Capítulo 45

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“Entonces camino por el camino de los rеcuerdos, aún me aferro a toda la alеgría y el dolor. Entonces canto un poco más fuerte, me dejo llevar y me doy gracias por convertirme en lo que me convertí.”

—Memory Lane
(Zara Larsson)


Durante las siguientes semanas nadie en el campamento pudo percibir ni una sola cosa más allá de la niebla espesa. No hubo detenciones, avances u interrogatorios en los que se lograse obtener algún tipo de información que les sirviera para trabajar un poco más rápido antes de que un ataque se cerniese sobre su gente como una sorpresa inevitable.

—Bien, si a nadie se le ocurre nada más… —Yook dejó que su mano se posase sobre la mejilla de Joy sin disimulo. Hacía días que habían dejado de fingir ser profesionales delante de las personas que formaban parte de su círculo de confianza, sobre todo ahora que el rostro del líder norteño estaba comenzando a mostrar nuevamente señales de enfermedad debido a su prolongada separación del territorio que consideraba un hogar. Sungjae necesitaba la tierra conocida y el aroma a casa, casi tanto como el oxígeno—. Supongo que es momento de que nos retiremos a nuestras tiendas. Cómo cada día y cada noche, la líder Jeon y yo estaremos disponibles a cualquier hora en caso de que al fin alguna novedad aparezca finalmente.

—No desesperes —Joy apoyó su mejilla contra el toque de su pareja—. Desde que el campamento se ha formado en la línea de la frontera más cercana al mundo humano, no hemos tenido noticias de ataques en nuestra montaña. Es una buena noticia, incluso si implica que debemos entrenar, crear y formar una unidad permanente en esta zona. No es imposible protegernos.

—Que no lo parezca no significa que no lo sea —Yook negó, las ojeras bajo sus ojos fuertemente marcadas y el flequillo desordenado resbalando sobre su frente. Su aspecto era desaliñado, muy diferente al que generalmente mostraba. La ropa beige y de tonalidades claras en algún momento fue cambiada por chaquetas amplias de color azul cobalto, destinadas a abrigar su cuerpo cada vez más delgado por la falta de apetito—. Podrían simplemente estar planeando hacernos estallar y…

—Volvamos a nuestra tienda —Joy sostuvo la mano de Sungjae entre sus dedos y bajó el agarre de este hasta el bolsillo de su abrigo. El frío de enero hacía que con cada aliento una nube de vapor se formase alrededor de ellos en la carpa que la guardia usaba para generar estrategias de actuación—. Todos necesitamos un descanso.

Tampoco fueron capaces de hallar ninguna grieta en sus vigilancias, llevaban un mes sin obtener nada de nada. Y si algún brujo o cazador se había colado en el territorio de la montaña que iba más allá de la línea de vigilancia apostada cerca del arenal sureño, probablemente significaría que estaban logrando hacerlo sin que ellos tan siquiera  percibiesen el más mínimo detalle o señal de ello. De lo contrario cualquier sospechoso sería detenido al instante.

Los días parecían eternos mientras los grupos formados por los líderes  continuaban bajando hasta el poblado para rebuscar entre casas vacías en las que nadie había encontrado algo de mayor importancia que ese cuaderno de Axel y algunas armas, carteras o mochilas olvidadas en los caminos y callejones de las calles.

—De vuelta a la tienda y de la tienda a la carpa. Después de la carpa al poblado de cazadores y cuando volvemos de estar todo un día rebuscando entre polvo y trastes nos vamos directos a hacer una guardia nocturna en la que se me congelan los huevos. ¿Y adivinas que va después? Vuelta a empezar. Estoy harto —Kang protestó en un murmuró mientras salían y caminaban hacia el bosque, moviendo las manos en el aire en aspavientos. Más allá del arenal, a unos cinco minutos andando entre las frondosas ramas, el claro en el que se situaban las tiendas de los guardianes se encontraba repleto de hogueras y ollas con comida improvisada—. Tan harto como lo estoy de esta comida de mierda, carajo.

ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora