Capítulo 40

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Vino y pesadillas

Cuando los señores Lee conocieron a Lee Donghae su primera impresión fue "es hermoso" cuando se presentan pensaron que era "adorable" y cuando lo escucharon expresarse de Hyukjae, estuvieron completamente encantados del joven chico. Quien se había echado a sus suegros a la bolsa sin siquiera intentarlo. Pero evidentemente él no lo sabía y estaba tan nervioso que tiro su copa de vino en más de dos ocasiones y se tomó otras cinco para calmar las ansias de su interior.

Lee Donghae no tomaba. Jamás lo hizo, el sabor le parecía desagradable, la sensación era dolorosa y las consecuencias abrumadoras, porque pasar por todo esto y sentir que te estabas muriendo, simplemente no lo comprendía. Claro que mientras estaba muerto de los nervios y hablaba con sus suegros, bebía alcohol como si fuera agua, agua ardiente que lo mareaba. Pero se logró relajar, de pronto le resultó tan fácil reír mientras la calidez lo inundaba por completo.

Tomo la sexta copa con manos temblorosas y dio un pequeño trago, el sabor era desagradable, bastante dulce y le hacia sentir demasiado el alcohol en la boca pero hizo que su cuerpo se relajará. Dejó la copa y tomó el tenedor, empuñandolo en un pedazo de carne que el mismo había cocinado, se lo llevó a los labios y lo saboreo, tratando de alejar el sabor del alcohol.

—...que estudias ballet y tienes clases privadas—La voz de la señora Lee llega como un eco hasta él. Es lento, distante y curioso.

—Mhmm—Sonríe, no puede evitarlo. Le resulta tan fácil.

—La señorita Sand lo ayuda a estudiar para formarse en una carrera artística.—Hyukjae responde desde el otro lado de la mesa, justo frente a él. El señor Lee a su izquierda y la señora Lee a su derecha asienten bastante satisfechos. Sora sonríe ampliamente a todos.

—Es magnífico, el arte es una disciplina dura pero que te da muchas libertades. Me parece algo perfecto para un esposo.—Hay un golpe sordo y la mujer lo ve con el ceño fruncido a su esposo. Donghae no entiende, solo sabe que ha logrado agradarle a sus suegros.

—Grracias—La "ere" se le trabo en la lengua, se da cuenta que la siente algo adormecida, y se toca el puchero en los labios.

—Hyukjae nos dijo que estas muy entusiasmado con los preparativos de la boda. Y aunque a mi me parece una gran idea que se casen en primavera, creo que entre antes sea mejor—El señor Lee parece animado y les sonríe a todos en la mesa. Donghae se siente tan alegre de que sus suegros quieran que se case rápidamente, que junta sus manos contra su pecho realmente conmovido.

—Padre...—Sora lo ve fijamente pero no pone atención. Donghae solo puede ver los ojos oscuros de Hyukjae clavarse en él, Donghae alza los labios y le manda un beso. De inmediato la clara y nívea piel de su prometido se vuelve de un rosa profundo, incluso la cicatriz que le atraviesa el rostro de repente se ve más marcada, acentuada por el rubor.

—No creo que haya razón para tener prisa—Hay un silencio en la mesa y una conversación silenciosa que Donghae no nota porque hay más alcohol en sus venas que el que podía haber en una botella de perfume.

—¡Claro que no! Ya hemos hecho la consumación—Donghae sonrió aun más, completamente satisfecho consigo mismo.

Por otro lado Sora se atragantó con su trago, su suegros lo veían demasiado y Hyukjae estaba pálido. El omega río divertido porque hace unos instantes estaba rojo como las fresas.

—Traeré el postre, Donghae vamos—Hyukjae se levanta y avanza hasta él, toma con cuidado para que se ponga de pie y van a la cocina, dejando el comedor en un silencio sepulcral.

El joven rubio se sienta tan bien que en cuanto están solos se abraza al cuerpo del mayor con todas sus fuerzas. Respira el dulce aroma de su prometido y cierra los ojos, dejando que la exquisita sensación lo recorra como una corriente eléctrica por todo su ser. Se siente bien.

—Creo que deberías ir a recostarte, le diré a...

—Nooo—Donghae sacude la cabeza, su melena rubia se despeina y cuando alza el rostro hacia Hyukjae, sus ojos son azules, brillantes y ansiosos.—Ven conmigo—Una mano se pierde bajo la gabardina del alfa, el rubio le acaricia el pecho y se para de puntillas.

—Donghae, ellos entenderán.—Le toma las mejillas y le besa, su omega sabe a alcohol, dulce y algo más. Algo que se siente fuerte y adictivo.

—No—Hyukjae se aleja, tomando a Donghae de los hombros para mantenerlo quieto. Ve ese dulce rostro fruncirse en molestia. Es la criatura más hermosa y exquisita del mundo. Era tan perfecto.

—Sí—Es firme, la molestia de Lee Donghae solo le parece adorable. Mientras que al omega se le ha olvidado absolutamente todo. Sólo recuerda lo que tiene al frente.

Hay una pelea de miradas, un silencio entre ambos, Donghae entrecierra los ojos hasta darse cuenta de que ha olvidado porque está molesto. Para su fortuna o desgracia Hyukjae lo nota y lo alza en brazos, le promete postre si se va a dormir temprano, el rubio está encantado y se deja hacer. Después de unos quince minutos regresa Hyukjae con su familia.

—Ha subido, está algo indispuesto.—Explica con una sonrisa.

—Es encantador, espero que todo esto de la guerra no le vaya a afectar demasiado, es decir, se ve tan...

—Madre, eso aún no es seguro y no hay porque preocupar a Donghae.

—También me preocupas tú.—Su madre sonríe, con tanta melancolía que le duele.

—No es como Chung Ae

—No es por eso.

El silencio vuelve a cubrir la cena. Por más que quiera alejar el tena y los recuerdos de la guerra, estos vuelven y lo acechan como fieras en medio del bosque. La velada se termina temprano, todos van a dormir y por primera vez, en en casi un año, las pesadillas vividas vuelen.

Flores de Invierno [Eunhae]Where stories live. Discover now