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–Bien, Decklan

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–Bien, Decklan. Déjalos caer.

Los pantalones acabaron en el suelo. La fuerte luz acentuaba sus esculpidos músculos bajo la piel impregnada de aceite. Los calzoncillos cubrían las partes críticas y dejaban el resto de su cuerpo al descubierto con orgullo. La mente de Tae era una vorágine de ideas sobre la mejor forma de realizar la sesión, y no paraba de analizar y descartar posibilidades mientras calentaba. Estaba trabajando con un grupo de modelos nuevos propuestos por el diseñador Italiano de la ropa interior y los chicos estaban un poco verdes.

Cómodo en su papel, dejo que la magia de la cámara tomara el control. Durante un tiempo dejó de pensar, cautivado por el momento. Siempre había sido más feliz detrás de la cámara, que delante del objetivo, como si él mirón que llevaba dentro se desatará y obtuviera permiso para invadir la intimidad de otra persona al tiempo que mantenía una distancia prudencial. Le gustaba derribar barreras y poner aprueba los límites de los demás para conseguir la foto perfecta, y nunca abandonaba hasta que conseguía lo que quería.

Sudando bajo los focos, les ordenó hacer una pausa y se bebió una botella de agua. Su maquilladora se había llevado a JiYoung a transformarlo. Aún se reia al recordar la cara que había puesto cuando vio a los chicos medio desnudos en el plató; la misma cara que pondría cualquier omega en el outlet de un diseñador famoso. Con un poco de suerte, conseguiría más confianza en sí mismo, se divertiria y se lo devolvería a Jungkook de mejor humor.

El recuerdo de Jungkook cuando lo atrapó contra la pared, le desabrochó la camisa de un tirón y le lamio los pezones lo estremecio. Sintió una oleada de deseo entre los muslos. ¿Que le pasaba? Jamás había reaccionado de forma tan intensa con un Hombre. Había sentido atracción, sí. Pero ¿un ansia arrolladora por tirarselo? No.

Aunque había sido tonto. Lo había pillado por sorpresa. Jungkook lo distrajo con su tierno abrazo. Los hombres creían que detestaba que lo abrazaran, cosa que solía ser verdad, pero ¿cuando había intentado un hombre abrazarlo sin que hubiera sexo de por medio?

El beso de la noche anterior fue todavía peor. Dulce, tierno y cargado de promesas.

Tal vez si se acostaba con él, el deseo desaparecería. Era lo que siempre sucedía. Tal vez se lo sacaría de la cabeza después de una noche de pasión y así podría continuar con el resto de la semana sin tener que lidiar con sus hormonas desatadas.

Apuró el agua y miró a los tres modelos. Todos con un cuerpo perfecto. Untados en aceite. ¿Qué le faltaba a la imagen?

La ropa interior era rompedora y saltaba a la vista que era de diseñador. Pero, si no hacia bien su trabajo, sería como cualquier prenda de Calvin Klein u otra marca similar. No destacaría. Ni de coña iba a decir que su trabajo era de segunda categoría. Frustrado, se mordio el labio inferior.

La expresión de los tres chicos cambió de repente. Taehyung hizo una pausa y después miró por encima del hombro.

Vaya–exclamó.

𝙇𝙖 𝙏𝙧𝙖𝙢𝙥𝙖 | 𝙆𝙤𝙤𝙠𝙑Where stories live. Discover now