Capítulo 4: Desde el principio

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Aylen

Ellie y yo nos preparamos para salir con los chicos en la noche, la voz de Doja Cat suena en toda la habitación. Uno de las cosas que tenemos en común es la musica de esa gran mujer. En serio, la amo a ella y a sus benditas canciones que no deben ser escuchadas delante de tus padres.

Tarareo la melodía de Candy mientras aplico algo de color a mis mejillas, aunque no será necesario, haya frío o calor estas siempre se mantienen de un tono rosa. No me gusta el maquillaje al excepción del delineado, labial y rímel. Nada más. Son ocasiones muy especiales cuando eso sucede, y son las veces que tengo que asistir a alguna fiesta de la empresa de mi padre.

—Aylen.

La miro a través del espejo para que continúe, muerde su labio inferior y esa es la señal que me dice que preguntará algo que no me gustará en lo absoluto.

Lleva un short blanco con un top del mismo color, zapatos a juego y el cabello lacio detrás de sus hombros. Al igual que yo solo se delineó los ojos y rizó las pestañas, un color rosa suave en los labios para terminar.

Yo opté por un vestido de color crema de tirantes que me llega hasta los muslos, una botas negras y listo. Un estilo sencillo pero que como quiera me luce increíble. Ya con el cabello no me tomó mucho, solo lo amarré en una coleta baja con varios mechones escapando, como siempre, y unos lentes sobre mi cabeza.

Ahora, centrándonos en lo primero, en Ellie, me giro hacia ella dejando el brillo labial en el tocador.

—¿Has vuelto a ver a Max? —pregunta con cautela.

Ah.

Max, mi exnovio, es un chico que entró nuevo al instituto el último año. Nos llevamos bien desde un principio porque compartíamos la mayoría de las clases, ademas, lo conocí más gracias a Ana cuando lo invitó a sentarse con nosotros en el almuerzo. A mí me gustó de inmediato, no lo voy a negar, es un chico muy guapo, cabello negro y ojos del mismo color, tiene una personalidad divertida y es muy agradable. Al menos mientras estuvimos juntos cinco meses.

Era atento conmigo, se encargaba de que estudiara para los exámenes y me ayudaba con las cosas que no entendía. A veces, incluso me traía a casa después de los juegos. Todo hasta que unos días lo sentí extraño conmigo, trataba de evadirme y yo no era ni soy tonta, sabía que algo le ocurría, por eso le di su espacio para que me contara cuando se sienta preparado. Pero a veces uno se cansa de esperar, ¿no? No siempre vas a estar ahí para que esa persona decida hacer las cosas correctamente. Entonces tomé la decisión de ir a su casa una vez, tenía llave, puesto que había la suficiente confianza entre los dos para eso. Max estaba al teléfono dándome la espalda mientras hablaba y ahí, me di cuenta la razón de su actitud cortante hacia mí.

Me había engañado. ¿Me sentí mal? Sí, obvio.

Es difícil no hacerlo cuando tú das todo por esa persona y al final no termina siendo suficiente para ella.

Discutimos, o más bien yo discutía y le gritaba mientras él parecía avergonzado con ese hecho. Le pregunté quién era y obviamente no obtuve respuesta. Se negó y parecía decidido a proteger a la chica con la que me engañó.

Lloré tres noches seguidas con Ellie al teléfono, sintiéndome patética. No llegué a amarlo, pero sí lo quise mucho porque tuve lindos momentos con él.

Hoy en día, sigue siendo amigo de los míos, aunque no se sentaba en nuestra mesa para no incomodar las cosas. Todos saben de nuestra ruptura pero no saben el porqué.

—Ayer estaba en el último partido, pero no se quedó, no sé. La verdad es que no me interesa lo que haga —respondo luego de meditar la respuesta. Ellie se preocupa por mí, ella estuvo sorprendida de nuestra ruptura ya que Max era muy cariñoso y atento conmigo. Pero ve tú, la mayoría de los hombres nunca cambian.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant