Capítulo 5: La fiesta

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Aylen

—¿Cuánto quieres apostar que te voy a meter el delineado por los ojos como no dejes de pestañear como cosa loca, Aylen? —gruñe Ellie.

—Es que no lo puedo evitar —me quejo y recibo un golpecito en la frente cuando vuelvo a pestañear.

—Listo —se pone de pie porque sí, señores, Ellie encuentra cómodo maquillarme sentada en mis piernas —. Cómo te vea llevándote los dedos a los ojos, te juro por lo que más quieras, Aylen, que te corto las pestañas.

Sonrío viéndome al espejo, ha hecho un gran trabajo, como siempre. Me negué a que me pusiera maquillaje de más, como todo el tiempo, con lo que hizo sobra y basta.

—¿Y qué quieres que haga si me pica el ojo?

—No sé, ¿no rascártelo, por ejemplo? —pregunta con una mano en la cadera.

—No prometo nada.

Bufa, sabiendo que es lo mucho que puedo hacer. Es una hora debemos estar saliendo de casa para ir a la fiesta, habrá muchas personas, lo sé porque aún estoy en el grupo del instituto y ninguno deja de hablar sobre aquello, llevarán personas invitadas que no son de aquí. Al menos la propiedad en donde se hará la dichosa fiesta es grande y no habrá problemas.

No soy una fiestera, Ellie tampoco. Pero de vez en cuando nos gusta salir y disfrutar del ambiente cuando estamos estresadas. En vacaciones siempre trato de aprovechar, ya que soy la persona que más se estresa si tengo alguna clase pendiente y así no asisto a ellas.

—Yo me rindo. Lo mejor será que nos cambiemos antes de que Aidan tumbe la puerta tocando.

Asiento de acuerdo con ella. Primero la ayudo a vestirse, ya que su vestido es bien apretadizo en los lugares correctos y no quiere que se arrugue, amarro los lazos que se cruzan en su espalda y luego voy a lo mío.

A diferencia de ella, yo me pongo una falda negra que hace juego con el top. Tiene una pequeñita abertura en la pierna derecha debido a que de por sí es corta, el top es de mangas caídas no muy largas, tiene un escote en la parte delantera con una cadena que trata de unirlo sobre mis pechos. Debido a que mi espejo es bastante grande las dos podemos usarlo sin problemas mientras nos arreglamos.

Ellie hace ondas en las puntas de su cabello y luego se hecha un spray para que duren toda la noche.

Yo lo dejo lacio sobre mis hombros y luego voy por mis tacones negros para estar listas.

Sinceramente, estamos perfectas.

Rio cuando ella riega de su perfume en el aire y luego da un paso al frente para que se riegue en su cuerpo, hago lo mismo también.

—Chicas, ¿están listas? —pregunta mamá del otro lado de la puerta.

—Sí, abre —le digo.

Lo hace y deja la puerta abierta cuando se acerca a nosotras con una hermosa sonrisa en su boca igual a ella.

—Están preciosas.

Ellie chilla y toma mi mano para que podamos dar una vuelta completa y nos vea.

—¿Verdad que sí?

Mamá toma asiento en mi cama y nos contempla soltando un suspiro.

—Me recuerdan mucho cuando las chicas y yo nos preparábamos para irnos de fiesta después de una semana pesada —sonríe más, añoranza brilla es sus ojos grises —. Nana se quedaba con Camilo a cuidarlo y al otro día no podíamos estar ni de pie —hace un mohín.

No sé si porque extraña esos tiempos o por la mención de nuestra nana. Quizás ambas. Ella murió hace unos años, padecía una enfermedad de la cual no recuerdo su nombre con exactitud, pero que sí la hizo sufrir mucho, consiguiente a nosotros, aunque yo no recuerde mucho ya que tenía ocho. Pero sé que a mamá y Camilo especialmente aún les duele recordarla.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Where stories live. Discover now