Capítulo 46: Que comience el juego

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Si no te gustan este tipo de escenas, puedes saltarte este capítulo. No te estarás perdiendo de ninguna información importante.

Penúltimo capítulo

Adrien

Con los tacones de la pequeña rubia a mi lado en mis manos, abro la puerta de mi departamento y dejo que ella entre primero.

—Muero de sed —dice encaminándose a mi cocina.

Dejo sus cosas y el saco de mi traje sobre uno de los sofás y la sigo doblando las mangas de mi camisa sobre mis codos.

La sigo a la cocina y me aguanto la risa al verla sentada sobre la encimera para poder alcanzar los vasos.

—No te atrevas a burlarte, ¿de acuerdo?

Me cruzo de brazos y me recuesto de la pared a su lado, se baja de un solo salto y me quedo observándola hasta que termina dejando el vaso en el fregadero y volteándose hacia mí.

—¿Qué?

En toda la noche, no he podido apartar mis ojos de ella. Es casi imposible. El puto vestido rojo y los diseños que hacen lucir ese cuerpo tan perfecto me tienen loco, me he imaginado las mil formas de cómo deshacerme de él y solo termino llegando un punto en el que el pantalón me incomoda.

—¿Quieres que te preste mi ropa? Para que estés más cómoda.

Me imita al cruzarse de brazos y entrecorta los ojos grises en mi dirección.

—No has quitado tus ojos de mi vestido toda la noche. ¿Qué pasa? ¿No te gusta? —arquea una ceja.

Miro mi pantalón, justo en el lugar en donde mi polla se levanta, con una clara respuesta.

—¿De verdad crees que no me gusta?

Abre la boca y suelta balbuceos inaudibles haciéndome reír.

Para evitar que el sonrojo cubra su cuello decido hacerme a un lado y señalarle las escaleras.

—Vamos, debes cambiarte.

Me lanza una mirada acusatoria y la sigo hacia mi habitación. Mis ojos se quedan clavados en su perfecto culo moviéndose frente a mí, voltea sobre su hombro y le sonrío lo más normal que puedo.

Dentro de mi habitación ella se sienta sobre mi cama mientras yo busco en mi armario algo que la pueda cubrir lo suficiente, lo que se resume a casi todo debido a su tamaño. Extraigo una camiseta y un short que puede servirle.

—Ayúdame con el nudo en la espalda.

Levanto mi ceja.

—Un por favor no está de más.

Rueda los ojos y me da la espalda para ayudarla. La verdad no sé cómo se quitará el vestido teniendo en cuenta lo ajustado que está sobre esas condenadas curvas. Me acerco a su espalda y su pecho se alza ante la frialdad de los anillos en mis dedos cuando empiezo a desatar el nudo.

Cuando lo hago Aylen tiene que sostener la parte delantera del vestido para que este no caiga y revele sus pechos.

—Gracias —susurra.

No se mueve y yo doy un paso más cerca de ella hasta pegar mi pecho a su espalda, el olor a sandía que siempre lleva encima me lleva a apartar su cabello y enterrar mi rostro en su cuello. Mierda. La escucho suspirar y luego siento sus dedos enterrarse en las hebras de mi cabello y tirar de él.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Where stories live. Discover now