Capítulo 17

434 40 24
                                    

|Meses después|

___'s POV.
Mi cercanía con Christopher cada vez se volvía más estrecha y amena, la pasamos de maravilla estando juntos, incluso a solas, y me refiero a que fingir en público ya no es tan necesario porque realmente nos llevamos bien, aunque la parte de los besos y todo eso de las caricias y palabras bonitas es algo que sigue siendo trabajado por ambos, nunca imaginé que podría llegar a tener una relación de este tipo con un hombre como él, con un hombre que al inicio fue mi cuñado, y ahora es mi esposo, por un acuerdo, pero al final mi esposo.
Por lo que he sabido, Alison ha estado enfocada en su carrera y todo eso que quiere obtener, en verdad me alegra mucho que esté esforzándose, y que Christopher salga de su corazón porque merece a alguien que la ame sin condición alguna.

- ¿Te gusta? - Preguntó Christopher dejando un chocolate en mis labios.
- Mm, sabe delicioso, me encanta - Respondí saboreando el dulce manjar que inunda mis papilas gustativas.
- Te dije que era mejor comprar este chocolate - Mencionó.
- Tus dotes culinarios ya me gustan demasiado, te voy a contratar como chef cuando dejemos de vivir juntos - Dije divertida.
- Vaya, no puedes vivir sin mí -.
- Corrijo, sin tus dotes culinarios, ¿Me das otro? - Pedí.
- Mm, solo si admites que no puedes vivir sin mí - Condicionó.
- Lo que tú digas, ahora dame eso -.

Christopher acercó sus dedos a mis labios y dejo otro chocolate, Dios, que cosa más deliciosa.

- Me toca probar - Dijo.

Antes de que pudiera meter un chocolate a su boca alcance a robarselo, reí y él me miró mal, pero cuando imite su acción me miró complacido y saboreo la delicia que preparó.

- Eres una ladrona de comida - Me acusó.
- Voy a disculparme, pero en realidad no quiero hacerlo porque no me arrepiento, ¿Me disculpas por eso? - Inquirí.

Estalle a carcajadas cuando su mirada me dejó claro lo que pensaba.

- ¿Será que te doy un perdón sincero o igual de falso que tus disculpas? - Preguntó poniendo los ojos en blanco haciéndome reír más.
- Ya sé cómo compensarlo - Aseguré.
- ¿Ah sí? Te escucho -.
- Esta noche preparo la cena yo, o no, mejor te invito a cenar, sí, mejor eso - Dije segura evitando caer en mis propias palabras.
- Decidido, esta noche cocinas tú - Afirmó.
- No, no, te invito a cenar -.
- ¿Quieres que te disculpe? - Cuestionó.
- Creo que podría vivir sin tu perdón - Dije divertida.
- ¿Completamente segura? - Preguntó.

Él me miró perplejo y entonces no me pude resistir más.

- Está bien, tú ganas, esta noche cocino yo - Mencioné resignada.
- Que bonito se escucha eso saliendo de tus labios -.

De pronto paso su dedo por la comisura de mis labios y se lo llevó a la boca, había quitado un pequeño rastro de chocolate.

- Mm, vaya, sabe mejor viniendo de aquí - Dijo de repente.

Yo lo miré impactada, ¿Qué?
Entonces él estalló en risas.

- Es broma, mira esa carita de asustada, iré a descansar mientras tú cocinas, no quemes nada - Concluyó para finalmente salir de la cocina y dejarme confundida.

¿Broma? Entre broma y broma la verdad se asoma.
Ay no, que cosas pienso, debo dejar ésto ahí y ponerme a cocinar que hay una boca que mantener cerrada, la de Christopher.

(...)

- Solo acepto dos cosas salir de tu boca - Le dije una vez que dejé el plato frente a él.
- ¿Cuáles son? - Me miró curioso.
- Número uno, ___, ésto sabe delicioso, me encanta estar casado contigo, número dos, increíble, es lo más rico que he comido, debes ser chef y seguir casada conmigo - Mencioné.

Christopher rió pero asintió.

- Mm, muy bien, no tengo muchas opciones, veamos que tal sabe tu creación - Dijo.

