Capítulo 26

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La calidez del corazón

Yoona corría con la mochila llena de provisiones y abrigada hasta que solo quedaban libres sus ojos. Sus padres habían ido a avisarle a la policía y ella con Hyukjae. El alfa estaba en su forma de lobo esperándola. La beta trataba de avanzar lo más rápido que podía por la espesa nieve mientras cargaba todo. La mochila, las mantas termicas, la ropa y la casa de campar en caso de que debieran acampar en la moche. Lo cual nos sería lo mejor.

No habían notado la ausencia de Donghae hasta la mañana que no bajo a desayunar. Cuando lo busco y no lo encontraron todos entraron en pánico. Era de día pero las fuertes ventiscas hacían que el cielo se viera gris y el día no fuera más que la ausencia de oscuridad.

El enorme lobo negro se mueve con inquietud y ella por fin llega. Se cuelga bien la mochila y coloca las mantas amarradas encima del lomo del lobo. Se empuja como puede hasta que lo está montando. Apenas logra abrazarse al cuello de este cuando sale disparado a ñas profundidades de bosque.

Puede que Yoona no le haya dicho a sus padres que se iba a ir con Hyukjae a buscar a Donghae, se supone que solo le avisaría pero no iban a perder tiempo. Quien sabe desde cuando estaba en la intemperie.

Para Hyukjae fue difícil seguir un rastro, la nieve era espesa y llevaba horas cayendo, se mezclaba con el aroma fresco y natural de Donghae, pero el alfa se aferraba a esa esencia de mar, a esa ligera ventisca salada que llegaba de lo lejos.

La policía se interno en las profundidades del bosque casi una hora después que el alfa y la beta.

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Abrió los ojos con el cuerpo entumecido y al igua que su cerebro. Los ojos azules miraban a la nada mientras su pálido cuerpo estaba cubierto de nieve, las pestañas en su rostro y parte de sus labios estaban cristalizados. Los dedos de pies y manos casi morados y la agonía del frío cubriéndolo por completo. Antes de caer una vez más en la inconcuencia pudo ver un rayo de sol y un grito a lo lejos que parecía su nombre.

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-¡DONGHAE!-La voz de Yoona cada vez perdía fuerza, le dolía la garganta y casi se quedaba afónica por el frío. Los aullidos de Hyukjae resonaban en el lugar, escuchándose como eco pero no había una sola respuesta.

Después de casi seis horas por fin se detuvieron, Yoona bajo del lomo del lobo, dejándose caer en la nieve con todas las cosas. Hyukjae le gruñe en su forma animal antes de irse, la beta le entiende.

"Prepara todo"

"Lo buscaré"

Yoona asiente mientras trata de poner ña casa de acampar, la recubriria de mantas térmicas en el interior y entendería una fogata. La ansiedad y el miedo le escogían en los ojos, el solo pensar en lo que le pueda pasar a su amigo le daban ganas de llorar pero no podía dejarse caer, tenía que buscarlo y encontrarlo. Además si lloraba, iba a terminar con hielo en las mejillas.

Después de casi una hora, cuando la casa de acampar estaba en lo alto y el fuego comenzaba a encenderse llegó Hyukjae aún como lobo, sus orejas gachas y decaído. La beta había imaginado que el hombre volvería con su amigo, cargado a su lomo o siendo arrastrado pero no, regreso solo.

Aun no entiende porque se fue Donghae, el rastro de su aroma los llevó a los bosques pero no había huellas por la nieve y ni siquiera se llevo ropa o algo más, así que ahora estaban perdidos. Si miraban a su alrededor solo había árboles y más árboles donde todos lucían iguales.

El hocico del alfa le empuja. Sacándola de sus deprimentes pensamientos, le hace un movimiento con la cabeza para que anden un poco más. Ella asiente y va por la mochila, se monta en el lobo y vuelven al camino. Hyukjae busco a la redonda de donde estaban y no lo encontró así que avanzarían un poco más para tratar de captar algo de su aroma.

Después de casi salir el bosque, donde el límite con la ciudad comenzaba lo percibió, el aroma del mar. No era el aroma del mar natural porque no había uno hasta dentro de diez kilómetros. Tenía que ser el, tenía que ser Donghae. El paso de Hyukjae se había vuelto veloz que cuando se detuvo de golpe Yoona casi caía por el frente.

La beta se soltó, cayendo de nuevo al suelo, tomó un par de respiro antes de incorporarse de nuevo, su corazón latía con fuerza y los nervios así como el miedo por perder a Donghae le daban gamas de vomitar, no quería ni imaginar como sería para Hyukjae. Ella no podía olerlo, pero debía estar destrozado.

El alfa aullo y comenzó a olfatear el aire mientras se movía con cuidado. Yoona se apresuró a encender la linterna ya que empezaba a atardecer, se movía cerca del alfa, pisando con cuidado por si... se le hizo un nudo en la garganta de tan solo pensarlo.

-Azul...-Murmuro la beta, regresando la linterna a un lugar en el bosque, tiene toda la atención mientras busca eso que miro. Puede jurar haber visto algo azul y brillante, como los ojos de un omega, de él. -¡Donghae!-Grita entre sollozos mientras un aullido lleno de dolor la acompaña por parte del alfa, avanzan entre la espesa nieve y por fin, después de tanta incertidumbre, lo ve.

Ambos al mismo tiempo se dejaron caer contra el bulto en medio del bosque, Yoona lo apunta con la linterna mientras Donghae cierra los ojos, Hyukjae en su forma de lobo se cierne sobre el para darle calor en lo que Yoona saca la manta. Con las manos temblorosas le quita la nieve de la piel y Hyukjae le lame para ayudar mas rápido. Lo envuelve lo mejor que puede y con fuerza de no tiene idea donde lo sube al lomo del alfa. Y después ella para sostenerlo.

El camino de regreso a la casa de campar se volvio sorprendentemente rápido, en cuanto el lobo se detuvo Yoona bajo, sacó la pistola de ventanas y apunto al cielo, disparando una de ellas, avisando que encontraron a Donghae y que fueran por ellos para poder llevarlo a casa.

-Abre los zipers-Grita Hyukjae en su forma humana mientras alza en brazos el cuerpo inconsciente de Donghae. Yoona corre y obedece, lo menos que necesita es dos lobos desnudos y moribundos.

El alfa entra con el más joven en brazos y Yoona junto a ellos, cerrando las puertas de plástico. Ella y Hyukjae visten a Donghae con la ropa, pantalones, calcetas y un suéter, luego lo envuelven en mantas térmicas. Hyukjae se vuelve en una, recostadondose y envolviendo a su prometido en un abrazo, la beta se coloca del otro lado, haciendo lo mismo. Ambos dándole esa calidez que tanto necesita el omega mientras ambos lloran en silencio.

Alfa, beta y omega.

Juntos en armonía.

Flores de Invierno [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora