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Taehyung ansiaba ceder al deseo de salir corriendo de esa casa

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Taehyung ansiaba ceder al deseo de salir corriendo de esa casa. Detestaba las cocinas. Cuando era pequeño, el personal de la cocina le hablaba de forma desagradable si entraba en su santuario, de forma que los electrodomésticos acabaron provocándole escalofríos, por mas que fuera dueño de una pasteleria. Sin embargo, mantuvo la cabeza alta y la actitud positiva. Era un omega de recursos, capaz de seguir las instrucciones de una receta. Tal vez el menú para la cena fuera algo sencillo, así podría demostrarle a Jungkook sus habilidades culinarias y cerrarle la boca.

La madre de Jungkook ya había colocado una serie de cuencos y de tazas medidoras en la larga y amplia encimera. También vio una hilera de recipientes que contenían ingredientes en polvo. No se parecía al programa de televisión Iron Chef, con todo el caos y la locura que rodeaban la preparación de la comida.

Taehyung era de la opinión de que se cocinaba por supervivencia, no por placer. Puesto que ganaba mucho dinero, se gastaba gran parte de su sueldo en comida a domicilio. Fruncio el ceño y trato de fingir entusiasmo por la tarea que tenia por delante. ¡Por la Diosa, necesitaba más vino! Si se emborrachaba hasta el punto justo, estaría mucho más relajado durante la tortura.

–¿Que vamos a preparar? –preguntó con fingida alegría.

–Pasta. Disfrutaremos de una cena rápida antes de que llegue la familia, y después serviremos café con dulces. ¿Sabes preparar pasta, Taehyung?

El alivio relajó sus tensos músculos. ¡Gracias a la Diosa! Mamá Jeon había elegido la única comida que se le daba de maravilla. Muchas noches preparaba un plato de pasta y le tenía pillado el punto exacto para dejarlo al dente. Asintió con la cabeza.

–Por supuesto.

La expresión de la mujer se tornó satisfecha.

–Bien. Necesitamos preparar varias tandas. Ya he preparado los ingredientes.

En la enorme encimera había harina, huevo gigantescos, aceites, rodillos de amasar y varias cosas más. Taehyung echó un vistazo en busca de la bolsa de macarrones y de una olla para hervir el agua mientras Mamá Jeon le pasaba un delantal. El omega hizo un mohín, extrañado por el uso de la prenda si solo iban a cocer pasta, pero, que narices, se dijo, pensando en el refrán: <<Donde fueres... haz lo que vieres>>.

–Estoy segura de que en Corea preparan la pasta de otra forma, así que es mejor que me observes primero antes de ponerte manos a la obra.

La confusión le provocó un aturdimiento momentáneo, pero el omega se negó a dejarse llevar por el pánico. ¿Donde estaba la bolsa de macarrones? ¿De qué estaba hablando esa mujer? Con creciente espanto, observó que las delicadas manos de la madre de Jungkook comenzaba a cascar los huevos, a separar las claras de las yemas y a mezclar distintos ingredientes en un cuenco a la velocidad del rayo. Tras echar un montón de harina sobre una tabla de madera, abrió un hueco en el centro y se dispuso a vertir los ingredientes húmedos como si fuera un ritual. O más bien magia, porque de repente apareció la masa y comenzó a amasarla, a estirarla y a manipularla durante incontables minutos. Completamente fascinado por el ritual, Taehyung apenas podía creer que de esa masa pudiera salir algo comestible. Sin romper el ritmo en ningún momento, Mamá Jeon lo miró.

𝙇𝙖 𝙏𝙧𝙖𝙢𝙥𝙖 | 𝙆𝙤𝙤𝙠𝙑Where stories live. Discover now