Capítulo XXIII - Nuevo jefe.

4.2K 456 429
                                    

─ Señorita Vicky, necesito los comprobantes de estos envíos de materiales. ─ Dijo Noir desde la plataforma donde acostumbraba a ver a Miguel de espaldas, Noir a diferencia de el su postura común era estar cruzado de brazos sobre su pecho mientras que con su mano se sostenía el mentón, siempre viéndose pensativo.

─ Se los envío ahora mismo. ─ Sacaste tu tablet buscando

se te había pedido, no tardaste mucho ya que acostumbrabas a ordenar todo según su fecha y se lo enviaste.─ Listo, me dice si hay algo que no entienda.

─ Qué rápida. ─ Rió un poco y tu no pudiste evitar reir de vu

elta.─ Quizás yo debería contratar una secretaria, bueno, tengo algo parecido.

─ ¿Sí? ─ Dejaste de lado el dispositivo para mirar a Noir, quien se había volteado hacía ti dispuesto a mantener una conversación.

─ Claro, sólo que no es humana. ─ Se quedó en silencio unos segundos, manteniendo esa característica sonrisa llena de calma. ─ Aunque ya la conoces, dudo que la recuerdes.

Quedaste algo confusa y tu vista se fue hasta las manos del chico, quien había sacado un cubo Rubik de su bolsillo y comenzó a armar este en cuestión de segundos pero lo que te sorprendió es que lo pudo hacer sin dejar de verte, sin duda era un caso especial.

─ Te ves confundida, estoy en lo cierto entonces. ─ La plataforma fue bajando hasta que bajó y quedó en frente tuyo, apretando algunas cosas de su reloj y de este salió un destello que te molestó a los ojos, luego pudiste visualizar una silueta de una pequeña mujer con un extravagante abrigo blanco junto a unos lentes color rosa con forma de corazón, abriste los ojos en sorpresa y la apuntaste.

─ ¡Lyla! ─ Seguiste apuntando en dirección a la chica y esta se esfumó, ahora apareciendo en frente de tu dedo y dándote una alegre sonrisa, sentada en algo inexistente.

─ Es una falta de respeto apuntar cariño, cómo ha pasado el tiempo. ─ Te miró de arriba a abajo aún con una sonrisa.─ Han sido años, estás igual de guapa que antes, linda.

─ No supe más de ti, ¿Ahora trabajas con Noir? ─ Te sentiste nostálgica, Lyla de un día a otro había desaparecido y para ese entonces no tenías la misma confianza con Miguel por lo que no existía la posibilidad de preguntar, sólo dejó de trabajar para el y de alguna forma, tu tomaste el trabajo que hacía ella.

─ Sí, Miguel dejó de necesitar los servicios de Lyla y me sentí algo mal, por lo que la traje conmigo. ─ Un sentimiento de culpa apareció en tu pecho y tu sonrisa se fue borrando.

─ Oh, lo siento mucho Lyla, no estaba enterada. ─ Te rascaste la nuca algo triste por las palabras de Noir, prácticamente la habías reemplazado y si estuvieses en el lugar de ella, te sentirías terrible.

─ Dulzura, no lo sientas, eres muy buena en lo que haces y fui la primera en entender la razón por la qué no me necesitaban aquí, no es tu culpa si después de todo, el que manda es otro, aparte... ─ Había desaparecido nuevamente para ahora apareció en tu oído, ahora susurrando. ─ ... Noir no es tan gruñón.

Ambas rieron por su comentario y Noir las miró confundidas, ustedes se miraron y de manera complice mantuvieron el silencio. ─ Bien señoritas, ¿Regresamos al trabajo? Después se podrán poner al día, terminemos esto para tener tiempo para relajarnos.

─ A sus órdenes, Jefe. ─ Bromeaste y el chico se rió un poco, volviendo a la plataforma junto a Lyla para volver a lo que estaba haciendo, algo hablaban pero por lo lejos que escuchan se te hizo imposible escuchar su conversación pero no era asunto tuyo así que tu también volviste a lo tuyo, no fuiste a tu oficina ya que Noir a cada rato llamaba por dudas por lo que mejor te acomodaste ahí para que fuese más fácil para ambos.

Yes, Sr. O'hara ─ 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 𝑂'ℎ𝑎𝑟𝑎Where stories live. Discover now