Capítulo 18: Stalkeando

188 25 0
                                    

Aylen

A la mañana siguiente, a eso de las diez, soy la última en despertarme ya que tardé bastante en poder conciliar el sueño anoche.

Pensando entre el comportamiento de Ana, los coqueteos de mi hermano y mi mejor amiga y por sobre todo; en Adrien.

Últimamente pienso demasiado en él y no sé si eso es bueno o no.

Los recuerdos de anoche me azotan con fuerza mientras estoy quieta bajo el chorro de agua de la ducha. Mierda, mierda. Nunca había sido así de... de atrevida.

Con Max todo era a su tiempo. No fue hasta los cinco meses de relación que que ambos tomamos la decisión de que estábamos listos para llegar a siguiente base, ya saben... esa base.

«Solo di sexo, no te lo compliques»

Eso mismo.

Por eso es que me siento algo sorprendida cuando con Max nos pasábamos un poco con los besos, yo lo detenía de inmediato. Pero ahora, con Adrien, se me olvida todo. Simplemente no coordino bien con mi cerebro y estoy asustada con estas emociones que pueden ser peligrosas.

«No pienses en eso ahora»

Tienes razón.

Cierro la ducha y luego salgo envuelta en una toalla. Mis amigos están abajo desayunando porque sí, los chicos se quedaron a dormir también en las habitaciones de huéspedes. Mis padres no tienen problema con eso, a ellos les gusta ver la casa habitada siempre y cuando no haya desorden.

Me visto con un short y una camiseta blanca que parece que se la robé a Aidan de lo grande que me queda, mis confiables vans y luego solo escurro mi cabello para poder bajar a la cocina en donde ya todos están sentados y desayunando.

Mamá se encuentra sentada en medio de ellos sonriendo y esa sola acción hace que mi pecho se llene de calidez de inmediato al verla, primero me acerco a ella y la rodeo con mis brazos mientras ella me recibe gustosa besando repetidas veces mi mejilla. No me importan los abucheos de mis amigos.

—¿Y esa carita, mi amor? Se nota que no dormiste bien.

Suspiro alejándome de ella.

—¿Recuerdas que estaba en una pijamada?

Chasquea la lengua.

—Tienes razón.

—¿Y papá? —le pregunto tomando asiento. Le lanzo un beso a Vero antes de que me sirva el desayuno y ella me responde con una bonita sonrisa.

—Está hablando con tu hermano por teléfono.

La sola mención de Camilo hace que me concentre más en ella que en Cameron apretando mi costilla para que le preste atención.

—Quiero hablar con él. ¿Por qué él no quiere hacerlo conmigo, mamá? —digo con una mueca lastimera. Ella me mira compasiva.

—No es eso, Ayeln. Sabes que para tu hermano tú y Aidan son lo más importante, es solo que... hay cosas que no puede contarte.

—No soy una niña —refuto cruzándome de brazos.

—Y lo sé, pero él necesita un poco más de tiempo.

Tiempo. Llevo meses dándole tiempo. Extraño a mi hermano, extraño pasar tiempo con él y que me lleve de paseo por la ciudad mientras escuchamos música.

Me guardo mis quejas para no hacer del momento algo incómodo frente a mis amigos, desayuno junto a ellos escuchando todo lo que pasó anoche mientras nosotras veíamos películas en mi habitación. Cuando lo hacen no puedo evitar quedarme observando a Ana fijamente.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Where stories live. Discover now