Capitulo XXVII

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El sonido de una puerta abrirse provocó que te despertaras y un fuerte dolor de cabeza se hizo presente, tomaste las mantas y te tapaste hasta arriba para evitar los rayos de sol junto a los sonidos bastantes ruidosos provenientes de la cocina, normalmente tu eras la que preparaba el desayuno para ambos pero hoy el sueño te había ganado, tus ojos se estaban cerrando de nuevo cuando unos pasos acercarse se escucharon a un lado de la cama.

─ ¿Estás despierta? Vicky, hice el desayuno. ─ La cama se hundió en señal de que se había sentado a tu lado, la voz de Miguel por la mañana sonaba bastante rasposa.

─ No quiero. ─ Te quejaste mientras escondías la cabeza entre el cojín y el colchón, la cama parecía querer adueñarse de ti y tu no querías negarte a ello pero Miguel posó su mano sobre tu espalda, por encima de la manta que aún cubría tu cuerpo y te sacudió, ante esto asomaste sólo la cabeza y lo quedaste viendo con el ceño fruncido, pero lo que viste te derritió el corazón.

Era Miguel con una sudadera holgada con su pantalón de pijama, en sus manos sujetaba una bandeja que contenía unas tostadas con huevo revuelto, dos tazas de lo que parecía ser té negro y fruta mal cortada, se veía que intentó que todo estuviese ordenado pero sus torpes manos no se lo permitieron pero aún así el gesto fue lo que terminó por importarte.

─ ¿Todo esto lo hiciste tú? ─ Te destapaste por completo y te sentaste a un lado de Miguel, él de inmediato se acercó a ti para besar tu frente y acomodar tu cabello que estaba desastroso después de tanta fricción con la almohada.

─ Buenos días, cielo. ─ Terminó de apartar todo el cabello de tu rostro y ahora besó sus mejillas, se acomodó mejor y dejó la bandeja con el desayuno en frente tuyo. ─ Preparé todo esto para ti, espero que te guste, siempre haces el desayuno y esta vez quise que pudieses dormir hasta más tarde.

─ Bien, vamos a darle una probada entonces. ─ Los ojos de Miguel estaban fijos en ti, se veía ansioso por tu respuesta y te apresurarse en tomar una tostada, ponerle un poco de huevo y llevarlo a tu boca, a medida que ibas masticando fuiste notando un extraño sabor en la boca, había algo que no combinaba.─ ¿Usaste el frasco de azúcar que estaba encima?

─ ¿No era sal? ─ Dijo boquiabierto mientras tomaba la bandeja nuevamente dispuesto a llevarla, pero te adelantaste el dejarla de nuevo en la cama y tomaste otra tostada, comiendo ésta sin huevo.

─ No te la lleves, es un desayuno que preparaste para mi y me lo comeré, mañana prepararemos esto juntos y yo te enseñaré cómo preparar el huevo. ─ Le diste otra mordida a la tostada y después tomaste un sorbo de té, ahora el castaño se veía más animado en cuanto seguiste comiendo, por su lado fue sacando trozos de fruta.

─ Hoy iremos al trabajo por la tarde noche, dejé todo listo y necesito arreglar unos asuntos en relación a Noir antes de cerrar el informe de la semana. ─ Tomó la bandeja ya vacía para llevarla a la cocina y tu te pusiste de pie para seguirlo, el chico fue sacando los platos y dejándolo en el lavadero, mientras que se ponía los guantes para lavar todo, tu te pusiste a espaldas de él y lo abrazaste por la cintura, apoyando el mentón en su brazo.

─ ¿Vas a echar a Noir? ¿Cómo está el? ─ Seguías algo preocupada por Peter, claro que estabas consciente de todo lo que había hecho y que la persona que conociste sólo estuvo actuando para manipularte y ejecutar su venganza, pero el hecho de que estuviese enfermo hacía que tu molestia se convirtiera en lástima.

─ No haré eso, no le podría dar la espalda así como así aunque haya armado todo este plan digno de un psicópata. ─ Fue pasando la esponja por cada parte de los platos y les fue quitando la espuma con el agua de la llave.─ Lo enviaré al equipo de Penny, hablé con ella y le expliqué, dijo que se haría cargo ella con sus otros compañeros, en caso de cualquier cosa me va a ir informando, pero no puedo hacer nada más por el, ya no.

Yes, Sr. O'hara ─ 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 𝑂'ℎ𝑎𝑟𝑎Where stories live. Discover now