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𝐓𝐫𝐚𝐭𝐨.

No sabías si estar enojada con Spreen o contigo, pues sinceramente ambas partes tenían gran parte de la culpa.

Ahora estabas en una situación complicada, ya que Betra te había bombardeado con múltiples preguntas y aunque intentarás negar el hecho de que "eras Selene" no servía de nada, pues Spreen abría la boca para responder sus preguntas y ciertamente parecía hacerlo para molestarte a ti.

-Tenía que sucederme a mí, por no cerrar la maldita boca.- murmurabas mordiendo la uña de tu pulgar.

Los chicos apreciaban como caminabas de un lado a otro sin rumbo fijo tal parece estresada y empezando con un pequeño ataque de ansiedad, pues tomaste de tus cabellos apretándolos con frustración y empezando a arrancar pequeños mechones.

-¡Lo tengo!.- dijiste deteniendo abruptamente tu paso para voltear a mirar a Betra, quien aprecio tu sonrisa de oreja a oreja y notablemente frustrada-Si no tengo de otra, te borraré la memoria ¡Perfecto! Qué buen plan.- te halagaste a ti misma.

-¡¿Espera qué?!.- grito Betra sorprendido y vio como extendiste tu mano en su dirección asustándolo al ver como una luz empezaba a irradiar de tu palma.

-¡Pará!.- grito a un costado Spreen, haciendo que detengas tus actos y voltees a mirarlo-Si vas a borrarle la memoria... Entonces borra también la mía.-

Lo miraste un par de segundos notando que tenía una mirada segura, que perfectamente conocías y sabías que no tendría problema en realizar sus actos.

-Bien.- llevaste tu mano hacia el chico, quien no hizo nada que mantener el contacto visual entre ambos.

Quisiste activar tu poder y terminar por fin con todo esté caos, poder llevar el báculo a tu padre y ser la heroína de esta historia.

Solo era un hechizo sencillo.

_"Vamos házlo"_ Empezaste a sentir como tus músculos lentamente se iban tensando _"¡Venga! ¿Qué te detiene?"_ Mordiste internamente tu lengua y tragaste duro aunque disimuladamente _"¡Hazlo de una maldita vez"_

Tus pensamientos podían hablar y gritar, podían lanzar una bomba pero tú simplemente no podías seguir a tu cerebro, seguías a tu corazón y eso era lo que más enojo te generaba.

Ver esos ojos oscuros los cuales te traían tantos recuerdos no eran más que un obstáculo, uno muy difícil de pasar.

-No puedo hacerlo.- apartaste la mirada y bajaste tu mano rendida, cansada y frustrada.

Spreen sabía que no podrías hacerlo, desde que fuiste aquella noche a la casa de Carre a intentarlo y fracasar vilmente, se dió cuenta que aún seguías sintiendo algo por él.

Y de cierta manera lo reconfortaba.

-Betra, no haré nada para que calles el secreto. Si quieres puedes salir y gritarlo a los cuatro vientos, yo no te detendré.- volteaste a mirar al de cabellos anaranjados-Pero ten en cuenta que si este secreto llega a salir a la luz, el pueblo podría llegar a colapsar de cierto modo. Por favor, piensa muy bien si no quieres guardar silencio.-

-Lo comprendo y descuida, no diré nada.- comprensivo hablo el argentino de curiosas hojas verdes en la cabeza.

-Eu'.- llamo Spreen para ver cómo hacia un gesto con la cabeza y al comprender, simplemente se alejo del lugar para dejarlos solos.

Ambos quedaron en un tenso silencio, ella veía el suelo sin querer dar la mirada mientras que él apreciaba las facciones de la chica que sinceramente no se cansaría de observar.

-Me humillaste.- murmuró la mujer tomando la atención del híbrido-Jamás en todo nuestro tiempo de conocernos o los años de vida que tengo, alguien había logrado humillarme de la manera en la que tú lo habías hecho.- se digno a voltear a mirar al pelinegro, mostrando las pequeñas lágrimas que adornaban el borde de sus grisáceos ojos-Y te odio por eso.-

Esas palabras eran como una pequeña navaja que cortaban la piel del chico, sabía que tu mayor problema era el orgullo y el ver cómo alguien había logrado debilitar esa barrera era algo que te frustraba bastante.

