𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)

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𝐉𝐮𝐢𝐜𝐢𝐨.

Era otro día en aquella pollería la cuál solamente iba aumentando en fama entre ambos pueblos, clientes venían a comprar posiblemente la mejor comida del lugar.

En la cocina iba caminando una chica de cabellos negros la cuál entro a la zona únicamente para empleados para subir al segundo piso, se adentro a la oficina de su jefe dónde este se encontraba revisando algunas carpetas aunque la chica azotó un papel en su escritorio haciendo que este la voltee a ver.

—¡Te demandaron!.— grito con enojo la chica mirando a este el cuál tomo el papel en su mano y poder leerlo.

𝖲𝖾 𝗌𝗈𝗅𝗂𝖼𝗂𝗍𝖺 𝖺𝗅 𝗌𝖾𝗇̃𝗈𝗋 𝖲𝗉𝗋𝖾𝖾𝗇𝖣𝖬𝖢 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝖼𝗂𝗇𝖾 𝖽𝖾 𝖯𝗈𝗅 𝖺 𝖼𝖺𝗎𝗌𝖺 𝖽𝖾 𝗎𝗇𝖺 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗇𝖽𝖺 𝖽𝖾 𝗌𝗎𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖽𝗂𝖿𝖺𝗆𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗌𝖾𝗇̃𝗈𝗋𝗂𝗍𝖺 𝖠𝗋𝗈𝗒𝗂𝗍𝗍 𝗒 𝗅𝖺 𝗌𝖾𝗇̃𝗈𝗋𝗂𝗍𝖺 𝖢𝗋𝗂𝗌𝗍𝗂𝗇𝗂𝗇𝗂.
𝖲𝗂 𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝖽𝖾𝗌𝖾𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗇𝖽𝖺 𝗇𝗈 𝗉𝗋𝗈𝗌𝗂𝗀𝖺 𝗌𝖾 𝖽𝖾𝖻𝖾𝗋𝖺́ 𝗉𝖺𝗀𝖺𝗋 200,000 𝗍𝗈𝗋𝗍𝗂𝗅𝗅𝖺𝖼𝗈𝗂𝗇𝗌 𝖽𝖾 𝗈𝗋𝗈 𝖺 𝗅𝖺𝗌 𝗏𝗂́𝖼𝗍𝗂𝗆𝖺𝗌.
𝖤𝗇 𝗍𝗈𝖽𝗈 𝖼𝖺𝗌𝗈 𝖽𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝖺 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗇𝖽𝖺 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗂𝗇𝗎́𝖾 𝖺 𝖺𝗊𝗎𝖾𝗅 𝗊𝗎𝖾 𝗉𝗂𝖾𝗋𝖽𝖺 𝗉𝖺𝗀𝖺𝗋𝖺́ 𝖺𝗊𝗎𝖾𝗅𝗅𝖺 𝖼𝖺𝗇𝗍𝗂𝖽𝖺𝖽 𝖺𝗎𝗆𝖾𝗇𝗍𝖺𝖽𝖺 𝖺𝗅 𝖽𝗈𝖻𝗅𝖾.

ᴀᴛᴛᴇ: ℛ𝒶𝓊𝓁 𝒮𝒶𝓁𝒾𝓃𝒶𝓈.

—¿Difamación?, ¿De qué difamación está hablando?.— pregunto enojada la chica después de que Spreen dejara de lado el papel.

—¿Ya leíste la revista del día?.— pregunto el gerente a la chica la cuál negó, esté saco una copia de su cajón y dársela a su asistente.

—Beso entre Aroyitt y Cristinini.— leyó en voz alta aquel artículo que salía en primera plana y era la portada de la revista—¿Te están demandando por esta pendejada?.— pregunto sin poder creerlo a lo que el chico asintió—Ash no inventes, paga lo necesario para que no prosiga el juicio.— pese a que sugirió la chica sonó más como una orden.

—Yo no les voy a pagar una pija.— respondió enojado el chico mirando a la pelinegra.

—Spreen si pierdes el juicio te pueden quitar hasta el restaurante.— comento la de ojos grises tratando de que este tome razón.

—Pero no perderé.— dijo seguro de si mismo, suspiraste con frustración apartando tu mirada y cruzando tus brazos.

Spreen al notar esto respiro un poco para ponerse de pie e ir a dónde tú estabas, te abrazo por detrás rodeando tus hombros y su cabeza sobre ellos.

—Cálmate, no pasará nada de eso te lo aseguro.— tranquilizó el chico hablando un tanto más bajo para que ella sea la única que lo escuché.

Suspiro cansada—Perdón traía muchas cosas en mente y me desquite contigo.— disculpaste apenada pero todavía no lo mirabas, este se alejó para tomar tus hombros y que queden frente a frente.

—Saliendo del juicio vamos al nuevo casino ¿Va?.— pregunto con una sonrisa en rostro haciendo que también una repose en el tuyo.

—Está bien.— dijiste rendida.

—𝚁𝚊𝚞𝚕 𝚂𝚊𝚕𝚒𝚗𝚊𝚜 𝚜𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚣𝚘𝚗𝚊 𝚍𝚎 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊, ¿𝙻𝚘 𝚍𝚎𝚓𝚘 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚛?.— llegó tu pequeño lobo que también era tu mano derecha en el trabajo.