Capitulo I - ¿Algo duro?

27.1K 2.6K 1.2K
                                    

Estabas algo aburrida de la rutina, te encantaría decir que empiezas el día con un desayuno pero ni tu te lo creerías, con suerte recuerdas tu almuerzo y eso depende del día, era muy difícil ser adulta, ser tan floja, tan fanática de la cama, de la televisión... ¿Qué más? Oh, claro, y ser la secretaria de la persona más difícil de tratar en el universo, o al menos en este universo, aunque no cabe duda que sería igual de insoportable en cualquier universo. No lo odiabas tanto, sólo odiabas lo estricto y mandón que era, lo molesto, lo gruñón, lo gritón, lo guapo, sus músculos a veces, su hermoso cabello hacia atrás... ¡No! No pensaste eso, definitivamente no, sólo quisiste decir que tu jefe era molesto pero nada grave, solamente eso.

En fin, muchos (muchas) desearían estar en tu lugar, eras la única persona en la que Miguel confiaba a ojos cerrados, pero no fue nada fácil que te aceptara, le tomó años poder relacionarse contigo, una simple humana que involuntariamente terminó trabajando para él por mera coincidencia, pero algún día vamos a entrar con más detalles respecto a esa irreal anécdota.

Tu día había empezado mal, habían mandado un comunicado por mensaje a cada habitante del edificio informando que las lavadoras del edificio se habían averiado por "motivos desconocidos", habían sido esos malditos mocosos que iban a fumar a la habitación de lavado, estabas segura. Suspiraste y cerraste los ojos unos segundos más, la cama te rogaba que te quedaras ahí pero tú apuesto jefe era capaz de matarte con sus propias manos si no llegabas en menos de una hora a la oficina, así que te tomaste el impulso para pararte de la cama de un salto, repitiendo a ti misma en tu cabeza que iba a ser un hermoso día, tomaste rumbo a tu armario para sacar alguna prenda y tu boca fácilmente hubiese caído al piso de la sorpresa si no te hubieras tapado la cara, afirmando tu mentón. No te quedaba ninguna prenda limpia, por pereza a bajar tu ropa sucia a las lavadoras, habías acumulado ropa sucia y como si el karma hubiese atacado ese día, sólo te quedaba una mini falda, con una simple blusa a tu disposición. No había código de vestimenta en tu trabajo pero no es como si fuese lo más normal del mundo andar mostrando la cola un día miércoles a las 8 de la mañana, rendida dejaste la ropa sobre la cama y te fuiste a dar una ducha rápida.

(-)

Ya camino a la oficina, sentiste como el viento rodeaba tus piernas y parte de tus glúteos, normalmente vestías con algún pantalón ajustado y tu piel no estaba acostumbrada a tal exposición, por lo que tenías la piel de gallina, supiste que te veías llamativa a causa de las intensas miradas de algunos hombres en la calle, pero no le diste importancia porque la oficina te quedaba a pocas cuadras. Ya en el ascensor, miraste las cámaras para ver si Miguel había llegado antes que tu, suspiraste aliviada al notar que esto no era así y apresuramos el paso a tu oficina que estaba localizada al lado de la de tu jefe, entraste rápido y dejaste tus cosas colgadas, te pusiste la bata que estaba en la entrada y te pusiste manos a la obra.

━ Buenos días Gwen, ¿Qué tal tu mañana? Me alegro mucho, te llamaba para pedirte que por favor me mandes un correo con las cámaras de seguridad que muestran las anomalías en ese universo, haré un informe y se lo enviaré a Miguel... Sí, claro, muchas gracias. ━ Llamaste a tu mano derecha, la pequeña rubia que a diferencia tuya, no era una simple humana y estaba más a su facilidad ver casos en los distintos universos. Tomaste asiento en tu silla y diste un par de vueltas, matando el tiempo hasta que sonó tu computadora en señal de que te había llegado el correo. Después de analizar este con total profundidad, estiraste tus dedos y comenzaste el informe, esas bastante buena en eso, así que no tardaste más de una hora, según tus cálculos, miguel llegaría en unos 20 minutos y estaría todo listo para ese entonces.

Te pusiste de pie y te acercaste a la impresora, para tener algunas copias del informe que habías escrito anteriormente, pero había algo inusual, la impresora hacia un ruido extraño, te acercaste para ver qué sucedía y quedaste con el corazón en la boca, la impresora se había vuelto loca y expulsaba papel tras papel sin detenerse, abriste los ojos sorprendida y quisiste llorar ahí mismo, cómo podría tener tanta mala suerte. Esperaste que los papeles dejaran de salir y te quitaste la bata para mayor comodidad, sin pensarlo dos veces te agachas a recoger los papeles, dando la espalda a la puerta de tu oficina. No parabas de recoger y recoger, estuviste varios minutos, o para ser mas especifica, estuviste asi el tiempo en el que Miguel se tardaba en llegar, subir el ascensor y llegar a tu oficina.

Yes, Sr. O'hara ─ 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 𝑂'ℎ𝑎𝑟𝑎Where stories live. Discover now