiestas.
Espero que se encuentren bien y se la pasen mejor.

Se que quieren un maratón y tratare de que sean varios capítulos.

Muchas gracias por leer y dejar sus comentarios, me alegra saber que a ustedes les gusta la historia tanto como a mi.

Les quiero y cuídense.

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