Capítulo 22: El baño

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Aylen

Ellie y yo nos vemos increíble, sin duda alguna.

¿Prueba de ello? La reacción de mi hermano al ver a mi amiga con un hermoso vestido pegado a sus curvas del mismo color que su cabello. Este lo tenía suelto sobre su espalda, un maquillaje perfecto que hace que sus ojos verdes resalten mucho más con el delineado. Tuve que cerrarle la boca a Aidan para que disimulara delante de nuestros padres.

Una sorpresa para mí fue encontrar a Adrien estacionado frente al portón de mi casa de brazos cruzados mientras fumaba tranquilamente, en el momento que él escucha mis tacones, levanta la cabeza y no puedo negar que la forma en la que sus ojos me recorren de pies a cabeza me hace ocultar una sonrisa de satisfacción.

Ellie fue quien eligió mi outfit. Llevo puesta una falda color crema corta, lo suficientemente ajustada para que no se mueva de su lugar y lo suficientemente suelta para poder bailar sin problemas. Jugar fútbol tiene sus recompensas, por ejemplo las piernas firmes. En la parte de arriba llevo un top negro de satén que tiene tirantes que se cruzan en mi espalda, Ellie se encargó del maquillaje y de ondear un poco mi cabello. Sí. Somos unas diosas.

Aidan es el primero en saludarlo mientras que mi amiga sacude su mano de lejos, preguntándome después qué hace él aquí.

—Aylen, ¿no te molesta que Adrien te lleve? —pregunta mi hermano.

Ellie y yo nos observamos.

—Eh... no, pero...

—Genial —sonríe tomando la mano de la pelirroja y tirando de ella —. Si no confiara en él no estaría haciendo esto, nosotros nos iremos en mi auto. Disfruten de la fiesta.

¿Que disfrutemos...?

No me da tiempo a preguntar más nada, porque termina arrastrándola y arrancando el auto en cuestión de segundos. ¿Qué mierda? Si lo que quería era estar a solas con Ellie, simplemente me lo dice y ya. Agh, ni modo.

Giro mi cabeza hacia Adrien, quien aún sigue observándome con intensidad.

—¿Qué? —le pregunto al ver que no habla, solo sigue fumando.

Suelta el humo por la boca y con su dedo índice me pide que me acerque. Obedientemente eso hago, detengo mis pies frente a sus zapatos y levanto mi cabeza. Está malditamente guapo. Una camisa negra remangada hasta los codos, dejando los tatuajes y las venas al aire, pantalón negro y por supuesto, sus preciados anillos.

Lanza lo que queda del cigarrillo al suelo y lo pisa antes de llevar sus manos a mi cadera y acercarme tanto que lo único que puedo ver sean su rostro.

—Zu schön für meine wenig Kontrolle «Demasiada hermosa para mi poco control» —susurra sobre mis labios con una sonrisita en los suyos.

—¿Qué dijiste?

—Nada. Que te ves bien.

Arqueo una ceja.

—¿Solo eso?

Mira sobre mi hombro y luego se acerca a mi oreja, como si estuviéramos alrededor de más personas y no solos en una calle.

—Estás jodidamente buena, Aylen, y no sé cómo le haré para mantener mis manos lejos de ti esta esta noche.

La piel se me eriza al sentir su aliento en ese punto sensible, mierda.

—Bueno, entonces hay que buscar la solución a tu pequeño problema por mantenerte alejado de mí —sonrío tirando mi cabeza hacia atrás —. Aunque no te juzgo, ¿eh? Es difícil teniendo en cuenta lo hermosa que soy.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora