Capítulo 37

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Black Wolf

Donghae estaba recostado en la cama de su antigua habitación en la casa de sus padres. Yoona los llamó en cuanto salió del baño, tan pálido y tembloroso como una hoja de papel. Afortunadamente llegaron por él de inmediato. Como su casa se encontraba en el pueblo, sería más difícil que Chung-Ae fuera de nuevo a buscarlo.

Cuando llegaron a casa, su madre le preparo un poco de té, incluso le dio bocadillos de limón, esos que tanto le gustan, acompañados de un calmante. A pesar de que el encuentro solo fue verbal, si se altero un poco, por ello sus padres le preguntaron por lo sucedido a detalle. Donghae respondió entre balbuceos, aún perdido por la imagen de aquel otro omega recordando como había llegado hasta él con facilidad, quedándose solos en el baño.

Sus padres estuvieron a su lado hasta que terminó su taza, entonces lo llevaron a su habitación donde se quedó dormido de inmediato, como la habitación estaba intacta, conservando hasta su vago aroma, no fue difícil sentirse en su hogar.

Pero su descanso no fue largo, alrededor de media noche un aullido que hizo eco en sus sueños lo despertó, primero fue como un silbido lejano que se mezclaba entre los árboles y se perdia en el frío aire, el segundo sonido fue aún más claro y familiar por lo que el último lo escucho en una cercanía abrumadora casi como si se metiera bajo su piel. Pero Donghae conocía ese aullido como si fuera único. Se puso de pie, asomándose por la ventana solo para ver el enorme lobo negro que lo vigilaba, con la mirada rojo brillante en la oscuridad. Sentado en su jardín trasero, justo donde antes le dejó un venado, ahí estaba Hyukjae.

Su Hyukjae.

No puede evitar que una enorme sonrisa se deslizara por su rostro, sale de la habitación lo más sigiloso que puede para no molestar a sus padres. Baja los escalones conteniendo su entusiasmo, se dirige hasta la puerta del cobertizo donde la desliza, siendo invadido por el exquisito aroma de frutos rojos. El lobo negro lo ve, sube al cobertizo y avanza un par de pasos hasta llegar a él, frotando su hocico contra su mejilla en una muestra de cariño. Donghae no puede evitar acariciarle el suave pelaje. Da un paso al costado para que Hyukjae pueda entrar en la casa, pero este se queda quieto viéndolo hasta que el omega le insiste con un movimiento de mano.

El enorme lobo se cuela en el interior, la puerta es cerrada y asegurada antes de que Donghae camina de regreso a su habitación, no sin antes pedirle a su marido que lo siguiera escalera arriba. Una vez en el segundo piso, frente a la puerta de madera el rubio se las ingenia para que entre, el pasillo no es muy amplio ni la habitación muy grande. Aun así lo logran. Donghae quiere decirle a Hyukjae que se transforme en humano pero este no ha de querer, estaria desnudo y desea darle respeto a la casa.

Donghae se recuesta en la cama, su espalda contra dos almohadas y las piernas extendidas, palmea el lugar a su lado y el lobo salta sobre la cama. Dejando la cabeza en el torso de su omega y el resto del cuerpo tratando de acomodarse en la cama. Acaricia el pelaje negro y espeso, sus dedos perdiéndose mientras comienza a sentir los estragos del sueño. Donghae se sentía tan en paz y seguro, que no tardo en quedarse dormido

Al siguiente día al despertar se sentía pleno. Algo suave contra su mejilla y brazos además de ese dulce aroma. Se gira en la cama, abrazándose al precioso peluche que tiene en brazos. Hasta que recuerda, que el no tiene un peluche así de grande.

Abre los ojos, solo para ver la mirada de su amor, aún en forma de lobo quién acerca el hocico y le lame la cara. Donghae no puede evitar reír por la acción tan canina de su alfa. Quien salta de su cama, probablemente incómodo por lo pequeña que era esta. El lobo se sacude y se estira saltando de un lado a otro, haciendo que la madera del suelo resuene con fuerza. El joven omega ríe, por lo hermoso y tierno que le resulta su alfa, le recuerda a los perros y cachorros cuando están felices y ansiosos por jugar. Obviamente no le dice eso, podría ofenderse.

Se sienta. Siendo una mancha oscura en su habitación azul, los ojos rojos brillan atentos en espera de que diga algo. Donghae sonríe, se baja de su antiguo cama, avanzando hasta encontrarse a sólo unos centímetros del lobo. Estira la mano y le acaricia la cabeza, escucha como deja salir un sonido de satisfacción. Donghae sigue rascando tras las orejas puntiagudas, haciendo que su alfa ladee la cabeza, parece que le sonríe.

Se inclina y le besa el pelaje azabache, cerca de la cicatriz que atraviesa su rostro. Abraza el cuello del lobo, y cierra los ojos disfrutando de ese pequeño momento entre ambos. Siendo un recuerdo que en el futuro flotara en su memoria con añoranza, ya que Chung-Ae, será todo menos un dolor de cabeza, nada en comparación a lo que podría pasar.

Flores de Invierno [Eunhae]Where stories live. Discover now