Capítulo 31

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INICIO DEL SEGUNDO ARCO : EL PLACER DE UN PRISIONERO.


"Me gusta la forma en que mueves tu boca, la forma en que dices mi nombre."
—When You Say My Name
(Chandler Leighton)


Min Yoongi había visto a Jung Hoseok muchas veces nervioso pero nunca antes había sentido que el humor y el aroma de este afectaban a su lobo de la manera en la que lo estaban haciendo en ese preciso instante. Y quizás se debiese a la maldita fase de la Luna, al hecho de que estaba prácticamente llena sobre el horizonte de la montaña. Tan malditamente grande y redonda que las ganas de convertirse prácticamente le hacían perder la cabeza.

Fuese como fuese, sus brazos habían comenzado una especie de imparable cosquilleo que le recordaba a aquella época de su adolescencia en la que no podía evitar acercarse a Adaham constantemente para mantener su hocico cerca de la glándula de olor del cuello del padre de sus cachorros. Y hubiese sido un sentimiento lleno de nostalgia buena si no fuera porque al recordar aquellos instantes y asociarlos durante el presente a Jung Hoseok… Lo hacía pensar en sí mismo como un lobo hormonal, cachondo e infiel.

Porque claramente su celo se acercaba y ver a un alfa enfadado lejos de hacer que se sintiese territorial alrededor de sus pequeños, estaba causando una especie de sensación de necesidad en la parte baja de su abdomen que ahora lo mantenía retorciéndose sobre la cama mientras los cachorros dormitaban en la cuna. La misma cuna que recordaba con claridad cómo el guardián había montado con sus propias manos. Dedos largos, venas marcadas, una runa que se extendía sobre la piel hasta casi rozar los nudillos…

Escuchaba cada una de las respiraciones agitadas y golpes intensos que Hoseok realizaba en su entrenamiento de madrugada. Y que este estuviese llenando la casa de feromonas alfa debido a su cabreo no ayudaba para nada. Que hubiese decidido golpear el saco de boxeo del jardín incluso bajo una tormenta de mil demonios tampoco lo hacía. Y haber comenzado a imaginar su torso mojado por la lluvía, las runas dibujadas alrededor de los músculos flexionados de los brazos mientras golpeaban una y otra vez, la cadera girando con los cambios de movimiento de las piernas… No. No. El celo no podía convertirse en una excusa para abandonar la memoria de su amor. Incluso si para un lobo criado en las tribus esa época del ciclo lunar era puro instinto reproductivo y placer.

Pero el tema era que Hoseok había estado tan lleno de un sentimiento fuerte y arrollador esos últimos días, tan… Asfixiante. Era tanto que el lobo de Yoongi sencillamente no podía no reaccionar. Su lobo parecía verlo como una pareja decente, como un compañero de cama ideal para su parte animal y necesitada después de año teniendo que calmar y acallar todos sus instintos.

Y dolía. Porque el cuerpo estaba empezando a quemarle y el celo ni siquiera había iniciado. Bastaba con el aroma enfadado e irritado de Jung Hoseok para desestabilizarlo todo a su alrededor y hacerlo ver rojo.

(***)

—¿Necesitas algo para controlar los síntomas del celo? ¿Es eso?

Min Yoongi había sido capaz de aguantar la friolera de dos horas antes de permitir que sus piernas caminasen hacia el despacho de Hoseok sabiendo que este había terminado su entrenamiento de madrugada. Hablarle acerca del calor que sentía recorrer toda su piel fue en realidad bastante sencillo a pesar de que sus ojos no dejaban de ir hacia la toalla que el guardián mantenía alrededor de su cuello, rodeando las hebras de cabello mojado tras su ducha. Para la tribu en la que había vivido casi toda su vida, el celo siempre había sido natural por lo que hablar de ello no era extraño. Suponía un asunto que la manada trataba con la misma normalidad que la necesidad de comer o beber. Sin embargo, era el modo en el que Hoseok ahora estaba sonriendo con perspicacia y alzando una de sus cejas lo que causaba que algo extraño en su pecho sucediese.

ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα