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𝐃𝐢𝐟𝐚𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.

Un negocio a estado circulando por las manos de Spreen un negocio no muy legal.
Hablando con varios conocidos obtuvo una muy buena oferta en vender sustancias ilegales y este decidió aceptar.
Ahora se encontraba revisando algunas cosas acerca de ese negocio.

—Debes comenzar con las ventas Spreen.— la voz con acento español resonaba con eco por estar en aquel subsuelo oculto de la pollería—Ya nos mostraste los prototipos pero no veo avances en cuanto las ventas.— Ibai hablaba serio, ante el trabajo era otra persona.

Y Spreen lo sabía.

—Les he dicho que me dejen esto a mí, no tienen de que preocuparse.— respondió Spreen ante sus quejas, no quería más problemas que estos tres les causaban.

—Lo hicimos y no vimos avances.— ahora resonó la voz de Perxita, otros de los involucrados en el trabajo.

—Porque no me dieron el tiempo suficiente.— alegó el chico tratando de excusarse.

—¿Un mes no es suficiente?.— pregunto Ampeter recibiendo una mala mirada del de orejas de oso, Ampeter siendo el último involucrado en todo el tema del trabajo ilegal.

—Mira Spreen.— escuchó a Ibai llamarle volteo a mirarlo para ver cómo su mirada era seria—En una semana quiero llegar y ver dinero en el maldito cofre ¿Entendés? Tienes una semana, no más ni menos.— hablo serio y seguro amenazando al chico.

Ambos se miraban seriamente manteniendo una fuerte tensión a su alrededor, tanto que los otros dos chicos involucrados en la venta no se atrevían a decir una palabra.

—Entiendo perfectamente Ibai.— rompió el silencio remarcando el nombre de su compañero de trabajo—Mejor hazme el favor y llévate a tus simios a otro lado.— hablo refiriéndose a sus dos compañeros que siempre lo seguían a todas partes.

—¡¿Qué dices...-?!.— las alteradas palabras de los chicos anteriormente insultados fueron calladas por el mayor el cuál levantó su puño cerrado en señal de silencio.

—Y tu hazme el favor de que tú mujerzuela no se meta en el trabajo de los hombres.— dijo Perxa ante el insulto de Spreen—Ha estado sospechando y no queremos que el negocio se valla al carajo por una mujer barata como ella.— insultaba perfectamente a algo que tenía un aprecio por el chico, uno en lo que no debía de meterse.

Spreen guardo silencio al oír eso sintiendo una gran impotencia de querer golpear al hombre frente a él, apretó sus puños y tratos de regular su respiración para que no se saliera de control.

—Vámonos no tenemos nada que hacer aquí.— dijo el mayor de todos para dar la vuelta y ser seguido por sus amigos, llegó a las escaleras para caminar por aquel puente que daba una vista completa a la habitación.

Ibai cruzo miradas con Spreen el cuál no aparto su vista en todo su trayecto de ida, aquella mirada de enojo podía causar escalofríos al que lo vea pero Ibai sabía aquella mirada no era para él...

Era para Perxita.

Cuando aquellos tres desaparecieron de la vista de Spreen soltó un pesado suspiro, movió en círculo sus hombros aligerando aquella tensión que acumuló en la plática, escuchó el sonido típico de un mono para voltear y encontrarse con un mono sentado en una silla atado por un cinturón portando el nombre de "Walter White".

—¿Por qué miras mal?.— pregunto al animal como si sintiera que su mirada los juzgaba internamente—Ellos fueron los que empezaron... Ándate a la mierda.— enojado dejo de lado al mono para irse del laboratorio y llegar a la zona de arriba.

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora