𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)

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𝐂𝐨𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧.

El hombre mayor y de aspecto viejo se encontraba junto a su hijo menor esperando a su primogénita.

El tiempo corría y no había señales de su hija, Drako nuevamente tuvo que enviar un mensaje preguntando dónde es que estaba.

Después de un largo rato por fin se hizo presente en la iglesia, llegando sin emoción en su rostro pues odiaba que la llamen a última hora.

—Hermana es una falta de respeto el dejar esperando a nuestro padre.— hablo algo desconforme el menor de todos, el cuál se encontraba sentado en su trono de piedra amarilla.

—Lo lamento tuve un inconveniente.— dio una tenue reverencia dando perdón a su mayor, fue a sentarse en su trono correspondiente a un lado de su hermano—¿Para que me necesitabas padre?.— miro al mencionado esperando respuesta.

—Hemos tenido problemas con las criaturas.— hablo llamando la atención de ambos jóvenes—Tal parece que la barrera se ha debilitado notablemente en los últimos meses.— suspiro estresado.

Para ambos esa noticia fue algo poco creíble pero al saber que se las decía directamente su padre sin duda era algo que tomar enserio.

—No es posible, esa barrera ha estado siglos sin romperse.— menciono la primogénita notablemente preocupada.

Por años la barrera que ha estado protegiendo al pueblo, nunca se ha tenido problemas pero el recordar cuando Carola y su grupo de amigos encontró a aquella criatura cercana a la barrera, fue algo que sin duda era de preocuparse...

Y recordó las grietas.

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Sin duda el sol era algo intenso pero gracias a la sombra de los árboles era algo acogedor el caminar.

Miro nuevamente su alrededor notando que un escalofrío recorrió su cuello hasta su espalda baja y fue cuando miro a una zona en específico.

Cambio su rumbo yendo a aquel lugar que le daba mal presentimiento.
Camino cruzando aquella inmensa oscuridad que ni siquiera causo algún sentimiento de miedo en la mujer pues ya estaba acostumbrada.

Llegó a aquel borde que comenzaba a ser el desierto siendo perfectamente iluminado con los rayos del sol.

Se sorprendió por la perfecta fachada que creaba la barrera, nunca creyó que fuera algo tan realista y perfecto.

Pero no era realidad.

La palma de su mano derecha comenzó a iluminarse con una luz rojiza, dio un tenue movimiento en zigzag frente a ella y fue cuando aquel paisaje de desierto se disolvió y mostró su verdadera cara.

Jamás se había visto tanto oscuridad como lo era la que estaba del otro lado del domo, algo tan oscuro que apenas podías mirar a un metro lejos de ti, pero eso no importaba en aquel momento.

Miro alrededor de dónde se encontraba, encontrando un agujero que seguramente había hecho la criatura.

De algo estaba segura y es que no era posible que el animal haya hecho un túnel por debajo de la barrera.
A estos animales no les gustaba escarbar y solamente lo hacían cuando necesitaban descansar y eso ayudaba a no sufrir daños en sus horas de sueño.

También recordó al tal Misterioso que causo la destrucción de la iglesia; sabía que su padre lo desterró fuera del domo y sabemos que no es posible entrar por debajo entonces había algún otro método de entrada.

¿Pero cuál?

Regreso su mirada a la completa oscuridad del otro lado del domo dudando se acercó a este quedando frente a frente.