-¿Cuántas veces debo pedir que me disculpes?.- pregunto el híbrido con un tono de voz decaído.

-Las veces que dejes de cagarla.- indicaste al chico mirándole de mala gana-No logró comprender el por qué robaste el cetro, ni siquiera lo puedes usar si no sabes nada.-

-Esos temas son algo personales.- respondió con una pequeña mueca.

-No me interesa si son personales o no, robaste Spreen y eso es simplemente un delito. Fue peor ya que le robaste a los dioses, específicamente al Profeta y ese hombre no te perdona ni una.- aseguraste con cierto tono sarcástico, el chico apartó la mirada a lo que simplemente suspiraste-Llevaré el cetro y diré que lo encontré por allí, tirado en algún lugar y te puedes evitar problemas.-

Caminaste en dirección a la vitrina queriendo abrirla y llevarte lo que había dentro, pero un agarre en tu muñeca te impidió continuar con tus actos.

Miraste el agarre y luego al culpable, viendo como el híbrido te rogaba con la mirada que te detuvieras.

-No-o... No lo hagas.- pidió en vos baja, agachando la mirada.

Un corto silencio inundó la habitación, pero simplemente no podías de preguntarte varias cosas ya que la actitud del híbrido no era normal. Esa actitud arrogante y engreída, del empresario que podría denigrarte por no tener dinero; simplemente se había esfumado.

-¿Qué te llevo a esto?.- cuestionaste tomando con delicadeza el mentón del contrario y levantarlo hasta hacer un contacto visual-Dime ¿Por qué lo hiciste?... ¿Por qué?.- susurraste al chico quien solo una pequeña risa.

-Digamos que a mi suegro, no le caigo tan bien.- no pudiste evitar sonreír por su pequeña broma-Verás... Él y yo tuvimos algunos problemas, unos acuerdos que terminaron muy mal y está...- señaló el báculo a un costado de ustedes-Fue la única manera de cobrar mi venganza.-

Volvió a bajar la mirada apenado, estaba más que consiente que esta manera era la menos apropiada, pero opciones no tuvo muchas y le hubiera gustado que no sepas nada de lo ocurrido.

Por tu parte tenías muchas dudas de que eran esos "acuerdos" que había mencionado, querías que te cuente todo a detalle pero al verlo tan avergonzado te hizo pensar que no era el momento para preguntar.

Deslizaste tu mano hasta la mejilla del chico, quien se reconfortó por el tacto que desde hace semanas había anhelado. Viajo tu mirada a dónde estabas para ver cómo tus labios curveados hacia arriba te hacían regalarle una dulce sonrisa.

-Hagamos un trato.- susurraste tomando su atención-No diré nada acerca del báculo no se tu sótano subterráneo, ¡Pero! No quiero que el cetro salga de este lugar ni que Betra este jodiendo con el tema de que soy Selene.- indicaste al chico quien sabía que no tenía tantas opciones, pero lo vió como buena oferta.

-Me parece bien.- acepto la propuesta. Quisiste apartar tu mano de su rostro pero sentiste como te había tomado la misma-Sonará raro pero... Había extrañado tú tacto.- hablo avergonzado.

Soltaste una pequeña risa, para mover el agarre hasta tomar su mano-Yo también, pero sigo odiándote por las mentiras.- comentaste cerrando tus ojos con la sonrisa.

-Mejor vayamos a hablar con Betra, necesito aclarar algunas cosas con el boludo ese.- pidió Spreen a lo que asentiste.

Deslizaste tu mano hasta soltar el agarre e ir por el camino donde anteriormente se había ido Betra.

Spreen se quedó atrás y antes de seguirte volteo a mirar el báculo encerrado.

¿Quién hubiera dicho que un robo lo beneficiaría tanto?

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Onde histórias criam vida. Descubra agora