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Escuchar su nombre de sus labios lo excitó aún más si cabía

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Escuchar su nombre de sus labios lo excitó aún más si cabía. Le coloco las manos debajo del trasero y lo instó a levantar las caderas. Taehyung jadeo mientras comenzaba a moverse sobre él, torturandolo con el roce. De repente, salió del aturdimiento al escuchar que le bajaba la cremallera de los pantalones.

–Nene, creo que deberíamos... ¡Dios!

Unos dedos calidos se introdujeron bajo sus pantalones y se la acariciaron. El Alfa creyó ver un castillo de fuego artificiales. En la vida le había alegrado tanto su costumbre de no llevar ropa interior. Taehyung le dio un suave apretón y después empezó a bajarle los pantalones para...

Alguien abrió la puerta.

El sonido de las risas pusieron fin a la escena como si se tratara de una pésima comedia televisiva. Ambos se separaron como un par de adolescentes pillados in fraganti, colocándose la ropa mientras sus primos atravesaban la puerta. Les bastó una mirada a las sonrojada de Lizzie para comprender que la pareja se había dado un gustito en el auto. Al fin y al cabo, y teniendo en cuenta que eran padres de cuatro hijos, era lógico que hubieran pasado de la tradicional película en el cine y hubieran preferido dedicarse a otra actividades.

Jungkook se sentó y ayudó a Taehyung a hacer lo propio.

La sonrisa de Leonardo se ensanchó.

–Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí? –cruzó los brazos por delante del pecho y chasqueó la lengua– Mis cuatro inocentes hijos están durmiendo al final del pasillo y ustedes, aquí, recreando una escena de una película para adultos.

Jungkook lo insultó, algo que hizo que Leonardo se riera todavía más. Una mirada al rostro del omega hizo que su primo frunciera el ceño.

–Taehyung, solo era una broma.

Taehyung se estaba mordiendo el labio inferior. Su tigre parecía haber perdido las ganas de morder. Lo vio ponerse de pie con actitud insegura, un tanto avergonzado, incómodo y vulnerable.

El Alfa lo tomó de la mano y lo acercó a él, tras lo cual le pasó un brazo por los hombros.

–Lo siento, Leo, estamos cansados. Los niños están bien. Eso sí, destrozaron la casa y no he limpiado.

–Que imbecil.

–Yo también te quiero.

Lizzie y Leo se despidieron de Taehyung con besos y abrazos, y después Jungkook lo acompaño hasta el auto.

El omega apoyo la cabeza en el asiento y se mantuvo en silencio, con la mirada perdida en la oscuridad. Por primera vez en su vida, Jungkook se sentía incómodo junto a un omega, inseguro de lo que él estaba pensando y deseoso de consolarlo. No, se estaba mintiendo. Antes quería hacer el amor con él y después reconfortarlo.

–Lo siento.

El Alfa meneó la cabeza y se preguntó si lo habría oído mal.

–¿Por qué?

𝙇𝙖 𝙏𝙧𝙖𝙢𝙥𝙖 | 𝙆𝙤𝙤𝙠𝙑Where stories live. Discover now