Capítulo 26

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El día de su primera travesía estaba a punto de llegar, y Sidon sentía aquella maraña de nervios, miedo y entusiasmo mezclándose armoniosamente en su pecho. Ya estaba todo listo: Habían pasado dos semanas desde la cena con su padre y las heridas de Link ya estaban completamente cicatrizadas. Y aunque el espadachín seguía durmiendo mal algunos días, sus pesadillas parecían haberse suavizado desde que empezó a dormir en los aposentos del príncipe. Le habían preparado una cama al lado de la piscina de dormir de Sidon para que pudieran estar cerca el uno del otro. De vez en cuando, se quedaban abrazados hasta que el hyliano conseguía dormirse, y solo entonces él regresaba al agua.

Aquella mañana era la víspera de su viaje con Link. A Muzun, por supuesto, le había disgustado completamente la idea de que el príncipe se marchase con el hyliano por Hyrule, pero había tenido que resignarse ya que el rey les había dado el visto bueno. Ya nadie, ni siquiera él, podría detenerles.

Sidon aún estaba en su piscina, con los codos apoyados en el borde y con una sonrisa en el rostro. Contemplaba al hyliano desde ahí, que dormía plácidamente en la cama enredado entre las sábanas. Sus branquias se agitaron de emoción al pensar que mañana a esa misma hora estarían marchándose juntos. A partir de ese día, serían oficialmente compañeros de aventuras. Crearían nuevos recuerdos que poder guardar para siempre en sus memorias. Momentos a los que regresar cuando hiciese falta o anécdotas que contar a los demás y que harían revivir cada segundo que pasaran juntos.

El zora salió del agua, no pudiendo contener más el entusiasmo y la alegría que estaban estallando en su pecho. Dejó escapar un pequeño suspiro cuando empezó a respirar de nuevo con los pulmones, y sonrió. Cogió una toalla y se secó un poco para no empapar a Link ni a las sábanas. Luego se acercó a la cama y se tendió junto a él, abrazándolo. El espadachín debió asustarse cuando sintió el peso del zora hundirse en el colchón, pues abrió los ojos enseguida.

—Buenos días, mi perla... ¿Dormiste bien?

El espadachín se giró para poder mirarlo de frente. Su expresión adormecida, su cabello revuelto y pegado a su cara y la ropa desordenada le daban un aspecto adorable que hacía que Sidon se derritiese por completo.

Link esbozó una sonrisa mientras asentía y le regaló un dulce beso en los labios que le supo a gloria y a felicidad. El zora soltó una risa contra su boca y siguió hablando, notando una inmensa alegría inundando su pecho.

—¡No me puedo creer que mañana por fin vayamos a viajar juntos! Es como un sueño hecho realidad. Vamos a poder ser libres, ir a donde queramos, ser solo tú y yo... —expresó Sidon, con sus ojos brillantes y su sonrisa radiante—. ¡Link, no sabes lo feliz que estoy!

Le besó la nariz a Link movido por la emoción, lo que le arrancó una pequeña y suave risa al espadachín. Un sonido que fue como música para él... Qué agradable y qué hermosa voz tenía aquel hyliano, y qué afortunado era de poder escucharla.

—Yo también lo estoy, Sid —contestó él con tono adormecido. Le acarició las mejillas al zora, y Sidon se deleitó con el roce de sus manos callosas rozando su piel—. Será agradable no viajar solo por una vez.

—¡Seguro que sí! ¿Usaremos tu tableta sheikah o partiremos desde el dominio?

—Quiero evitar usarla. Me gustaría que el viaje me sirva para despejarme.

—Entiendo, entonces nada de teletransporte... ¡Eso lo hará mucho más emocionante! Si quieres podemos ir por el río para salir de la región y luego podemos...

No pudo seguir hablando, pues Link repentinamente movió su mano y acarició una de las aletas de su cabeza, pasando sus dedos por la cicatriz provocada por aquel malévolo octorok tiempo atrás. Aquello le hizo estremecerse y le arrancó cualquier palabra de la boca. Sus ojos se posaron en los suyos fijamente... El hyliano estaba serio mientras observaba aquella herida cicatrizada, pero había algo en su mirada, una luz en sus ojos que solo las personas más cercanas a Link podían leer.

Lo que nunca dijimos (Sidlink)Where stories live. Discover now