Capítulo 13: "Dandelions"

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Aylen

—Ay, mierda, no sabia que ustedes dos estaban aquí... mierda.

Suelto un suspiro de alivio al ver que es solo Cameron y recuesto mi cabeza en la pared.

Voy a morir de un puto infarto muy joven.

Adrien observa a mi amigo, quien permanece con la boca media abierta mientras mira intercaladamente entre los dos.

Antes de que diga algo que haga que patee su trasero, busco mi vestido y tomo su mano para salir de la habitación.

—Estaremos abajo —le aviso al castaño mientras recoge la toalla que traía del piso.

—Allá te veo —me guiña el ojo antes de cerrar la puerta.

Caminamos por los pasillos, pasando delante de varias puertas. Cameron tiene una sonrisa en la boca que trata de que no aumente mordiendo su labio inferior.

—Si tenía mis sospechas, ya las tengo claras.

—¡Ay, cállate, idiota! —le doy un pequeño golpe en el brazo y él empieza a destornillarse de la risa.

—¡Pero si no tiene nada de malo! Además, te gusta, ¿no?

Tapo su boca cuando llegamos a las escaleras y miro a todos lados para ver si hay alguien cerca, me acerco a su rostro.

—No lo digas así, alguien podría oírte —susurro, Cameron alza las cejas y se deshace de mi agarre con un sacudón.

—Aylen, es que eso no tiene que importarte. Es tu vida y tus sentimientos, nadie tiene cuestionarte por eso, ni siquiera tú.

—Lo sé, ¿vale? Lo sé. A mí muy poco me importa lo que piensen los demás sobre mí, simplemente no quiero que nadie se entere, no aún.

Pasa su brazo sobre mis hombros y me empuja para que sigamos caminando.

—Ah, ¿será algo así como un amor en secreto?

Vuelvo a golpear su costado y esta vez sí se queja.

—Que amor ni que secreto, solo no se lo digas a nadie. ¿Puedes?

Besa mi cabello mojado.

—No me lo tienes que pedir.

Antes de cruzar la puerta corrediza que da hacia el jardín, me detengo y él también lo hace.

—¿Qué hacías allá arriba? —pregunto curiosa.

Parece como si se acordara porque da un paso atrás y se lleva la mano a la nuca con algo de nervios.

—Es que... Max acaba de llegar hace un rato. Pensé qué tal vez no te gustaría toparte con él.

—¿Qué hace aquí?

Se encoge de hombros.

—Creo que vino por Ana, está algo tomada.

Retomamos el camino y noto que ya los demás han salido de la piscina y empiezan a recoger sus cosas para marcharse. En una de las tumbonas está mi castaña amiga sentada mientras la obligan a beber un poco de agua.

Como dijo Cameron, Max se encuera a su lado con su bolso en las manos, ayudándola después a ponerse de pie.

Ana tiene muy poca resistencia al alcohol, no entiendo por qué se pone a tomar de esa manera tan descontrolada.

—Ya nos vamos —me avisa Aidan.

—Dame un momento, veré si puedo ayudar a Ana.

Refunfuña.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora