Especial "Flores amarillas"

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Habías llegado al acuerdo de reunirte con Gwen después de almorzar e ir de compras, no te había dado muchos detalles pero de todas formas no tenías nada que hacer ese día por lo que tampoco te importaba el motivo, sólo querías salir.

Miguel había estado desaparecido desde que despertaste, no te había respondido los mensajes pero sabías que no había pasado nada malo, de ser así ya te hubiese llegado la noticia y no querías estar encima de él, tenía sus cosas que hacer y lo respetabas, pero estuviste atenta a tu celular en todo momento por si recibías un mensaje de el informando de su paradero, tu le habías dejado un mensaje dándole a saber tu panorama junto a tu mejor amiga.

─ ¡Aquí! ¡Vicky! ─ La reconocida voz te llamó desde el otro lado de la calle y forzaste la vista hasta divisar a la rubia, estaba parada en frente del centro comercial.

─ No grites tanto, la gente se te quedó viendo. ─ Reíste un poco avergonzada por las miradas.

Ambas vestían ropa casual y estaban cómodas. Estuvieron conversando en el recorrido y notaste que el propósito de esa salida era comprar algo para su novia Karla, llevaban meses saliendo y por primera vez en mucho tiempo viste a Gwen teniendo una relación estable, ambas habían dejado las fiestas y estaban centradas en sus relaciones, te alegraba verla tan feliz y te agradaba mucho su novia, era risueña y carismática, habías compartido una que otra vez con ella y en todas habías estado cómoda con ella.

─ ¿Qué mas le vas a comprar? Estamos repletas de bolsas.─ Llevabas numerosas bolsas a cada brazo al igual que la chica, le gustaba consentir a su novia.

─ Nunca es suficiente cuando se trata de mi mujer, Victoria. ─ Levantó una ceja pícara y propinó un pequeño golpe en tu espalda, provocando que perdieras el equilibrio con las bolsas y se te hiciera dificil estar de pie.─ Debemos ir al lugar más importante.

─ ¿Más importante que las cosas que has comprado? ─ Le seguiste el paso a duras penas.

─ Claro, mira ahí. ─ Apuntó una florería que estaba a pocos metros de ambas y notaste cómo habían numerosas flores amarillas de distintos tipos apiladas unas tras otras.

─ ¿Flores amarillas? ─ Intrigada te acercaste junto a Gwen, quien compró un ramo con un surtido de flores de color amarillo y luego se volteó a verte, sacando una pequeña flor entre estas y dejándola con cuidado detrás de tu oreja, gesto que se te hizo demasiado tierno.

─ Veintiuno de septiembre, se da inicio a la primavera y se dan flores amarillas simbolizando un nuevo inicio, las chicas desean recibir una ¿No eres parte de eso? ─ Con cuidado acomodaste mejor la flor detrás de tu oreja para que esta no cayera en ningún momento.

─ No sabía que existía algo como eso, pero me alegra que tengas tal gesto con tu novia, de seguro estará muy feliz.

El transcurso de la tarde se dio de manera tranquila, compartieron y compararon algunas experiencias vividas en sus relaciones, y al rato después se les unió alguien más a su salida. Para tu sorpresa había sido el mismísimo Hobie Brown, el cual también estaba en busca de las famosas flores amarillas para tu amiga Verónica.

─ ¿Segura? Se me hacen más lindas las rojas. ─ Dijo Hobie cruzado de brazos analizando las flores.

─ Deja de siempre querer nadar contra la corriente Hobart, sabemos que eres diferente al resto pero la gracia es que sean amarillas, genio. ─ Respondió Gwen irritada, fue ella quien eligió las flores y se las entregó al chico, que las recibió ofendido.

─ Te has vuelto engreída ahora que tienes novia, te recuerdo que nuestro peligroso historial no se borrará con nada. ─ Estabas en medio de los dos y te tocaba ser espectadora de otra de sus numerosas discusiones, hacía tiempo que no estaban juntos los tres nuevamente.

Yes, Sr. O'hara ─ 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 𝑂'ℎ𝑎𝑟𝑎Where stories live. Discover now