Yo lo miré atenta cuando puso un bocado de comida en su boca.

- ¿Y? - Pregunté curiosa.
- ¿Será posible que de mi boca salgan las dos opciones que me diste como respuesta? - Cuestionó.
- ¿O sea que sí te gustó? - Lo miré feliz.

Vaya, eso la verdad no me lo esperaba.

- Podría mentirte y decirte que no me gustó, pero notarias desde muy lejos que es una mentira, así que aquí tienes mi verdad, ésto sabe riquísimo - Admitió.

Y en ese momento comenzó a comer dejándome saber que no miente.

- Buen provecho hambriento león - Dije divertida.
- Buen provecho esposa mía -.

(...)

La cena había pasado entre risas por parte de los dos y algunos chistes de Christopher, era tan divertido verlo hacer muecas que sin duda hacían que el estómago me doliera de tanto reír, sobre todo ahora que lo tengo acorralandome contra la encimera porque me está haciendo cosquillas ya que quiere que ceda a lavar con él los platos sucios cuando él perdió una justa partida de piedra, papel o tijera.

- Basta, basta, basta, me hago pipí - Dije sin poder parar de reír.
- Oh no, doble trabajo para la señorita Libson - Mencionó.
- Pero tú perdiste, para Chris -.
- ¿Te rindes? - Preguntó.
- Está bien, está bien, me rindo - Acepté tratando de calmar mi risa y mirándolo mal, aunque realmente quería seguir riendo.
- ¿Eso quiere decir que vas a ayudarme? - Cuestionó alegre.
- Pues solo porque no sabes ser un buen perdedor - Respondí.
- Puedo vivir con esos reproches, nada hará que yo diga, anda vete que los lavo yo - Dijo completamente seguro.
- Pero eso no es justo, no sabes perder - Me quejé.
- Y lo admito, tendrás que vivir con ello - Aseguró.
- Recuérdame no hacer apuestas ni ninguna clase de retos contigo -.
- Oye, tampoco soy tan malo - Dijo fingiendo ofenderse.
- ¿Sabes que más vale prevenir que lamentar? Ahora lo estoy confirmando - Mencioné.
- Oh, tú estás buscando armas para salirte con la tuya - Comentó.
- Pero no está funcionando, así que tendré que acompañar al gran perdedor, y viviré para recordarle que es muy cobarde para aceptar que perdió y debe lavar todo - Aseguré.
- Mm, eso no me está gustando - Dijo en tono de advertencia.
- Que pena por ti, anda, lavemos juntos -.

Me di la vuelta en la encimera y sentí como las manos de Christopher se pasaron en mi cintura, ay no, ¿Será que hace frío y por eso mi piel se erizo?

- Está bien, tú ganas, no puedo soportar escucharte decir eso, además, quiero que veas como acepto mi derrota, pero no se quedará así ésto - Dijo cerca de mi oído sin dejar de tocar mi cintura.
- ¿Y que harás al respecto? - Pregunté desafiante una vez que volví a mirarlo a los ojos, pero esta vez, desde una perspectiva más cercana.
- Bueno, eso es algo que no te voy a revelar, pero será tan tortuoso que querrás haberme ayudado a ésto - Aseguró.
- Christopher ya me diste miedo - Mencioné tratando de ocultar mi nerviosismo, ¿Por qué lo tengo tan cerca?
- No debería porqué - Mencionó rozando mi mejilla con sus labios.

Ay Dios mío, quitamelo ya de encima.

- Estás jugando con fuego - Me atreví a decir.
- ¿Y te importaría que nos quememos? - Preguntó con la mirada clavada en mis ojos.
- ¿Quemarnos juntos? Mm, suena tentador - Admití siguiéndole el juego, aunque en realidad ni yo entendía que estaba pasando, ¿Cuándo inicio ésto?
- Ya veremos ___, ya veremos - Dijo simple.

De una forma muy sutil besó mi mejilla y sin más se alejó, para entonces colocarse el mandil y comenzar con su labor, mientras tanto yo ya me había perdido por completo.

|Mitad mentira, mitad verdad| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora