Capítulo 43

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“Oh, porque cada vez que me devuelves la llamada, es sólo un lata de dolor, lata de gusanos. Cada palabra que alguna vez has dicho antes, en el suelo. Rompió la puerta, filtrándose por las grietas. No puedo devolverlos, no funciona así. Oh, cariño, eres mi lata de dolor. “

—Can Of Hurt
(Salem Ilese)


Hoseok sostuvo la mano de Yoongi y lo hizo mantenerse un paso por detrás de él mientras observaba la manera en la que su hermano se adentraba en uno de los muchos callejones habitados por humanos.

Esa zona, al contrario de lo que sucedía con el poblado de cazadores, no estaba cubierta por niebla. Los bares, casas y tiendas situadas más al oeste de la carretera que llevaba hasta el arenal del sur podrían apreciarse desde la lejanía sin ningún problema como lo harían cualquier otra noche.

Era casi como si una de esas nubes de niebla espesa que a veces bajaban durante los días previos a la tormenta, se hubiese caído en cascada sobre una zona concreta de su mundo. Los humanos parecían extrañamente ajenos además, ni uno de todos con los que se habían cruzado durante su trayectoria hacia el lugar dónde Yunho mantenía el coche llegó a mostrarse preocupado por la sombra evidente situada a lo lejos. Nadie hablaba de los vecinos desaparecidos.

Era escalofriante.

Sencillamente escalofriante.

—¿Has tenido un coche escondido todo este tiempo y no se te ha ocurrido ofrecerselo a la guardia?

Hoseok gruñó, viendo la forma en la que Yunho alzaba unas llaves en alto y hacía que los faros de un reluciente todoterreno negro se iluminasen en medio de la madrugada.

La carrocería de esa máquina no tenía nada que ver con la vieja y desgastada hojalata que conducían en la guardia. Ni siquiera podían compararse. Probablemente todas las ventanillas pudiesen subirse sin que después la tarea de bajarlas hiciera sudar a los pasajeros.

—En contra de lo que puedas creer, hermano, no todo lo que un guardián tiene debe pertenecerle a la manada o a la guardia para la que trabaja. Este bonito amigo lo he comprado con un sueldo que yo mismo he ganado. Algo mundano que se aparta de todo lo que a tí te agrada pero perfectamente respetable. Todavía lo estoy pagando —Yunho acarició el coche como Hoseok esperaría que un lobo acariciase a un ser querido—. Así que revisad esas patatas antes de subir. No quiero rastros de polvo de plata en mis alfombrillas y la montaña sigue llena de esa mierda.

Hoseok volvió a gruñir.

—Eres egoísta. Me preguntó de dónde procede esa característica tuya.

—¿Por no ceder mi coche al servicio de la Unión? ¿No basta con que cumpla con mi jornada laboral? Vete al carajo, hermano. He tenido suficiente con tus intentos de fingir que eres el guardián perfecto. No voy a entregar mi vida como lo hizo padre.

—No estoy tratando de decir eso. Pero eres consciente de que habría sido una gran ayuda durante la misión de reconocimiento del poblado de cazadores. Ellos se llevaron el único que teníamos y cuando nos tocó regresar lo hicimos a pie.

Jungkook intervino, rodando los ojos y empujando con delicadeza la espalda de los dos niños que observaban la disputa entre los hermanos con cierta curiosidad.

El brujo y el cazador habían mantenido sus labios sellados después de atravesar la traumática experiencia de tener al consejo territorial sobre ellos durante todo el día. Nadie ahí los culpaba por ello, maldita sea.

—Y podrían haberse llevado este también. Así que centrémonos en que al menos ahora tenemos algo con lo que llevar a San y a Wooyoung hasta un punto seguro sin tener que caminar demasiado tiempo al aire libre por calles desconocidas y alejadas de nuestro territorio. No sabemos cuántas de las personas de este lugar son cazadores unidas en pacto a algún brujo, es mejor evitar llamar la atención.

ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Where stories live. Discover now