Capítulo 35

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“Ooh, estos campos minados por los que camino. Ooh, lo que me arriesgo por estar cerca de tí. “
—Minefields
(Faouzia Ft John Legend)


Confiarle sus cachorros a la madre de Hoseok fue un trámite doloroso y que le dejó a Min Yoongi una enorme sensación de vacío en el pecho, pero no podía hacer mucho más que aquello. El guardián había mencionado que eran pocos los lugares más seguros que el hostal a esas alturas. Y después de todo allí residía una familia al completo de guardianes.

—No va a pasarles nada. De alguna manera mi madre ha comenzado a adorar a esos niños, son como los nietos que todavía espera de mí y de mi hermano. Y los que nunca van a llegar por mi parte.

—No sabes l..lo que podría suceder.

—Pero sé cómo se mueven mis hermanos en las peleas cuerpo a cuerpo y conozco el alcance de su control del poder natural con el que han nacido. La tierra responde bastante bien a sus llamados, no tan bien como lo hace cuando yo la llamo pero lo suficiente para proteger a quien sea que se encuentre en el interior del hostal. Recuerda que nadie llegó a tus aposentos durante la batalla de las Lunas. Nos encargamos de que ni siquiera pudiese rozar la puerta de entrada.

Claro, ellos lo habían hecho. Ellos solitos.

—Aún así, m..me preocupan.

Hoseok lanzó su cinturón repleto de armas sobre la camilla improvisada en el interior de la tienda de campaña. Los lobos habían formado un campamento en la frontera más cercana al mundo humano, esa desde la que se escuchaba el mar que Yoongi nunca había logrado ver lo suficientemente de cerca.

Así que ahora la ropa habitualmente negra del guardián era acompañada por algunos cinturones ajustables de la misma tonalidad.

—Van a estar bien. Deja de quejarte, por favor.

—Es f..fácil para tí. Con toda tu gente cerca y bien.

En las últimas horas el lobo de viento había lidiado con la presencia del aroma del ansia de venganza ajena y se había contagiado de la ira que esta implicaba en al menos una veintena de ocasiones. Sin embargo, ahí continuaba, en esa tienda, encerrado y esperando algo que no terminaba de comprender. No sabía qué era lo que frenaba a esos lobos pero tampoco podía decidir entrar en el mundo de los humanos por sí mismo para buscar a alguien que ni siquiera conocía cuando estos podían estar acompañados de poderosos aliados.

En cambio, continuaba diciéndose a sí mismo que sabría reconocer a los responsables. Porque en sus pesadillas, las caras borrosas de quienes asesinaron a su gente cada día comenzaban a parecer un poco más claras.

—N..no me he quejado.

—Pero tus ojos y tu olor lo están haciendo. Haznos un favor a ambos y respira profundo, ya hay suficiente estrés alrededor de este campamento como para que decidas sumar el tuyo propio. La tienda debe ser un lugar de descanso antes de la batalla o de placer si así lo decides.

—No eres n..nada gr..gracioso.

—No estaba intentando serlo, chico.

Hoseok se sentó sobre el balaustre y lo observó mientras abría su mochila. Yoongi todavía estaba centrado en el cinturón de armas, los cuchillos afilados de Hoseok no eran algo que un lobo portase habitualmente pero si querían caminar entre humanos tendrían que fingir ser uno más de ellos hasta ser descubiertos. Así que las armas de defensa más primitivas eran necesarias.

Se preguntaba si Hoseok sería capaz de usar esos afilados cuchillos del modo en el que estaban pensados para ser utilizados. Si este acaso podría presionar la hoja de los mismos contra el cuello de alguien en el caso de que fuese necesario.

ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Where stories live. Discover now